Por Carlos Saravia Day
Hoy hay en argentina un estado de opinión negativa, mejor sería decir sentimiento de malestar que podría sintetizarse así: “Estamos mal gobernados”, que se profundiza cuando propios y extraños comienzan a coincidir en el diagnóstico de la patología política.
El Presidente siempre fue de dudosa legitimidad de origen donde el que deja el cargo elige al sucesor (política digital)puesto a dedo, y se convalida después con la elección convalidatoria como ocurre en México a través de la ovación el que llaman “el grito” que heredamos de Roma: ovación y triunfo.
Hoy su antecesora y su partido le recuerdan su origen viciado y lo consideran incurso en el pecado de “ingratitud”. El Dante en la Divina Comedia lo recluye en el tercer círculo del infierno y los caracteriza como traidores donde gimen sin redención Judas Casio y Bruto.
Siempre estuvo flojo de papeles. El malestar aumenta cuando se pasa a la gestión. Ahora ya no se puede decir “Ah, pero Macri” y más bien se recuerda a Calderón en “La vida es sueño” esta furia, esta ambición.
Al borde de terminar el mandato hemos pasado por las tres etapas del sueño: la vigilia, el sueño y la pesadilla. Hoy estamos en lo que Shakespeare llamaba a la pesadilla “Night mare”: yegua de la noche y después del relato, la vida es un sueño del cual quiero despertar.
También en la manera de ejercer el poder detrás del trono para gobernar al dictado, más bien recuerda al teatro de Valle Inclán con sus “esperpentos” o como antes el tirano de Siracusa que dejó el poder en su amigo Damocles, no sin antes colgar una espada sobre su cabeza atada con una cerda de caballo que le recordad que el poder no es gloria sino también padecimiento.
Ya fracasó el modo digital de ejercer el poder en su doble función; el dedo índice para señalar heredero y el pulgar en su trágica bajada.
Más adecuado resulta Fedro en una de sus fábulas: El presiente como un corredor en equilibrio sobre el filo de una navaja de afeitar, que a su vez va volando. No se puede utilizar más la rapidez de azar y del riesgo.
Mientras tanto su paciente, la República, tiene que atravesar meses de azar y riesgos hasta que hable la voz de la urna.
Un especialista en patología puede formular el diagnóstico y subsiguiente pronostico del morbo del gobierno.
Diagnóstico: Orquitis, esto es una inflamación de los órganos viriles.
Pronóstico: Esterilidad, aunque parezca paradójico que esa hipérbole llamada orquitis ocasione esterilidad incurable.
El autor de la Ley Sáenz Peña, nuestro ilustre comprovinciano Indalecio Gómez, anunciaba en la Cámara de Diputados de la Nación: “La matriz del gobierno ha quedado clausurada para concebir ninguna candidatura oficial”.
El gobierno lleva hoy de candidato a su ministro de economía, más conocido por “ventajita”, discípulo del Viejo Vizcacha, entusiasta de la viveza criolla y del caballo del comisario.
Alguna vez alguien dijo que la mujer lleva un niño dormido en el corazón y el hombre un cerdo despierto.
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