En su reciente mensaje enviado a ambos países, el Sumo Pontífice volvió a omitir las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas por los regímenes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega. La carta completa de los ex mandatarios
20 ex mandatarios latinoamericanos le reprochan al Papa Francisco haber llamado a la “concordia” y la “reconciliación” en países gobernados por regímenes que conculcan derechos fundamentales.
Veinte ex presidentes latinoamericanos enviaron una carta al papa Francisco en la que critican el mensaje en la última Navidad del pontífice en el que pidió, desde los balcones del Palacio Apostólico del Vaticano ante miles de fieles en Plaza San Pedro, que reinara la “concordia” en Venezuela y que Nicaragua llegue finalmente a la “reconciliación”.
El texto de la carta, que fue encabezada por el dos veces presidente de Costa Rica (1986-90 y 2006-2010) y ex Nobel de la Paz (1987) Oscar Arias, e impulsada por Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), fue publicada por el sitio online de El Nacional, el principal diario de Venezuela.
En rechazo al llamado del pontifice, los firmantes subrayan que los venezolanos son “víctimas de la opresión de una narco-dictadura militarizada, que no tiene reparos en conculcar de manera sistemática los derechos a la vida, a la libertad y a la integridad personal”. Al mismo tiempo, recuerdan que el régimen sandinista ha reprimido protestas populares en Nicaragua a un precio de casi 300 muertos.
Aunque no lo expresan abiertamente, el tono velado del reproche global al Papa apunta a una supuesta ineficacia vaticana en liderar el rechazo al gobierno chavista, eje de casi toda la misiva firmada, entre otros, por el argentino Fernando de la Rúa, el uruguayo Luis La Calle, el chileno Eduardo Frei, los colombianos Andres Pastrana y Alvaro Uribe, y los mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox.
En su alocución Urbi et Orbi del 25 de diciembre pasado, el Papa Francisco había afirmado que Venezuela “encuentre de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población”. Sobre Nicaragua, pidió que “no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país”.
En su texto con cuestionamientos a la palabra papal, la veintena de ex jefes de Estado y de Gobierno de América latina ponen el foco en el hecho de que el pontífice llamara “a la concordia en las dos naciones”.
“Como se lo expresáramos a Su Santidad en una anterior misiva, sabemos de su preocupación por el sufrimiento que hoy padecen, sin distingos, todos los venezolanos y ahora los nicaragüenses. Los primeros son víctimas de la opresión por una narco-dictadura militarizada, que no tiene reparos en conculcar de manera sistemática los derechos a la vida, a la libertad y a la integridad personal y, además, como consecuencia de sus políticas públicas deliberadas y una palmaria corrupción que escandaliza mundialmente, somete a éstos a condiciones de hambruna generalizada y falta de medicinas. Los segundos, a mediados año, fueron víctimas de una ola de represión que deja como saldo casi 300 muertos y unos 2.500 heridos”.
La carta de los ex mandatarios agrega que, por lo tanto, “nos preocupa el llamado de Su Santidad a la concordia, ya que, en el contexto actual puede entenderse ello como un pedido a los pueblos que son víctimas para que se acuerden con sus victimarios».
Agregan enseguida que «en lo particular, en el caso venezolano, con el gobierno que ha causado 3.000.000 de refugiados, en una diáspora que proyecta la ONU, para 2019, a 5,4 millones de personas”.
Al respecto, los firmantes le advierten al Papa que su llamado “está siendo interpretada de un modo muy negativo por las mayorías de Venezuela y Nicaragua” y que ello es así debido, ante todo, a que “no existe, actualmente, en dichos países, un diferendo político que reclame de entendimiento, tolerancia, entre fuerzas encontradas con narrativas distintas, dentro de una democracia normal o deficiente que hoy lamentablemente no existe en estos”.
“Sus poblaciones enteras -agregan los ex presidentes- son sometidas al sufrimiento por sus gobiernos, bajo regímenes que sirven a la mentira, y los líderes sociales y políticos, los conductores de opinión y prensa, sufren cárcel, persecuciones y también la muerte, como le consta a los organismos americanos y europeos de derechos humanos”.
Finalmente, los ex presidentes citan la Encíclica Ad Petri Cathedram de Juan XXIII, en la cual se consigna que el llamado a la concordia ha de hacerse, fundamentalmente, “a los que gobiernan las naciones”.
“‘Los que oprimen a otros y los despojan de su debida libertad no pueden ciertamente contribuir a esta unidad’ de las inteligencias, de los espíritus, de las acciones, como lo recuerda su predecesor, San Juan XXIII, y que todos anhelamos reconquisten los queridos pueblos de Venezuela y de Nicaragua a partir de la verdad y de la justicia, para que gocen de una justa paz”, concluye la nota.
La carta, además de los ex presidentes citados, lleva las firmas de Nicolás Ardito Barletta y Mireya Moscoso (Panamá); Enrique Bolaños (Nicaragua); Alfredo Cristiani (El Salvador); Rafael Ángel Calderón y Laura Chinchilla (Costa Rica); César Gaviria (Colombia); Osvaldo Hurtado y Jamil Mahuad (Ecuador); Jorge Tuto Quiroga (Bolivia); Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica); y Juan Carlos Wasmosy (Paraguay).
A continuación, la carta completa:
Los que suscribimos, como ex Jefes de Estado y de Gobierno hemos sido firmantes de las declaraciones sobre Venezuela y Nicaragua emanadas de Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), y como tales nos dirigimos a Usted con motivo de su reciente mensaje de Navidad, en el que llama «a la concordia» a los pueblos de ambas naciones.
Como se lo expresáramos a Su Santidad en anterior misiva, sabemos de su preocupación por el sufrimiento que hoy padecen, sin distingos, todos los venezolanos y ahora los nicaragüenses. Los primeros son víctimas de la opresión por una narco-dictadura militarizada, que no tiene reparos en conculcar de manera sistemática los derechos a la vida, a la libertad y a la integridad personal y, además, como consecuencia de sus políticas públicas deliberadas y una palmaria corrupción que escandaliza mundialmente, somete a éstos a condiciones de hambruna generalizada y falta de medicinas. Los segundos, a mediados año, fueron víctimas de una ola de represión que deja como saldo casi 300 muertos y unos 2.500 heridos.
De modo que, nos preocupa el llamado de Su Santidad a la concordia, ya que, en el contexto actual puede entenderse ello como un pedido a los pueblos que son víctimas para que se acuerden con sus victimarios; en lo particular, en el caso venezolano, con el gobierno que ha causado 3.000.000 de refugiados, en una diáspora que proyecta la ONU, para 2019, a 5,4 millones de personas.
La expresión de Su Santidad, que la sabemos dicha de buena fe y guiada por su espíritu de pastor, está siendo interpretada de un modo muy negativo por las mayorías de Venezuela y Nicaragua. Sobre todo, por cuanto no existe, actualmente, en dichos países, un diferendo político que reclame de entendimiento, tolerancia, entre fuerzas encontradas con narrativas distintas, dentro de una democracia normal o deficiente que hoy lamentablemente no existe en estos. Sus poblaciones enteras son sometidas al sufrimiento por sus gobiernos, bajo regímenes que sirven a la mentira, y los líderes sociales y políticos, los conductores de opinión y prensa, sufren cárcel, persecuciones y también la muerte, como le consta a los organismos americanos y europeos de derechos humanos.
Su Santidad:
La Encíclica Ad Petri Cathedram reza que el llamado a la concordia ha de hacerse, fundamentalmente, «a los que gobiernan las naciones». «Los que oprimen a otros y los despojan de su debida libertad no pueden ciertamente contribuir a esta unidad» de las inteligencias, de los espíritus, de las acciones, como lo recuerda su predecesor, San Juan XXIII, y que todos anhelamos reconquisten los queridos pueblos de Venezuela y de Nicaragua a partir de la verdad y de la justicia, para que gocen de una justa paz.
Deseamos a Su Santidad esté pasando una feliz Pascua de Navidad. Quedamos a la espera de encontrarle en una circunstancia propicia.
Cordialmente,
Oscar Arias, Costa Rica
Nicolás Ardito Barletta, Panamá
Enrique Bolaños, Nicaragua
Alfredo Cristiani, El Salvador
Felipe Calderón, México
Rafael Ángel Calderón, Costa Rica
Laura Chinchilla, Costa Rica
Fernando De la Rúa, Argentina
Vicente Fox, México
Eduardo Frei, Chile
César Gaviria T., Colombia
Osvaldo Hurtado, Ecuador
Luis Alberto Lacalle, Uruguay
Jamil Mahuad, Ecuador
Mireya Moscoso, Panamá
Andrés Pastrana A., Colombia
Jorge Tuto Quiroga, Bolivia
Miguel Ángel Rodríguez, Costa Rica
Álvaro Uribe V., Colombia
Juan Carlos Wasmosy, Paraguay»
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