El sanatorio Otamendi confirmó a la Justicia esa intervención que coincide con la denuncia por violencia doméstica contra el expresidente. Se trató de un embarazo de 6 semanas.
La fiscalía que investiga el caso contra Alberto Fernández, por presuntos hechos vinculados a la violencia de género, recibió la última semana una serie de documentación requerida al Sanatorio Otamendi sobre el historial clínico de Fabiola Yañez. En función de los datos receptados, los investigadores sostienen que lo primero que relató la ex primera dama, efectivamente ocurrió: el aborto que tuvo que practicarse en 2016. Consta en la documentación bajo análisis junto a otra interrupción de un embarazo al año siguiente.
“Estando conviviendo y en virtud de los planes de compromiso, confiando en sus dichos respecto de querer tener otro hijo conmigo, y formar una familia, resultó que al escaso tiempo de convivir quedé embarazada. La alegría y la sorpresa de mi parte era inmensa, hasta que se lo conté a él. En ese momento, nuevamente apareció su desprecio y rechazo, esta vez respecto de nuestro hijo por nacer, me dijo «esto no puede pasar, estoy en shock»”, contó Fabiola Yañez cuando declaró ante el fiscal federal Ramiro González.
Todo el suceso ocurrió en 2016 a los pocos meses de comenzar a convivir en el departamento de Puerto Madero propiedad de Enrique Albistur. “Comenzó a hostigarme con que era muy pronto, que no estaba listo aun, que no me había presentado a su hijo. Y entonces inició la segunda parte de su plan de desprecio, para empujarme a llevar adelante la peor decisión. Comenzó a ignorarme por completo. Vivíamos en la misma casa, pero dejó de hablarme. No me dirigía la palabra en absoluto, pase a ser un mueble en mi propio hogar y cargando a su hijo en mi vientre”, expresó la ex primera dama.
A esa circunstancia le añadió los datos más explícitos: “Me decía «no puedo decirle a nadie que voy a tener un hijo con vos en tan poco tiempo», y yo le decía, «pero entonces porque no me lo dijiste? Nos hubiésemos cuidado». Él me decía: «hay que resolverlo tenés que abortar». Antes que lo hiciera, era tal su perversión que le dijo al hijo que estaba embarazada, para después responsabilizarme a mí del aborto”.
El relato de la ex primera dama fue considerado por el representante del Ministerio Público Fiscal al momento de determinar el primero de los nueve hechos atribuidos al ex presidente. Todos los episodios de violencia desarrolladas desde 2016 a comienzos de este año, sustentan los delitos que pesan sobre Fernández: lesiones leves y graves, doblemente agravado por el vínculo, junto al abuso de poder y de autoridad, más las amenazas coactivas.
El fiscal federal Ramiro González, lo escribió en su dictamen de la siguiente manera.“Hecho I: “En el año 2016, Alberto Fernández obligó a Fabiola Yáñez a realizar un aborto, a través de un plan que constituyó destrato, negación de la palabra, hostigamiento y frases como “hay que resolverlo, tenés que abortar”. Le dijo a su hijo que Yáñez se encontraba embarazada para luego responsabilizarla a ella de ese acto de aborto. De esta manera, la Sra. Fabiola Yáñez se vio coaccionada por Alberto Fernández para tomar esa decisión, provocándole un daño psíquico irreparable”.
La justicia federal determinó que, como punto de partida, y alrededor de ese episodio “se habrá de ponderar, con el desarrollo de la investigación y precisión de cómo sucedieron los hechos, la identificación de estos sucesos como un hecho específico o de marco contextual del objeto que comprende el proceso”.
Fue por ese motivo que la fiscalía requirió todo el historial médico de Fabiola Yañez. En primer término, al Sanatorio Otamendi se le pidió que enviara la correspondiente documentación. En la respuesta de los oficios, se dio constancia que cuando fue atendida allí, la ex primera dama informó que le habían practicado un aborto en 2016, tal como relató ante el fiscal González.
En primer término, según indicaron fuentes judiciales, la documentación “sustenta el primer hecho” planteado en la acusación penal. En esta etapa de investigación y reconstrucción de los nueve sucesos que pesan sobre Alberto Fernández, las certificaciones médicas que tiene la fiscalía dan cuenta de la interrupción de un embarazo que según se detalló, era de seis semanas.
La instancia siguiente es rearmar todo lo que rodeó a ese embaraza como a la decisión de realizar un aborto cuando el mismo era ilegal en la Argentina. Fabiola Yañez expresó que fue producto de la presión ejercida por el ex presidente.
Asimismo, según pudo saber Clarín, en la documentación médica también consta un segundo embarazo de igual período, que fue interrumpido. Este dato no había sido proporcionado a la fiscalía en la instancia de la declaración testimonial, “posiblemente porque no tiene que ver con los hechos bajo investigación”, expresaron fuentes allegadas al expediente penal.
Dentro de los informes que ingresaron en la última semana, a la fiscalía a cargo de Ramiro González, se encuentra documentación del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), donde Fabiola Yañez explicó que recibió ayuda después de haberse sometido a un aborto del año 2016 que es el hecho bajo investigación.
“Comencé a sentir los primeros síntomas del embarazo y ni se lo podía comentar porque para él no existíamos, ni yo ni ese bebe. Y ahí caí en quizás- una de las más graves formas de violencia, la reproductiva, ya que a través de sus acciones e incluso sus omisiones (silencio, abandono, desprecio, reproches), fue vulnerando mi autoestima, derecho reproductivo, por medio de su coacción, llevándome a tomar la terrible decisión de abortar a mi hijo, y generándome así, graves daños psicológicos y emocionales que persisten hasta hoy”, dijo la ex primera dama en sede judicial.
Entre otros datos, añadió que cuando regresó a finales de 2016 a vivir con Alberto Fernández, “me sentía deprimida, culpable, angustiada, al punto de no tener fuerzas para nada, y busqué ayuda psicológica en INECO, adonde fui por los contactos del denunciado”.
Entonces, contó que, en el establecimiento médico, le dieron “un diagnóstico que pertenece a mi intimidad, por el que me indicaron tratamiento psiquiátrico y me empezaron a medicar con diversas drogas, recuerdo algunas como la sertralina, tomaba antidepresivos, ansiolíticos, clonazepam, entre otros. Y también participaba de grupos de terapia con otras mujeres con otras patologías y problemas. Yo sentía que me mantenían medicada como modo de controlarme, y que su intención era hacerme sentir que el problema era yo, que eran todas cosas de mi cabeza, que estaba loca”.
Estos dichos como el devenir del aborto al que se sometió y que se estipuló como el primero de los nueve hechos de este expediente, son los que está constatando el fiscal Ramiro González en base a la documentación médica ingresada.
Los informes que está cotejando la fiscalía nada tienen que ver con los documentos que aportó la defensa de Alberto. Todo ello se encuentra en sobre cerrado como lo entregó la abogada Silvina Carreira. Al fiscal González le interesan aquellos papeles vinculados estrictamente a los hechos bajo estudio y que, además, “preserven la intimidad de las partes”.
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