En un famoso programa periodístico, el ex agente del Mossad Uzi Shaya contó que le dio documentos al investigador del caso AMIA días antes de su muerte.
El principal programa de investigación periodística de Israel, Uvdá (en español: Hecho) reveló este jueves el testimonio de un ex agente de Inteligencia que afirma haber entregado al fiscal Alberto Nisman documentación respecto a supuestas cuentas bancarias off shore de Cristina Kircher y su familia, días antes de la aún no esclarecida muerte del investigador del atentado a la AMIA
En el programa -cuyo adelanto había sido difundido por la Agencia Judía de Noticias-, se pudo ver una entrevista al ex espía del Mossad (los servicios secretos israelíes) Uzi Shaya, quien reveló cómo entregó a Nisman, días antes de su muerte, un sobre con documentos que incriminaban a la entonces mandataria argentina en hechos de corrupción.
“Entregué cierto tipo de información que pudo haber causado su muerte”, dijo el ex espía en el fragmento de la entrevista. “Materiales que supuestamente tocaron todo tipo de transferencias de dinero por parte de altos funcionarios argentinos que los vinculaban con Irán”, añadió el agente, que dijo haber conocido a Nisman en el año 2000, cuando trabajaba en otro de los servicios secretos de Israel, el Shin Bet.
La periodista israelí de origen argentino Ilana Dayan le preguntó a Shaya si esos papeles contenían información sobre las cuentas bancarias de la entonces presidenta Kirchner y su hijo, a lo que el ex espía contesta sin dudas: «sí».
«¿El objetivo era que tenga materiales incriminatorios sobre la señora Kirchner?», continuó Dayan. “Sí. Al final del día que tenga material incriminatorio en las cuentas bancarias, no solo de ella, sino también de otros”, contestó Shaya en el programa emitido en Israel el jueves por la noche.
Según su propio relato, el ex espía Shaya contactó a Nisman en enero de 2015, en una de las capitales europeas en las que el fiscal vacacionaba con sus hijas, viaje que interrumpió intempestivamente para regresar a Buenos Aires, presentar su denuncia contra Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA y, días después, encontrar la muerte en el baño de su departamento de Puerto Madero.
Según afirmó el ex agente del Mossad, el objetivo del encuentro era entregarle a Nisman un sobre con documentos que supuestamente probaban que la presidenta y su familia habían recibido millones de dólares provenientes del Gobierno de Irán en cuentas bancarias secretas en Seychelles, Islas Caimán y Chipre. Frente a las cámaras televisivas, Shaya aseguró que “había mucho material» sobre el vínculo «Cristina-Irán, cuentas privadas de Cristina, robo de fondos por parte de Cristina. Todo lo que lograron encontrarle a la presidenta”.
La explosiva revelación recupera una versión que los investigadores de la muerte de Nisman manejaron estos años: que en el marco de la guerra de espías que envolvió el tiro mortal al fiscal del caso AMIA, alertó particularmente la información de que durante sus vacaciones familiares en Europa Nisman se había reunido con un agente de Inteligencia y recibido información importante, que no fue incorporada en su denuncia original.
«Al día siguiente de su muerte, él debía presentarse ante el Congreso a mostrar evidencias, y esperaba ratificar y ampliar su denuncia en la justicia en los días posteriores», recuerdan fuentes de la investigación. La revelación del espía israelí despertaría aquella hipótesis.
Luego de su paso por los servicios secretos de su país, Uzi Shaya fue contratado por el titular del «fondo buitre» Elliot, Paul Singer, para investigar datos sobre posibles maniobras de corrupción de Cristina y su entorno, con los cuales poder presionarla para que Argentina pagase la deuda que mantenía con los «holdouts» -Elliot y otros fondos- es decir los tenedores de deuda nacional que no habían aceptado ingresar a los canjes de 2005 y 2010. El litigio por ese pago, que durante años se tramitó en el tribunal neoyorquino del juez Thomas Griessa, terminó con una sentencia en contra de la Argentina, y el posterior pago por parte del gobierno de Mauricio Macri.
En otro fragmento de la entrevista televisiva, la periodista Dayan le preguntó al ex agente de Inteligencia si el objetivo de su contacto con el fiscal argentino era que Cristina supiera que Nisman sabía de sus cuentas bancarias, y que eso la llevara a pagar la deuda con el fondo Elliot. Otra respuesta lacónica: «Sí».
Los dichos del ex espía son coincidentes con otra estategia que el fondo Elliot mantuvo durante los últimos tres años del gobierno de Cristina Kirchner, cuando logró que otro tribunal estadounidense aprobara un proceso de «discovery» para investigar y embargar 123 empresas fantasmas vinculadas a Lázaro Báez, con el objetivo de hurgar en ellas si había dinero para tomar a cuenta de la deuda reconocida por la corte de Griessa.
En aquel momento, la investigación sobre esas firmas registradas en el estado de Nevada estableció que la relación entre Báez y Cristina era lo suficientemente oscura como para que la justicia sospechara que en ellas se guardaba dinero proveniente de supuestos actos de corrupción de la presidenta, y que esa plata podía embargarse.
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