Se trata del reconocido científico chino Zhong Nanshan, el neumonólogo que logró contener el virus SARS en 2003, aportó datos clave sobre el contagio y la propagación del COVID-19.
La pandemia de coronavirus, que al momento registra más de 4 millones de contagiados y 280 mil muertos alrededor del mundo, se convirtió en el objeto de estudio de miles de científicos, que buscan de manera incansable una vacuna o al menos, una manera de reducir la velocidad de su propagación.
En este contexto, el neumonólogo chino Zhong Nanshan, expresidente de la Asociación Médica China, que ganó prestigio tras haber logrado contener el virus SARS en 2003, compartió su opinión sobre las particularidades del SARS-CoV-2 y los posibles métodos para derrotarlo.
Según sus cálculos, primero señaló una estadística alarmante respecto a la transmisión del COVID-19, que se transmite 1,5 veces más rápido que el SARS, dos veces más que el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y tres veces más que la influenza común.
Por otra parte, disipó los temores de que los fuertes vientos puedan facilitar la propagación de coronavirus. El científico indicó como dato alentador que el virus debe unirse a algo para trasmitirse, de manera que durante una tormenta es más probable que se diluya en el aire a que infecte a alguien.
Además, el médico añadió que tampoco hay evidencia de que el SARS-CoV-2 se contagie a través de picaduras de mosquitos.
Referido a las condiciones climáticas y su incidencia en el virus, Zhong Nanshan explicó que se supone que con la llegada del verano la situación epidémica podría mejorar, puesto que el virus soporta mal el calor y, aunque no hay que confiar solamente en este factor para deshacerse del patógeno, es probable que su actividad disminuya con el aumento de la temperatura
Finalmente, aconsejó tener prudencia con la esperanza puesta en que algún territorio pueda alcanzar la inmunidad de grupo a corto plazo. “Aunque hay reportes de que en algunos países de Europa alrededor de un 20% o un 25% de la población ya tiene los anticuerpos, para alcanzar la inmunidad de rebaño esa tasa debe ser de entre un 60% y un 70%, cifras que todavía están lejos”, remarcó el científico.
«Hay muchas maneras de frenar la infección y evitar víctimas no necesarias. Podemos prevenir y proteger. Ganaremos tiempo y elaboraremos vacunas», concluyó.
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