Luego de tres años y medio de idas y vueltas, el Reino Unido ratificó hoy su salida oficial de la Unión Europea (UE), luego de la aprobación definitiva de la legislación del Brexit, que entrará en vigor una vez que sea promulgada por la reina Isabel II.
Luego de tres años y medio de idas y vueltas, el Reino Unido ratificó hoy su salida oficial de la Unión Europea (UE) para el 31 de este mes, luego de que el Parlamento aprobase definitivamente la legislación del Brexit, que entrará en vigor una vez que sea promulgada por la reina Isabel II.
La Cámara de los Lores respaldó la ley promovida por el primer ministro, el conservador Boris Johnson, pese a que la cámara baja rechazó en una sesión previa todos los cambios que aquella había propuesto durante su tramitación.
Entre las modificaciones revertidas por la Cámara de los Comunes, donde el gobierno cuenta con mayoría absoluta, figuraba una enmienda que defendía expedir una identificación física para demostrar el derecho de residencia en el país de los ciudadanos comunitarios tras el Brexit.
Los diputados también descartaron una cláusula para blindar los derechos de los menores refugiados reunidos con sus familias en el Reino Unido y una propuesta para garantizar la devolución de competencias a Escocia y Gales después de la ruptura con la UE, reportó la agencia de noticias EFE.
A partir del 1 de febrero se iniciará un periodo de transición de 11 meses, hasta el 31 de diciembre, en el que el país seguirá ligado a las estructuras comunitarias y cumpliendo las normas del bloque.
En ese plazo, Londres y Bruselas deben negociar los términos de su futura relación bilateral, que no están detallados en el acuerdo de salida, a fin de evitar un escenario similar al de un Brexit sin acuerdo.
«Nos interesa enormemente, a ambos lados del canal (de la Mancha), llegar a un magnífico acuerdo de libre comercio con cero tarifas y cero cuotas», defendió Johnson en una intervención en Facebook.
«Tengo absoluta confianza en que podemos lograrlo», insistió el premier, quien ha descartado solicitar prórroga alguna, pese a tener las partes la posibilidad de ampliar la negociación en uno o dos años.
Una idea que no convence a las autoridades de Bruselas, que advirtieron en las últimas semanas que once meses es un plazo demasiado corto para alcanzar un acuerdo comercial completo con Londres.
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