El cordobés se consagró en Wimbledon tras haber ganado en Australia y Roland Garros. Si gana en Nueva York conseguirá un logró inédito entre los argentinos.
El argentino Gustavo Fernández quedó este domingo a un paso de coronar el Grand Slam en tenis adaptado luego de ganar por primera vez Wimbledon, en Londres, con una celebrada victoria sobre el número uno del mundo, el japonés Shingo Kunieda, por 4-6, 6-3 y 6-2.
El cordobés, nacido en Río Tercero hace 25 años, pudo tomarse revancha por las dos definiciones perdidas en el All England Club en 2017 y 2018, con lo que se transformó en el segundo argentino en consagrarse como singlista campeón en la Catedral del Tenis -la santafesina María Emilia Salerni fue campeona entre las juniors en 2000-.
«Ni siquiera lo había soñado. Es muy díficil consagrarse acá. Sólo mi equipo sabe lo duro que trabajé para conseguir esto. Significa muchísimo para mí y es difícil expresarlo con palabras», contó con una emoción inmensa apenas finalizado el partido.
El Lobito Fernández tendrá como próximo desafío la conquista del Abierto de Estados Unidos, en septiembre próximo, para inscribirse en la historia como ganador del Grand Slam, que consiste en coronar en una misma temporada los cuatro torneos más importantes del circuito profesional.
Para entender lo complejo que es conseguir esta hazaña vale ir a las estadísticas históricas del deporte. Solo cinco tenistas lograron ganar en las cuatro citas más importantes del circuito en un año calendario. Son Don Budge (1938); Maureen Connolly (1953); Rod Laver (1962 y 1969); Margaret Court (1970) y Steffi Graf (1988). La alemana, némesis de Gabriela Sabatini, también obtuvo medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y así consiguió el denominado Golden Slam.
Fernández ya había sido campeón este año del Abierto de Australia y luego de Roland Garros. De este modo también se transformó en el primer tenista en ganar los primeros tres torneos grandes en una misma temporada. De hecho, nunca nadie coronó el Grand Slam en tenis adaptado, algo que recién es posible desde 2016 cuando Wimbledon, justamente, sumó la competencia de singles.
La de este domingo es la quinta consagración en un torneo major para el cordobés. Antes había sido campeón en Roland en 2016 y un año más tarde había festejado por primera vez en Melbourne.
Si se toma en consideración todas las categorías del deporte blanco, Fernández también entró en la historia del tenis argentino, ya que superó a Guillermo Vilas, quien en su prolífica carrera logró cuatro torneos de Grand Slam (dos veces en Australia, una en Roland Garros y otra en Forest Hills).
El tenista de Río Tercero es hijo de Gustavo Ismael Fernández, ex basquetbolista con destacada trayectoria en la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) y actual entrenador de Estudiantes de Olavarría, y hermano de Juan Manuel, que se desempeña como base en la segunda división de Italia.
Su equipo de trabajo está formado por el entrenador Fernando San Martín, el kinesiólogo Juan Carlos Varela, el sparring Juan Ignacio Crespo y Santiago Sánchez, un catedrático argentino que es director de una maestría en la Universidad de Bath y trabaja la concentración del tenista.
Al partido de este domingo, jugado sobre la cancha número tres del All England, Fernández llegaba con un historial desfavorable de siete victorias y 22 derrotas frente a Kunieda, a quien sin embargo le había ganado este año por 6-3 y 6-2 en la final del Masters 1000 de París, sobre superficie dura.
La victoria le trajo además un premio extra: por tercera vez en su carrera llegará al primer puesto del ranking mundial sobre silla de ruedas, que precisamente estaba en propiedad del jugador nacido en Tokio hace 35 años.
Kunieda es una especie de Federer del tenis adaptado. Fue nueve veces campeón en Australia (2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2013, 2014, 2015 y 2018); siete en Roland Garros (2007, 2008, 2009, 2010, 2014, 2015 y 2018) y seis en Nueva York (2007, 2009, 2010, 2011, 2014 y 2015), pero sigue con Wimbledon como cuenta pendiente tras participar por tercera vez esta temporada.
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