Según testigos fue lo que dijo el hombre cuando el joven agonizaba luego de derribarlo de un certero disparo. El septuagenario esperó a la policía y se entregó. La policía evitó una represalia de la familia de la víctima.
Un septuagenario jubilado atacó en la tarde de ayer a balazos a un joven en la vía pública, ante la mirada de varios vecinos que vieron azorados cómo el abuelo ponía fin a un pleito -supuestamente- originado por una serie de robos que el hombre mayor habría sufrido de parte de la víctima, un joven de 28 años.
El violento suceso movilizó al vecindario de la calle Río Chicoana, en Villa Lavalle, que sintió cerca de las 14 varias detonaciones de arma de fuego y poco después un incesante trabajo de policías y una ambulancia del Samec.
El homicidio se produjo en plena vía pública, sobre la calle Río Chicoana, a solo metros de avenida Tavella. Según algunas versiones que pudo recoger nuestro medio, presente en el lugar, el hombre de 72 años confrontó en esa calle a un joven, a quien le recriminó una serie de hechos y luego -ya sin palabras de por medio- abrió fuego con un arma, su disparo fue certero, profesional, en el medio del pecho.
Tras derribar a tiros al joven, el septuagenario le recriminó algo al herido y se retiró unos metros, ante la mirada absorta de varias personas que transitaban por esa arteria. El abuelo se quedó en las inmediaciones a la espera de la fuerza pública. Y en pocos minutos familiares de la víctima se hicieron presentes en el lugar, pero no pudieron acercarse al justiciero porque la policía lo evitó.
Según algunos vecinos, se trató de un ajuste de cuentas, ya que entienden que la bronca devenía por un robo o varios robos que venía sufriendo el jubilado por parte de la víctima, un joven de 28 años muy conocido en esa barriada y que tendría antecedentes penales y de adicciones.
Una testigo relató a los medios presentes que el septuagenario no se fue nunca de la escena, es más, dijo que esperó a la policía entregó el arma y subió al patrullero murmurando algunas cosas. Reconoció ante un oficial que fue él el autor de los disparos. Todo esto ocurrió mientras los profesionales de la salud intentaban estabilizar a la víctima, que finalmente murió antes de ingresar al hospital San Bernardo.
La frase que los testigos adjudicaron al jubilado justiciero antes de que fuera trasladado en calidad de detenido fue: «Te cansaste robarme».
Minutos después llegaron varios patrulleros, personal de Criminalística y peritos del CIF, quienes realizaron las pericias de rigor ordenadas por la fiscalía penal actuante.
Conmoción y silencio en el barrio
El hecho ocurrió en horas de la siesta y en pocos minutos decenas de personas se acercaron al lugar, incluso algunos escolares se detuvieron a ver el dantesco espectáculo de un ajuste de cuentas público y el trabajo de policías y personal de salud.
Hubo momentos de tensión cuando llegaron al lugar los familiares de la víctima, que se dijo se hallaba tendido, malherido pero consciente hasta la llegada del Samec.
Tras la partida de la ambulancia y la detención del septuagenario hubo un tenso silencio. La muerte turbó la paz de la siesta en el barrio.
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