Primero fueron cuatro partidos que se quedaron con el sello del Frente de Todos y ahora el Partido de la Victoria decidió armar otro frente.
Kolina, Unidad Popular, Frente Grande y Trabajo y Pueblo conformaron el domingo pasado la alianza y reservaron el nombre “Frente de Todos” para las elecciones provinciales dejando afuera al Partido de la Victoria.
En respuesta, el PV este miércoles reunió a su Congreso para oficializar la ruptura del kirchnerismo salteño y decidió conformar una alianza sin las fuerzas que se adelantaron a inscribir el FDT.
El problema de fondo en realidad radica en la falta de figuras de consenso ya que los actuales dirigentes aparecen carentes de representatividad y prestigio, sin capacidad de convocatoria, lo que reduce las acciones a individualismos sostenidos con algunos fondos y cargos nacionales que no van más allá de “pagar” por presencia en algunos medios o aspiraciones de bajo vuelo sustentadas en el pago de favores o “roscas” de cocina.
Este panorama deja al kirchnersimo salteño al borde de la anarquía con un fraccionamiento notable y la pelea parece reducirse a “mexicanearse” los sellos, simbologías y leyendas partidarias.
Recordemos que el 5 de mayo vence el plazo de presentación de alianzas en el Tribunal Electoral de la provincia.
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