La estadounidense se consagró campeona en París 2024, prueba que había ganado en Río 2016. La brasileña Rebeca Andrade repitió la medalla plateada de hace tres años. Sunisa Lee completó el podio
Rebeca Andrade aplaude el final de la rutina en suelo de Simone Biles, aunque ese 15.066 la relegará al segundo lugar de la final all around. La brasileña, que repite la medalla que obtuvo hace tres años en Tokio, está feliz porque la mejor gimnasta del mundo recuperó el reinado en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde ya había sido campeona olímpica del concurso por equipos. Segunda, en tanto, quedó la ganadora del oro en Japón, la estadounidense Sunisa Lee.
En su retorno a la gimnasia, tras retirarse momentáneamente para cuidar su salud mental, Biles repitió el título que había conseguido por primera vez en Río 2016. Así, se convirtió en la tercera gimnasta de la historia en ganar dos oros en all around; antes de ella lo habían conseguido la soviética Larisa Latynina -en 1956 y 1960- y la checa Věra Čáslavská (1964 y 1968).
Biles, que compartió las rotaciones con Andrade, se impuso con un puntaje total de 59,131 y una ventaja de 1,199 sobre la brasileña. Lee, en tanto, terminó lejos, con 54,465 puntos.
Dos días después de conducir a Estados Unidos al oro por equipos en el Estadio de Bercy, donde ya lleva dos medallas doradas y aspira a tres más -el sábado en la final por aparatos- para igualar a Latynina, Biles firmó una victoria individual que se le complicó en las barras asimétricas con un error que logró compensar con su elevada ejecución en los dos últimos aparatos.
Andrade emprendió el reto de batir a Biles con un salto que rozó la perfección, el Cheng: 15,100 puntos producto de un 5,6 de dificultad y un 9,5 de ejecución. No movió los pies ni un dedo en la recepción. Pero la estadounidense lo superó con su Biles II, el Yurchenko doble mortal carpado, y aunque dio un gran paso atrás, su 6,400 de partida la lanzó hasta los 15,766, pese a una ejecución de 9,366.
Tras un solo aparato, la mejor gimnasta del mundo ya lideraba la prueba. Pero el paso del grupo de las mejores por las barras asimétricas rompió las previsiones. Mientras Andrade hizo un ejercicio muy seguro de 14,666, el mejor de los tres que ha presentado en París, Biles perdió la concentración a la mitad, aflojó las piernas y pudo acabar a duras penas con un 13,733.
La argelina Kayla Nemour, en la primera gran final de sus jóvenes 17 años, hizo una de las rutinas más complejas sobre el aparato (7.2 de dificultad) y se puso por delante de Biles, que tiene esta modalidad como la única en la que nunca ha ganado una medalla olímpica, y Andrade llegó líder a la mitad de la competencia, con una ventaja de 200 milésimas.
En la barra de equilibrio, Biles defendió con aplomo sus series acrobáticas y estuvo excelente en la salida (14,566), suficiente para volver a superar a la brasileña (14,133), con quien llegaría al último aparato, el suelo, separada solo por 0,166.
Allí, Sunisa Lee salió cuarta y se aseguró el podio. Rebeca sacó un pie de la diagonal, pero su ejecución fue por lo demás impecable y se puso al frente, a la espera de Simone. A los acordes de Taylor Swift, la mejor del mundo no falló. Presentó todas sus máximas dificultades y, en cuanto acabó, buscó una bandera de su país, que comenzó a ondear en cuanto salió la nota.
Biles es la tercera gimnasta de toda la historia que gana un segundo título individual absoluto, pero la primera que lo hace en Juegos no consecutivos (2016 y 2024). Ni siquiera logró el doblete la rumana Nadia Comaneci, campeona en 1976 pero subcampeona en 1980 y presente en el Estadio de Bercy para la victoria de Biles, que tampoco se quiso perder el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, que entregó las medallas.
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