Desde el relanzamiento de los préstamos del ente previsional, 3,6 millones de personas los tomaron.
Unos 3,6 millones de jubilados, pensionados, beneficiarios de la AUH y trabajadores que cobran asignaciones familiares sacaron en los últimos siete meses un crédito Anses. El ente previsional otorgó préstamos por casi 146.000 millones de pesos, según datos oficiales.
Entre el 17 de abril -día en que se relanzaron los préstamos- y este martes 19 de noviembre, la Anses otorgó 3.570.285 créditos. Los préstamos totalizaban, al 31 de octubre último, 145.759,27 millones de pesos.
El Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses otorgó préstamos por el equivalente a 2,36 veces la facturación de los shoppings entre enero y agosto de 2019, que informaron al Indec ventas por $61.915,9 millones en ese periodo. O a casi tres meses de facturación de los supermercados de todo el país ($169.270 millones entre junio y agosto, según Indec).
La expansión de estos préstamos, con intereses que rondan el 50% anual, contrasta con la retracción de los créditos al sector privado del sistema financiero, con tasas que superan el 70% anual. El financiamiento bancario a las familias cae casi 30% anual, según datos del Banco Central.
Los bancos tenían en sus carteras créditos personales por $405.191 millones a fines de octubre, mientras que el financiamiento con tarjetas de crédito totalizaba $514.914 millones. Los préstamos del ente previsional equivalen así al 36% de los créditos personales que otorgan todos los bancos y al 28% de las compras con tarjeta de crédito.
En 2017, año de elecciones de medio término, la Anses había relanzado los créditos Argenta. Según la información del FGS, entre julio y diciembre de ese año entregó 3.366.263 préstamos por un total de $69.354 millones.
A fines de mayo, cuando los préstamos tenían un mes y medio en la calle, una encuesta telefónica de Anses arrojó que el 47% de quienes pedían el financiamiento lo empleaba para construcciones o refacciones del hogar, otro 22% para comprar alimentos e indumentaria y un 17% restante para refinanciar deudas. Un 7% respondió que utilizaba el dinero para atender gastos médicos.
“El impacto, una vez descontado ese 17% que lo usó para pagar la deuda de la tarjeta de crédito o con el prestamista del barrio, fue acotado”, sostuvo Martín Kalos, economista jefe de Elypsis. “No fue un mal crédito para tomar; fue un paliativo para llegar a fin de mes y algo mínimo movió, pero no sirvió para revertir la rueda; a lo sumo moderó la caída”, agregó.
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