Se espera que, para el año 2020, las tasas de cáncer bucofaríngeo relacionado con el VPH sobrepasarán las del cáncer cervical. Si es así, ¿por qué no se está vacunando a los hombres jóvenes?
En el verano de 2010, Gary Bolnick empezó a sentirse muy cansado. Bolnick se describe como adicto al trabajo, así que estaba acostumbrado a trabajar duro y hasta tarde. Pero cuando descubrió unos bultos en su cuello fue al médico para que se los miraran.
«Me dijeron, ‘No te preocupes, es benigno'», explica a Broadly. Pero cuando sus síntomas comenzaron a empeorar ―la fatiga continuó y los bultos aumentaron de tamaño― volvió al médico, que le practicó una biopsia. El día de Año Nuevo de 2011, recibió los resultados: cáncer de amígdalas en fase 4.
La causa principal del cáncer de amígdalas es el tabaquismo, pero Bolnick, que está casado y tiene dos hijos, no fumaba. El médico le dijo que su cáncer estaba provocado por el virus del papiloma humano, o VPH. Tan solo tres años antes, Maura Gillison, ahora profesora de medicina interna en la Universidad Estatal de Ohio, había publicado los resultados de un estudio poblacional de siete años de duración en el que descubrió que las personas con cáncer de cabeza y cuello presentaban 15 veces más probabilidades de estar infectadas con VPH en la boca y la garganta que las que no lo tenían.
Bolnick se sometió a una operación para extirparle las amígdalas inmediatamente y después recibió radioterapia y quimioterapia. «Me alimentaba a través de una sonda y perdí un montón de peso. Perdí unos 35 kilos», afirma. «A partir de ahí, estuve más o menos fuera de juego durante un año. Sufrí un montón de reacciones adversas a la quimioterapia y la radioterapia y estaba en muy baja forma. No era capaz de rendir en mi trabajo ni en mi vida. Estaba completamente fuera de todo».
El VPH es la enfermedad de transmisión sexual más común y cuenta con más de 100 tipos, aunque no todos causan problemas de salud. Sin embargo en la actualidad cada vez más personas, predominantemente hombres, son diagnosticadas con cáncer bucal relacionado con el VPH. No resulta sorprendente, dado que un reciente informe de los Centros Norteamericanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) descubrió que entre 2011 y 2014 hubo más hombres (un 6,8 por ciento) que mujeres (un 1,2 por ciento) con VPH oral de alto riesgo, o con una cepa del VPH que provoca cáncer. Dentro de 20 años, los expertos en salud calculan que la mayoría de casos de cáncer de cabeza y cuello estarán provocados por carcinomas positivos en VPH en lugar de por el tabaco y el alcohol. Y hacia 2020, las tasas de cáncer bucofaríngeo (la zona que comprende la garganta, las amígdalas y la parte posterior de la lengua) relacionado con el VPH superarán las de cáncer cervical.
No está muy claro por qué esta enfermedad afecta más a los hombres, según afirma Krzysztof Misiukiewicz, oncólogo que participa en el Programa sobre VPH en hombres del Centro Monte Sinaí para el Cáncer de Cabeza y Cuello, pero diversas investigaciones han mostrado que el sexo oral es el principal factor de riesgo. De hecho, en 2013 el actor Michael Douglas reveló que su cáncer de garganta de fase 4, que más tarde admitió que en realidad estaba en su lengua, era resultado de practicar cunnilingus.
«Siempre que hablamos de cáncer positivo en VPH pensamos que esa persona ha tenido muchas, muchas, muchas parejas sexuales», indica Misiukiewicz. «Pero no consiste en ser más o menos promiscuo. Tenemos parejas que llevan 60 años casadas… y desgraciadamente desarrollan este tipo de cáncer. El virus permanece inactivo y después se hace visible tras 60 años de matrimonio».
La buena noticia es que el pronóstico es bastante bueno para los pacientes con cáncer positivo al VPH que nunca han fumado. Incluso muchas personas cuyo cáncer regresa tras haber remitido tienen buenas probabilidades de supervivencia, según Misiukiewicz.
Pero, tal y como confirma Bolnick, el tratamiento es «realmente duro».
Actualmente, la única forma de protegerse contra el desarrollo de cualquier tipo de cáncer relacionado con el VPH ―ya sea bucal, cervical, de pene o anal― es vacunarse. Pero la vacuna solo funciona en caso que de la persona todavía no se haya visto expuesta al virus y cada año se infectan con alguna forma de VPH en torno a 14 millones de personas. Por eso el requisito de edad es bastante temprano: los CDC recomiendan administrar la vacuna del VPH entre los 11 o 12 años hasta los 26 en el caso de las mujeres y hasta los 21 años en el caso de los hombres.
Pero históricamente muy pocas mujeres han recibido la vacuna. La vacuna del VPH se aprobó inicialmente para las niñas en 2008 con el fin de ayudar a prevenir el cáncer cervical. Más tarde, la recomendación se amplió también a los niños adolescentes para protegerles contra las verrugas genitales
«En torno al 80 por ciento de la población se ha visto expuesta al virus en algún momento de su vida, así que es muy importante vacunar a los jóvenes antes de que inicien su actividad sexual», indica Misiukiewicz. «Eso finalmente conduciría a un descenso de la incidencia y la presencia de este tipo de cáncer», afirma.
La mayoría de personas que contraen el VPH se libran de la infección por sí solas y solo una pequeña fracción de los pacientes llega a desarrollar cáncer positivo en VPH, según explica Misiukiewicz. Pero a diferencia del cáncer cervical, que puede detectarse muy temprano mediante citologías regulares, no existen intervenciones preventivas para el cáncer bucal relacionado con el VPH. Además, los preservativos no pueden proteger completamente frente a la transmisión de VPH, dice Misiukiewicz. Y según la Fundación del Cáncer Bucal, para cuando se detecta el cáncer en la boca o la garganta normalmente ya está bastante avanzado.
«No sé qué es lo que determina quién desarrolla el cáncer y quién no», indica Misiukiewicz. «Todavía no lo sabemos, pero eso no significa que una vez que te hayas visto expuesto vayas a desarrollar el cáncer». Un estudio publicado en el Journal of Clinical Oncology (Diario de oncología clínica) se hacía eco de este punto: al tratar de determinar los riesgos que suponen los pacientes con cáncer bucofaríngeo positivo al VPH para sus parejas, los investigadores descubrieron que esas parejas no presentaban más infecciones de VPH que el resto de la población. Como resultado, su riesgo de desarrollar cáncer era bajo.
Bolnick y su esposa participaron en ese estudio. Ella finalmente se sometió a una extracción de amígdalas porque dio positivo en VPH y presentaba un mayor riesgo de cáncer, según afirma su marido.
Bolnick lleva seis años libre de cáncer y admite que no conocía el vínculo entre el VPH y el cáncer antes de su diagnóstico. «En absoluto», dice. Cuando asistió a la consulta del médico que finalmente le trató, dice que no sabía realmente qué significaba todo aquello.
«Y sigo sin entenderlo del todo», indica. En aquella época «para mí no tenía ninguna conexión. Sinceramente, me sentía completamente abrumado por el miedo ante lo que iba a tener que atravesar. No estaba tan centrado en la causa como en ponerle solución».
«Fue una experiencia terrorífica que me cambió la vida», explica Bolnick. «Es un proceso muy doloroso».
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