Un turista argentino cayó a las Cataratas del Iguazú, en Misiones, y está siendo intensamente buscado por grupos de rescate.
Se trata de un turista argentino que paseaba junto a un grupo guiado. El hombre se subió a la baranda del balcón en el Salto Bosetti y cayó hacia las cataratas pocos minutos antes de las 11 de este lunes.
El jefe de guardaparques, Héctor Ball, relató que un guía de turismo le contó que un hombre llegó al primer balcón del Salto Bosetti, se quitó las zapatillas y se arrojó al vacío.
Una de las versiones del episodio aportadas por testigos que paseaban junto al hombre y que reflejó el diario El Territorio, es que el turista se subió a la baranda para sacarse una foto, perdió el equilibrio y cayó. No obstante, también se investiga si se trató de un suicidio.
Fueron al lugar bomberos voluntarios de Puerto Iguazú y Prefectura Naval, pero no se pudo realizar ninguna tarea debido al caudal extraordinario de agua que se registra en estos días.
Todavía no se cuenta con la identidad y tampoco se sabe si era un turista o lugareño.
Trabajan en el lugar la Policía de Misiones, Guardaparques y bomberos voluntarios de Iguazú.
Cataratas del Iguazú: se perdieron 51 tramos de las pasarelas de la Garganta del Diablo
La inundación en Cataratas del Iguazú provocó más daños de los estimados en un primer momento. Desde la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en el Parque Nacional, confirmaron que la correntada arrastró al lecho del río Iguazú de 51 de los 99 tramos de la pasarela que conduce a Garganta del Diablo, el más impactante de los 275 saltos.
El gerente de la empresa, Marcelo Zuliani, sostuvo: “Estamos esperando que el río vuelva a su nivel normal para poder empezar con la evaluación del estado de los pilotes que sostienen la pasarela. Lo que pudimos ver con un drone es que el agua sacó de su lugar 51 tramos de pasarela y dos tramos en el balcón que da a Garganta del Diablo”.
Respecto de la inundación, sostuvo que “fue muy repentina. En algunos lugares llovieron 290 milímetros en 48 horas y el nivel del agua subió rápidamente, arrastrando una gran cantidad de árboles”. Y asoció esa situación a la gran cantidad de tramos que se desprendieron de los anclajes, lo cual está previsto para evitar que se dañen las bases que sostienen la pasarela.
La empresa cuenta con un protocolo para inundaciones. Cuando Brasil reporta la apertura de compuertas en las represas ubicadas aguas arriba, en el Parque comienza un operativo que consiste en rebatir las barandas de las pasarelas para que el agua encuentre menor resistencia a su paso.
Pero también se quitan las tuercas que aseguran el piso a los pilotes. De esta, manera, ante el impacto de un tronco, el tramo se suelta y queda depositado a los pocos metros, ya que también está unido a un cable de acero que evita un mayor desplazamiento por efecto de la corriente.
Zuliani sostuvo que por el momento no pueden anunciar una posible fecha de reapertura de la pasarela a Garganta del Diablo porque depende de muchos factores: «en primer lugar, que el río vuelva a su caudal promedio para poder visualizar los pilotes y realizar el rescate de los tramos de los pisos. Si el río se mantiene elevado será necesario fabricar nuevos pisos metálicos para reponerlos”, explicó.
Una de las peores inundaciones se produjo en junio de 2014, cuando el río llegó a desplazar más de 46 millones de litros de agua por segundo.
El jueves de la semana pasada el caudal del Iguazú llegó a los 16.500 metros cúbicos por segundo, lo cual equivale a doce veces el promedio que registra anualmente. La creciente obligó al cierre del Parque durante esa jornada por una cuestión de seguridad para los turistas.
Durante el fin de semana el río mostró un sostenido descenso en su caudal. Este lunes a las 7 registraba el paso de 4.750 metros cúbicos por segundo, pero cinco horas después se había elevado a 5.630 metros cúbicos, un incremento de casi el 20 por ciento.
Con este caudal, las Cataratas muestran todo su esplendor, generando un increíble contraste entre el verde de la selva y el agua color rojizo. El ruido que provoca el enorme caudal de agua despeñándose desde 80 metros de altura se escucha prácticamente desde el acceso al Parque.
Agregue un Comentario