El uso de los sistemas de calefacción puede tornarse riesgoso si no es el adecuado. La concientización y la prevención son fundamentales.
En las últimas horas se registraron tres incendios en distintos puntos de la capital salteña. En uno de ellos, un hombre sufrió una intoxicación con monóxido de carbono por lo que fue hospitalizado.
Es que con la llegada del invierno y la profundización de bajas temperaturas aumenta el uso de artefactos a gas, estufas eléctricas y braseros.
Pero el uso de estos puede tornarse riesgoso si no es el adecuado y si no se toman las medidas de prevención correspondientes.
Cerca de las 21.45 del domingo, un hombre de 36 pidió auxilio al 911 ya que se había desatado un incendio en su vivienda ubicada en Villa El Sol.
Personal de Bomberos y una ambulancia se desplazaron al lugar, un inmueble situado al final de la calle Francisco Vélez. Los efectivos ingresaron a la vivienda y hallaron al hombre en estado inconsciente en un dormitorio que colindaba con otro ambiente de la casa donde se había originado el foco ígneo cuando una estufa encendida alcanzó un colchón que comenzó a arder.
Inmediatamente le dieron la primera atención médica y lo trasladaron de urgencia en una ambulancia hacia el hospital San Bernardo. Se le diagnosticó intoxicación por monóxido.
Se registraron daños materiales en la estructura edilicia de la habitación y el techo de chapas.
Una hora antes, otro incendio se había producido en el barrio Solidaridad, más precisamente en la etapa tres, manzana 436A.
En este caso un hombre de 46 años llamó a la Policía para alertar sobre un incendio en la casa de sus padres donde funciona un taller mecánico.
Patrulleros, Bomberos de la Policía y Bomberos Voluntarios acudieron al lugar. Establecieron que el fuego se había originado en un tablero eléctrico por una conexión clandestina. Lograron sofocar el foco ígneo. Se registraron daños materiales totales de una habitación. Intervino en el caso la Fiscalía Penal 6.
A las 22.30 otro incendio se desató en una vivienda del barrio La Aguada Club de Campo, en San Lorenzo.
Una persona llamó al 911 para alertar sobre el incendio. Móviles policiales y de Bomberos concurrieron al lugar, donde el propietario explicó que el fuego se originó en la chimenea y que las llamas habían alcanzado el cielorraso. No hubo mayores daños materiales ni lesionados.
Concientización y prevención
El jefe de la División de Bomberos de la Policía de Salta e ingeniero en Siniestros, Waldo Mercado, explicó que hay dos factores fundamentales para evitar siniestros de este tipo o situaciones drásticas.
“Uno de ellos es la concientización sobre la importancia de manipular de forma correcta y responsable los sistemas de calefacción y el otro tiene que ver con las medidas preventivas ya que el monóxido de carbono es un enemigo silencioso”, sostuvo.
Como se trata de un gas que no emana olor, no es visible y tampoco emite sonidos, a menos que se trate de una fuga constante y fuerte, cuesta mucho percibirlo. Por eso es fundamental la prevención.
“Los sistemas de calefacción a leña, carbón, gasoil, kerosene y aceite al momento de arder, calefaccionar, generan monóxido. Esa es la diferencia con las estufas a cuarzo, eléctricas o calefactores”, diferenció.
Destacó que es primordial tanto para los sistemas a gas como los alimentados por electricidad el mantenimiento de las instalaciones por parte de profesionales matriculados como gasistas o electricistas que verifiquen los montajes.
“Esto es importante porque quizá la instalación no va a soportar el consumo del artefacto eléctrico y pueden producirse cortes de la energía, cortocircuitos y calentamientos. Eso puede acarrear incendios”, señaló Mercado.
En el caso de las instalaciones a gas, la obstrucción en las salidas de ventilación y chimeneas puede ser peligrosa.
Hubo casos de chimeneas obstruidas por nidos de pájaros y hasta escombros. “Eso trae aparejado que el monóxido se concentre en el espacio. Por este motivo la ventilación, dejar siempre una entrada de aire en el ambiente utilizado y de forma permanente es la medida preventiva fundamental. Esto siempre va a reducir los riesgos”, recalcó.
El especialista desaconseja el uso de braseros, hornallas y hornos
“Hay gente que deja el brasero prendido y se va a dormir. Mientras estén despiertos lo pueden tener adentro pero cuando duerman lo tienen que sacar porque sino se pueden intoxicar”.
Considera que utilizar la cocina para calefaccionar es un mal hábito que debe erradicarse.
Muchos de los incendios que ocurren se desencadenan por dejar prendas de vestir o ropa de cama en cercanías a las estufas eléctricas. “Se acuestan a dormir con el calefactor eléctrico, estufa o caloventor encendido que si bien no generan monóxido te hace arder la frazada o el colchón cuya combustión genera un gas venenoso”, finalizó.
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