Con más de 15 puntos de diferencia, el candidato oficialista aseguró otro período de cinco años en el poder para el Partido Colorado; el Senado también será dominado por el oficialismo.
La arrolladora maquinaria colorada se impuso una vez más y renueva por otros cinco años su hegemonía casi perfecta de las últimas siete décadas de la mano del conservador Santiago “Santi” Peña. Tras un clima de incertidumbre los días previos a la elección por la falta de encuestas, el alivio llegó rápido cuando los resultados marcaron una ventaja más holgada de la esperada para la Asociación Nacional Republicana (ANR), consagrando al joven economista como el próximo presidente de Paraguay.
Con el 99% de las mesas escrutadas el resultado es irreversible. En un país en donde las elecciones se definen en una primera y única vuelta, Peña se alzará a la cúpula del poder con una cómoda mayoría del 42,7%, mientras que el líder de la Concertación Nacional, Efraín Alegre, quedó rezagado con un 27,4%. La sorpresa la dio Paraguayo Cubas, el líder polémico de la tercera fuerza, que alcanzó un 22,9% de los votos.
Los sólidos resultados del coloradismo son una muestra de que ni los señalamientos de corrupción ni las divisiones internas pueden con su mayor fortaleza: un inmenso aparato electoral respaldado por sus 2,5 millones de afiliados. De esta forma, con su renovada apuesta por el oficialismo, el país sudamericano se sigue manteniendo como una excepción en una región en donde la alternancia es tendencia.
Cuando la victoria ya era una certeza, Peña salió al escenario instalado en la sede de la Asociación Nacional Republicana (ANR) con una bandera de Paraguay colgando del cuello al ruido de los aplausos y vítores para agradecer “al pueblo paraguayo, al pueblo colorado”.
“Nos entregaron sus sueños y depositaron en nuestras manos sus esperanzas para que mañana podamos a estar mejor. ¡Y vamos a estar mejor!”, afirmó peña, que estaba rodeado de sus familiares y sus cercanos asesores, de su compañero de fórmula, Pedro Alliana, del presidente del partido, Horacio Cartes, e incluso de Arnoldo Wiens, a quien derrotó en las internas de diciembre.
¿El gran ausente? El presidente saliente Mario Abdo Benítez. Aunque felicitó al nuevo presidente de forma virtual. “Felicitaciones al pueblo paraguayo por su gran participación en esta jornada electoral y al presidente electo Santiago Peña. Trabajaremos para iniciar una transición ordenada y transparente, que fortalezca a nuestras instituciones y a la democracia del país”, expresó en Twitter.
Rápidamente se sumaron a las felicitaciones los presidentes de Brasil, Luiz Inácio da Silva, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
“Estamos muy felices, y sobre todo, orgullosos. Santi es un muchacho preparado, honrado y con muchas ganas de hacer cosas por su país. Empezó de muy joven y ha llegado a esto gracias a su preparación y perseverancia”, declaró la madre de Peña, la argentina Ana María Palacios.
Afuera de la sede de la ANR, cientos de personas esperaban con música, bombos y banderas. “Estamos felices, no alegres”, dijo una simpatizante en una provocadora alusión al candidato Efraín Alegre, quien aún no ha reconocido el triunfo de Peña pero anunció que se dirigiría al país a la brevedad.
Además de presidente y vicepresidente, el electorado paraguayo eligió mediante el voto electrónico a 45 senadores titulares y 30 suplentes; 80 diputados titulares y 80 suplentes; 17 gobernadores, y 257 miembros titulares y otros 257 miembros suplentes para juntas departamentales.
En el Senado, que por primera vez se sometía al voto preferencial, el resultado también favoreció a los colorados, que se alzaron con un 44,06% de los votos con el 91,92% de los votos.
Luego de una tensa jornada electoral caracterizada por acusaciones cruzadas y la desbordante afluencia de votantes que, en algunos centros terminaron a las trompadas, empujones y gritos tras horas de espera bajo el sol abrasador, los comicios cerraron a las 16 (las 17 en la Argentina) como estaba previsto. El recuento de votos a cargo de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) comenzó poco después y rápidamente llegaron los primeros resultados, disipando los temores de los últimos días.
Había mucha especulación en torno al desempeño del oficialismo, principalmente por el impacto financiero y moral de los señalamientos de corrupción y las sanciones económicas de Estados Unidos al poderoso empresario y expresidente de Paraguay, Horacio Cartes, hoy presidente y mecenas de la ANR.
Peña sucederá a partir del 15 de agosto por un periodo de cinco años al presidente saliente Mario Abdo Benítez, quien ha demostrado su desprecio por delfín de Cartes en varias ocasiones. Sus ademanes, como los elogios al candidato Paraguayo Cubas un día antes de las elecciones o su ausencia en los actos colorados, sin embargo, surtieron poco efecto en el electorado fiel e indiferente a las riñas internas.
El Partido Colorado ha gobernado a Paraguay durante la mayor parte de las últimas siete décadas, en dictadura y en democracia, con una sola interrupción durante el gobierno del izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), destituido en juicio político un año antes de terminar su mandato.
A pesar de la alegría que se vive esta noche en las calles de Asunción, a Peña lo esperan grandes desafíos: largas deudas pendientes con los sistemas público de salud, educación y transporte. Así como una ardua lucha contra el crimen organizado y la endémica corrupción.
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