Liliana Rojas, vecina de la localidad de Gral. Mosconi, acusó al líder de los originarios de destruirle su vivienda.
Nuevamente un polémico hecho de violencia indignó a todo el norte provincial. Salteña se negó a cortar la ruta y afirma que el cacique de una comunidad wichí le prendió fuego la casa. «Me lo advirtió y terminó cumpliendo», expresó.
«Yo sé quien me quemó la casa porque ya me lo había advertido cuando me fui del corte de ruta. Y lo hice porque tenía muchas razones para dejar esa protesta», expresó Liliana Rojas, vecina de la localidad de Gral Mosconi.
«El cacique wichí Rodolfo Arias fue la persona que en la mañana del domingo ya me había dicho lo que iba a hacer si yo no volvía al corte de ruta y firmaba un nuevo petitorio porque ellos querían seguir cortando», remarcó ante los colegas de la zona.
Quienes después del grave atentado se quedaron prácticamente sin nada no es solamente Liliana sino también «mis cuatro hijos y mi esposo. Nosotros somos gente de trabajo y jamás conseguí que nadie me diera nada de arriba. La casita que teníamos la hicimos con mucho esfuerzo y con la ayuda de toda nuestra familia.
Lo que teniamos dentro de la casa como un colchón sommier, un freezer, una heladera, un equipo de música y toda la ropa, todo lo perdimos en el incendio intencional. Ahora solo me queda pedirle a la población que si puede me colabore en lo que sea. Gracias a Dios mis hijos y mi esposo no estaban en la casita».
La mujer difundió algo que en el norte es vox populi hace años en los cortes de ruta que por las más diversas razones realizan las comunidades originarias, quienes apenas reciben lo que reclaman, lo venden por unos pocos pesos y al quedarse rápido sin dinero vuelven a cortar la ruta nacional 34.
Según recordó Liliana, cuya vivienda está ubicada cerca de la misión wichí en B° Fátima. «Me fui a Tartagal y como a las 12 de la noche me llamaron desde la comisaría de Mosconi para decirme que mi casa se estaba quemando. Yo sé perfectamente quién es porque esa misma persona en la mañana me llamaba insistentemente para que yo fuera a firmar un petitorio que ellos iban a presentar y yo no quise ir», explicó.
«Habíamos estado dos días cortando la ruta y conseguimos que nos dieran los tinacos (tanques para almacenar agua) y los bolsones de alimentos como habíamos pedido. Por eso me retiré del corte, pero ellos querían que siguiéramos exigiendo más y más cosas, pero me retiré y por eso me quemaron todas mis pertenencias», finalizó.
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