El exgobernador dejó seriamente comprometidas las arcas provinciales por muchos años generando un enorme perjuicio al desarrollo de la provincia. La justicia nunca actuó para investigar.
La gestión de Gustavo Sáenz pudo afrontar el segundo vencimiento de la reestructuración logrando, desde que asumió, reducir la enorme hipoteca que dejó Juan Manuel Urtubey en 124 millones de dólares.
El Gobierno de la Provincia efectuó el pago de la deuda que vencía este viernes a bonistas nacionales e internacionales por el monto de 32,3 millones de dólares, correspondientes al segundo vencimiento de este año de la reestructuración del Bono del Bicentenario, deuda que fue tomada en 2016, durante el último gobierno de Juan Manuel Urtubey.
Las sospechas respecto de la desaparición de los fondos también sembró dudas sobre el rol que tuvieron los intendentes de los municipios en donde se deberían haber invertido los fondos, fundamentalmente el de Tartagal que en ese momento era manejado por Sergio «oso» Leavy, a quien se le atribuye haber firmado certificaciones de obras que nunca existieron. Pero las miradas también se posan sobre la Cámara de Diputados de la provincia que nunca investigó tamaño defalco y en esto se le atribuye un rol fundamental al siempre sospechado y extrañamente enriquecido expresidente de esa cámara «Manuel Santiago «Indio» Godoy quien habría impedido sistemáticamente cualquier posibilidad de investigación, eliminando a cajoneando proyectos que pedían informes sobre la enorme defraudación.
«Durante estos cuatro años de gestión del gobernador Gustavo Sáenz, Salta redujo la deuda en 124 millones de dólares», destacaron fuentes oficiales, según publicó El Tribuno.
El stock de deuda al 31 de diciembre del 2019, cuando asumía el nuevo gobierno, era de 640 millones de dólares y al 30 de noviembre del 2023 de 516 millones de dólares.
La actual gestión de Gobierno de la Provincia asumió la responsabilidad del pago de la enorme deuda de gestiones anteriores. «Tenemos el compromiso y gran esfuerzo, a pesar de la situación económica actual, de mantener el orden, la previsibilidad y el equilibrio fiscal», señalaron fuentes del Grand Bourg.
El sospechado destino de dos créditos
La administración de Urtubey dejó comprometió seriamente el futuro de varias generaciones de salteños al tomar dos créditos en dólares. El primero fue en 2012, el denominado Fondo de Reparación Histórica por 200 millones de dólares. Se trataba de una colocación de bonos en dólares con el que se había prometido realizar obras en departamentos postergados como Rivadavia, San Martín y Orán, pero las obras nunca aparecieron y la plata desapareció como por arte de magia. Lo peor es que muchas de esas obras inexistentes se pagaron en su totalidad, pero nunca ni siquiera se iniciaron.
La pobreza y la falta de infraestructura, fundamentalmente hídrica, siguen afectando al norte de la provincia, en donde deberían haber sido invertidos los fondos que desaparecieron y dejaron hipoteca a la provincia. El ejemplo más palpable es que no se realizaron obras clave para el abastecimiento de agua, lo que hace que la crisis hídrica que se vive en este sector de la provincia sea más dura.
El otro crédito es del Bicentenario, que se tomó en 2016 por 300 millones de dólares. Esa plata se usó para pagar la plata que desapareció del crédito anterior.
A pesar de que se trata, posiblemente, de uno de los peores latrocinios de la historia de la provincia, la justicia de Salta nunca movió un solo dedo para investigar semejante atrocidad contra las arcas públicas.
Lo cierto es que, hasta el final de la actual gestión, en 2027, se deberá pagar cuotas de este préstamo.
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