Tras expresar su desconcierto y desilusión por la eliminación del capítulo fiscal en la modificación de impuestos internos al tabaco, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, en Radio Rivadavia, reveló que recibió «consejos» de gente advirtiéndole que «no se meta» en el tema.
Sin embargo, aclaró que «no se podía quedar con las manos cruzadas» ante la «vergonzosa» decisión que afecta gravemente a la provincia. «No puedo dejar a mi provincia y a todos los que trabajan en el tabaco sin poner la cara por ellos», aseguró.
En la oportunidad, destacó la importancia de consultar a las provincias tabacaleras antes de tomar decisiones que afecten al sector. «Por una cuestión de respeto, deberían habernos consultado mínimamente. No pueden decidir un grupo de diputados que no conocen las economías regionales ni han visto en su vida una plantación de tabaco», enfatizó.
Ante esta situación, aseguró que se comunicó con otros mandatarios provinciales para plantear la necesidad de volver a incluir el capítulo fiscal en el proyecto de ley y que los diputados voten al respecto. «No puedo mirar a los jubilados a la cara sino se trata este tema», afirmó.
Lobby y ¿amenazas?
Por otro lado, hizo hincapié en la necesidad de conocer quiénes están detrás de esta medida y quiénes la respaldan. «Es muy extraño que una persona tenga tanto poder sobre la política, el Congreso y sobre el gobierno nacional», declaró.
En ese punto, aseguró que se trata de «un poder muy grande» y dijo esperar que sus declaraciones no traigan aparejados contratiempos a nivel personal o familiar. «Espero que no suceda nada en lo personal a cada uno de nosotros, a nuestras familias», enfatizó.
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