El hombre de 73 años fue suspendido de sus actividades eclesiásticas.
El grupo de WhatsApp estaba integrado por los padres de niños de entre nueve y diez años que se preparaban para recibir la comunión. Era un grupo normal, con escasa participación. Más bien aburrido. Hasta que una noche, el mismo administrador, un sacerdote de 73 años, mandó una foto porno.
En la imagen se podía observar un pene junto a varias estampitas y una mano con anillos.
Según el diario Il Corriere della Sera los padres se enojaron. Mucho. «Padre, ¿pero qué hace? ¿Se ha vuelto loco? ¿Qué es esta basura?», escribió uno de los padres. Otro agradecía que sus hijos estuvieran durmiendo.
La parroquia tomó cartas en el asunto: hicieron la denuncia en la policía.
El religioso, que hasta hace un par de años era el responsable de la sala de oración instalada dentro de un gran centro de para refugiados en Venecia, fue destituido de su cargo por decisión del obispo de Padua, Claudio Cipolla.
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