Un sitio de noticias independiente, que cita fuentes cercanas al jefe mercenario, indicaron que tiene un tumor en el abdomen.
Así lo revelaron al sitio de noticias independiente Proekt dos empleados del llamado «cocinero de Putin», quienes han tenido relaciones directas con él en los últimos años.
Prigozhin, dijeron, se sometió a un tratamiento serio y ahora parece que los médicos están manteniendo a raya la enfermedad.
El sitio «La nueva voz de Ucrania», también recoge la noticia e indica que se trata de un cáncer.
El medio ucraniano cita las mismas fuentes que Proekt, los «dos empleados» de Prigozhin, quienes sugieren que la enfermedad pudo haber influido en su decisión de iniciar un motín.
«¡Este es un hombre con un estómago e intestinos recortados!» dijo una de las fuentes sin especificar a qué se refería.
Las fuentes también indican que Prigozhin lleva un estilo de vida saludable, se adhiere a una dieta estricta y tiene un consultorio médico meticulosamente equipado en su casa en los suburbios de la capital rusa.
Debido a que se trata de cáncer, el consultorio estaría equipado con una cama de cuidados intensivos, un ventilador pulmonar y un concentrador de oxígeno: todo fotografiado por las fuerzas de seguridad rusas durante los registros posteriores al motín de Wagner.
Las fotos fueron luego publicadas por los medios rusos, comenzando por la televisión.
Paciente VIP
El jefe de los mercenarios rusos -supieron los periodistas- fue tratado en la clínica Sogaz, un centro médico que comparte proyectos con la hija del presidente Putin, Maria Vorontsova: allí Prigozhin tenía estatus de súper VIP.
Un tal Dmitry Isaakovich Geyler apareció en el registro de pacientes. Durante los registros de la casa de Prigozhin, las fuerzas de seguridad encontraron un pasaporte con ese nombre, pero con la foto del jefe de los Wagner.
No hubo manera de confirmar toda esta información como suele ocurrir con las noticias que provienen de Rusia.
Un misterio
El paradero de Prigozhin en realidad es un misterio.
Desde su fallido motín del 24 de junio, cuando llegó en una caravana militar hasta 200 km de Moscú exigiendo las cabezas de los altos mando militares rusos, se dijo que viajó a Minsk, después a San Petersburgo y finalmente a la capital rusa. Pero no hay imágenes de él en ninguna parte.
Cuando Prigozhin, convencido por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, depuso las armas para exiliarse a Bielorrusia sin cargos en su contra (ese fue el trata del acuerdo para abandonar su motín), una serie de expertos consideraron que el jefe de Wagner (un ejército privado a las órdenes del Kremlin y punta de lanza en Ucrania que se salió de control) era un hombre muerto.
Su motín fue considerado una «traición» por Vladimir Putin, quien se habría reunido con Prigozhin cinco días después de la asonada para escuchar la versión de los amotinados.
Expertos en inteligencia vaticinaron que sería raro encontrar con vida a Prigozhin en los próximos meses.
Prigozhin es un «muerto viviente», opinó Ian Bremmer, presidente de la empresa de riesgos geopolíticos Eurasia Group, quien sostiene que es claro que el jefe del Grupo Wagner será ejecutado por su intento de golpe.
«Me sorprendería mucho si todavía está con nosotros en unos meses», señaló Bremmer en CNBC.
Redacción Clarin con información de Ansa y The New Voice of Ukraine
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