El equipo de Demichelis lo ganaba desde el vestuario y no pudo liquidarlo. La «T» llegó al 2-2 en el segundo tiempo, y tuvo chances de darlo vuelta. El Millonario suma cuatro empates consecutivos.
El Millonario no pudo alcanzar la punta. Hizo todo en el primer tiempo para lograrlo y lo malogró en el segundo. El equipo de Martín Demichelis se desdibujó y el de Walter Ribonetto se agigantó hasta igualar el marcador y dejar una mejor imagen en el Kempes.
En el comienzo River no dejó respirar a Talleres. Sacó del medio y antes de que se cumplieran los dos minutos, Sebastián Boselli y Pablo Solari se complementaron desde la derecha del mediocampo y entre toque y toque -y algún rebote que quedó para seguir-, el defensor se la dejó al ex hombre de la T, que la dejó correr hasta tener el mejor perfil y sacar un zurdazo que fue demasiado para Guido Herrera.
El arquero intentó contener el remate, pero le rebotó y se le metió por encima. Por su pasado Solari no lo festejó y hasta ensayó un pedido de disculpas en un Kempes repleto -que también tuvo hinchas de River- y que solo tuvo silbidos para Rodrigo Villagra, otro ex Tallarín que se fue a River envuelto en una polémica porque pidió no jugar mas en Córdoba. Cada vez que tocó una pelota, desató una silbatina.
Talleres hizo lo que pudo. Trató de que el tanto precoz no lo condicionara y buscó el arco de River. Franco Armani se lució en un tiro de Rubén Botta -que además metió tres caños- que logró desviar al corner. Por momentos fue quien facilitó los ataques, aunque infructuosos, de la T.
Pero River no le facilitó las cosas. Jugó como si no ganara y buscaba el arco como el agua. Borja estuvo cerca de ampliar la ventaja, quedó mano a mano frente a Herrera y definió cruzado al segundo palo, pero el poste le devolvió la pelota. Más tarde, Esequiel Barco estrelló otra en el mismo poste.
Talleres padeció su falencia recurrente: el de Solari fue el tercer tanto consecutivo que el equipo de Walter Ribonetto antes de los dos minutos y medio. Además, recibió al menos un gol en cada una de las ocho fechas que lleva la Copa de la Liga Profesional.
Antes de que se terminara la primera parte, Talleres pecó de inocente y recibió otro gol. Esequiel Barco hizo corto un tiro de esquina para Nacho Fernández y fue a buscar la devolución. Su marcador siguió la pelota en lugar de quedarse con el ex Gimnasia, que volvió a recibir y no tuvo inconvenientes en tirar el centro que encontró, también en soledad, a Borja que cabeceó con facilidad y amplió la ventaja.
Talleres se despertó en el segundo, le dio más trabajo a Armani y comenzó a tallar su recuperación. Logró el descuento en el momento justo, a los 15, cuando Ramón Sosa conectó de cabeza un envío de Rubén Botta. El paraguayo desvió un centro perfecto y acomodó la pelota para hacerla inatajable.
Fue una inyección de ánimo para el equipo de Ribonetto que tomó las riendas del partido. Logró empatarlo con un golazo de Juan Portilla, quien le pegó desde afuera del área y la puso junto al palo.
River no tuvo respuesta y se llevó a Buenos Aires apenas un punto que terminó cobrando valor cuando Talleres tuvo sobrados motivos (y situaciones) que podrían haber justificado algo más que el empate: a 30 segundos del final, Alejandro Martínez dejó que el triunfo se esfumara con un tiro por encima del travesaño.
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