Borja marcó el 1 a 0 al minuto y parecía que se venía una goleada. Pero el chico Ronaldo Martínez empató rápido. En el segundo tiempo, Nacho Fernández metió el de la victoria.
El festejo del final es un grito de desahogo. Porque River sufrió para vencer a Platense en el Monumental. Se complicó solo el equipo de Demichelis, más allá de el esfuerzo Calamar, que llegaba motivado tras la goleada a Racing. Pero ganó 2 a 1 y mantuvo los cinco puntos de ventaja sobre San Lorenzo, su escolta en la Liga, e irá a jugar más tranquilo a Lima, donde el jueves tendrá un duelo clave ante Sporting Cristal por la Copa Libertadores.
El partido arrancó como para que River arrasara a Platense. Casi que desde el vestuario el equipo de Martín Demichelis se puso en ventaja. Iban apenas dos minutos cuando Miguel Borja mandó a la red una pelota tras una jugada clásica, que incluyó pase del 10 (Nacho Fernández), desborde del extremo (Pablo Solari) en posición de un viejo wing y definición del centrodelantero en el área chica.
Parecía que River iba a tener una noche tranquila y que iba a recuperarse sin problemas de la derrota ante Talleres. Sin embargo, la esencia del encuentro cambió rápidamente. Y fue el propio conjunto local el que se complicó solo y metió a Platense en el partido. Justo se equivocó el jugador menos pensado. Franco Armani quiso salir jugando y dejó corta una pelota que agarró Valdivia, pero Rojas se cruzó para tirarla afuera. De ese corner vino el gol del visitante, con un cabezazo bombeado de Ronaldo Martínez, que incluyó una salida a medias del arquero de River, quien hizo completa su falla.
A partir de ahí, en River hubo una secuencia de errores no forzados. Y Platense los aprovechó, claro. A tal punto que el equipo de Martín Palermo se adelantó en el campo, presionó y jugó mucho tiempo en terreno rival. Tal es así que contó con una buena chance para dar vuelta el marcador con un remate de Baldassarra, de frente al arco, que contuvo Armani.
River, que salió a jugar con un 4-2-3-1 y con cinco cambios respecto al encuentro con Talleres, se sintió incómodo en gran parte del partido. No encontró el circuito de juego mitad de cancha hacia adelante. Salvo algunos buenos pases de Nacho Fernández, reinaron las imprecisiones. Palavecino no hizo pie y el aporte de los laterales no fue gravitante como otros partidos. El más claro, en ese contexto, fue Aliendro, quien sí le daba buena salida al equipo.
El ex Colón, justamente, se quedó como dueño de la mitad, ante la salida de Enzo Pérez en el entretiempo para que ingresara Matías Suárez. Con el cordobés en la cancha, Demichelis armó el esquema que más le gusta, con dos extremos bien abiertos. Creía el técnico de River que estaba por afuera la clave. Y así llegó el segundo gol. Borja, de espaldas al arco, abrió para Solari, quien tiró un centro venenoso y tras un rebote, apareció Nacho solo por el centro del área para definir.
El partido, de todos modos, no le quedó cómodo a River. Aun con la ventaja, por momentos sufrió. Palermo mandó a la cancha jugadores con características más ofensivas y Platense siguió complicando a River. Le merodeó el empate con pelotas paradas. Y Armani salvó sacó en la línea un cabezazo.
Demichelis, en tanto, respondió también con jugadores de ataque (Barco y Beltrán), pero también equilibró con Kranevitter y Paradela. De contra, River pudo liquidar la historia pero entre malas definiciones y la que Morgantini le sacó en la línea a Suárez, hubo suspenso hasta el final.
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