Con el foco puesto en el cruce con Athletico Paranaense por la Copa Libertadores, Gallardo puso un equipo alternativo y bajó al Taladro de Sanguinetti con goles de Nacho Fernández y el Sicario Rojas.
La victoria 2-0 contra Banfield le sirvió a River para llegar a la punta del grupo 3, lugar que comparte con el Taladro, pero el partido fue aún más importante para Marcelo Gallardo, que empezó a encontrar algunas respuestas a interrogantes que seguramente lo tenían preocupado. Jugó y marcó un gol Ignacio Fernández, ese mediocampista fundamental que no volvió bien luego del parate por la pandemia. También fue titular, rindió y hasta anotó el segundo gol Robert Rojas y, teniendo en cuenta los flojos rendimientos de Paulo Díaz y Javier Pinola, podría meterse en la zaga central de cara al choque del martes ante Athletico Paranaense.
A diferencia de Miguel Russo en Boca y de Sebastián Beccacece en Racing, Gallardo optó por poner a algunos de los futbolistas que jugarán contra Paranaense en Brasil por Copa Libertadores. Se sabe: no está jugando bien River y los rendimientos individuales están bajos. Buscó darles minutos el Muñeco a jugadores como Ignacio Fernández, Milton Casco y Javier Pinola. Nacho incluso venía de dejar atrás un desgarro.
Pero sigue “irreconocible” el equipo, tal como lo describió el entrenador millonario semanas atrás. Es cierto que enfrente estuvo el interesante Banfield de Javier Sanguinetti y cabe resaltarlo. Igual, no termina de enganchar del todo River, sigue un cambio más abajo de lo que solía estar, sin peso en los metros finales, sin desbordes ni ataques masivos. Juega como si fuese un equipo en formación; juega como si estuviera buscando su idea. Ayer recién en el segundo tiempo, con las modificaciones, se pareció un poco al de antes. Y con eso le bastó para quedarse con una merecida victoria.
Es verdad también que Gallardo mandó a la cancha a un equipo atípico. Eligió un 5-3-2 el técnico del elenco de Núñez para desdoblar las corridas de los extremos rivales, especialmente las de Mauricio Cuero. Y le costó a la defensa parar al veloz colombiano. Fue un pinchazo en la zona de los isquiotibiales de la pierna izquierda el que paró a Cuero y lo sacó de la cancha a los 35 minutos de la primera parte. Se llevó las manos a la cabeza Sanguinetti, consciente de la baja sensible que acababa de sufrir. Encima, unos minutos después el que salió fue el arquero Mauricio Arboleda por un golpe en la cabeza.
Tiene un mediocampo interesante Banfield, con un cinco clásico como Jorge Rodríguez, un corredor como Giuliano Galoppo y un volante interior de buen pie como Martín Payero. Este último fue el que manejó los ataques del local, levemente recostado por la derecha, a las espaldas del juvenil Ferreira. Cuesta entender porqué no fue él -dueño de todas las pelotas paradas- el encargado de patear el penal que Fernando Rapallini había sancionado por clara mano de Ponzio. Se paró Luciano Lollo frente a la pelota y la mandó un metro por arriba del travesaño.
River no atacó. Apenas inquietó con un par de remates desde afuera. Nada se vio de ese equipo que pasaba por arriba a los rivales, que desbordaba por ambas bandas, que ahogaba a los defensores con la presión. Se insiste el concepto: se lo nota más pesado a River, con una marcha menos.
Entró Carrascal por Pinola en el entretiempo y River se paró con un 4-3-1-2. Después se sumaron Matías Suárez, Enzo Pérez y Rafael Santos Borré. Banfield se retrasó para jugar de contra. Manejó la pelota, el tiempo y el espacio el equipo de Gallardo. Impuso condiciones y se empezó a acercar al gol, que finalmente llegó de la zurda de Nacho Fernández luego de que Rojas bajara la pelota. Fue todo del visitante de ahí en más, pese a que Banfield tuvo dos claras, una con un remate de Alvarez cruzado y la otra con un cabezazo de Galoppo que Bologna mandó al córner.
De un tiro de esquina de Carrascal -que se fue expulsado por una agresión a Emanuel Coronel- llegó el festejo definitivo de Rojas, que, al igual que Nacho en el primero, lo gritó con furia. Tanto el zurdo mediocampista como el central paraguayo necesitaban una actuación así para demostrarle al entrenador que pueden estar el martes en Brasil.
Ganó bien River. No le sobró nada. Pero encontró algunas respuestas que lo deben haber puesto contento a Gallardo de cara al futuro.
Agregue un Comentario