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Copa LibertadoresRiver le ganó San Pablo y consiguió el pasaje a los octavos de final

Julián Álvarez convirtió de local y de visitante ante San Pablo. Foto Reuters

El equipo de Marcelo Gallardo ganó 2 a 1 en la cancha de Independiente. Julián Álvarez fue el autor de ambos tantos.

River Plate recibió a San Pablo en la búsqueda de la victoria que lo clasificara a los octavos de final y lo consolidara como gran candidato a ganar la Copa Libertadores. Y cumplió por partida doble: le ganó 2 a 1 y pasó de ronda.

No era el Santiago Bernabéu ni el Camp Nou. Tampoco Old Trafford ni Anfield. Ni el Allianz Arena ni San Siro. Ni el estadio Dá Luz. Pero en el Libertadores de América de Avellaneda hubo fútbol de alto vuelo.

River y San Pablo armaron un partido con ritmo europeo, sobre todo en el primer tiempo. Lo ganó River  y le sobró una fecha para clasificarse a los octavos. De yapa, eliminó a otro equipo grande del continente como San Pablo.

De un lado estaban Enzo Pérez, Matías Suárez, Rafael Borré y Javier Pinola. Del otro, Dani Alves (una estrella que hasta hace no mucho tiempo jugó con Lionel Messi en el Barcelona), Juanfran Torres y Hernanes.

Todos ellos jugaron en Europa, compitieron en las Ligas más importantes y disputaron torneos internacionales, ya sea Champions o Europa League. Conocen el ritmo, la intensidad, la precisión y la presión con la que se juega en el Viejo Continente. En los niveles más altos. Y alrededor de ellos hay varios jugadores que tienen destino de fútbol europeo, sobre todo en River.

Marcelo Gallardo aplica técnicas, estrategias y tácticas que están más cerca de lo que ocurre del otro lado del Atlántico que de esta parte. Y con una enorme base física que sustenta al equipo para presionar en toda la cancha y recuperar rápidamente la pelota cuando no la tiene. Una vez más, River exhibió un abanico grande de recursos. Y le agregó el contraataque.

Era de esperarse que River pudiera estar ante esa variante del juego. Es que obligado por las circunstancias, San Pablo lo presionó de entrada y en pocos minutos se metió en su área. Pero dejó muchos espacios atrás, que fueron bien aprovechados por el tridente de ataque riverplatense, apoyados en las asistencias de Nacho Fernández y De La Cruz.

River pudo haber liquidado el partido en el primer tiempo, porque por astucia y por malas coberturas del equipo paulista en defensa se encontró con jugadas muy claras como para rematar el encuentro rápidamente.

De tres situaciones que tuvo, Julián Alvarez metió dos goles, entrando al área rival como centrodelantero, al ocupar el espacio dejado por Borré en un movimiento muy bien trabajado.

El pibe, que hace pocos días fue noticia por regalarle una camioneta a su primer entrenador del club de la infancia en el pueblo cordobés de Calchín, de donde es oriundo, demostró una habilidad más: su certera definición.

En el primero de los goles de Alvarez, la orquesta funcionó a pleno. Hubo 17 toques. Horizontales, verticales, cambios de frente, pivoteo… Participaron nueve de los once jugadores. Hasta los marcadores centrales (Martínez Quarta otra vez aportó una salida prolija del fondo para iniciar jugadas). Y De La Cruz dio la nota final para dejar al cordobés cara a cara con el arquero rival.

En el segundo, Suárez mostró una vez más su sensibilidad para manejar los tiempos y la pelota con mucha claridad y dejarlo solo al pibe de Calchín.

En el medio, River sufrió también en algún pasaje del partido. Claro, no tenía enfrente a Binacional de Perú sino a San Pablo, un equipo de jerarquía que si bien no rindió en la Copa, marcha tercero en el Brasileirao. Se animó el conjunto paulista atacar a River. No pudo por abajo, pero sí por arriba. Tras un corner, Diego Costa estampó de cabeza el empate parcial. Pinola y Borré lo perdieron y Armani no salió.

En el segundo tiempo, la intensidad bajó. Tal vez sintieron el desgaste de los primeros 45 minutos. River buscó conservar la ventaja sin jugar cerca de su arco y San Pablo fue a buscar volcando su juego sobre el sector derecho, con las subidas del español Juanfran. Pero también contó con una buena chance con una trepada de Reinaldo por la banda izquierda. No le quedaba otra. La derrota lo dejaba afuera de la Copa.

En River se cansaron los del mediocampo. El equipo del Muñeco ya no tenía tanto tiempo la pelota y tampoco la recuperaba tan rápido. Quedaban huecos entre la mitad y la defensa. Por eso Gallardo  mandó a la cancha a Paulo Díaz (sacó a Alvarez) y defendió con tres centrales más los dos laterales. Buscó achicarle los espacios. Pero San Pablo casi lo empata luego de una pelota a espaldas del chileno. Salvó primero Armani y después Martínez Quarta.

Terminó apretado River, pero igual se llevó el triunfo merecido. Y se sintió bien, sobre todo en la primera mitad, en un estadio que no es el suyo. Marcelo Gallardo había elegido la cancha de Independiente porque dijo que tiene un césped en el que se puede jugar muy bien. Y en el primer partido como local en el Libertadores de América, su equipo ganó y se metió en los octavos de final para seguir en la búsqueda de otra Copa.

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