Es Tucumán, que en momento más álgido de la epidemia de la última temporada tenía 12 mil casos más que lo notificado. Desde el Ministerio de Salud de la provincia lo atribuyen a las demoras en cargar los datos y a que el esfuerzo está puesto en la asistencia.
El Ministerio de Salud viene reportando un descenso persistente -de 18 semanas- en los casos de dengue, pero un informe regional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicado hace poco informó que del 21 al 27 de julio (formalmente, la “semana epidemiológica 30”), Argentina tuvo más de 15.000 contagios. Esto llevó a que el organismo pintara de rojo al país en un didáctico mapa mundi, y concluyera que el alza de infectados llegó a 199%. Aunque desde la cartera que conduce Mario Russo aclaran que la OPS cometió un error de interpretación de los datos estadísticos, el episodio habla de un déficit sanitario local nada menor.
Parte del problema se desnuda en un hecho incontrastable: al cierre de estas líneas, la OPS actualizó su último reporte regional, correspondiente a los siete días siguientes, la semana epidemiológica 31 (o SE31). Mientras, como se dijo, en la SE30, Argentina parecía al rojo vivo, con 15.000 contagios por el virus que transmite el mosquito Aedes Aegypti, la OPS comunica que en la semana posterior (del 28/7 y el 3/8) hubo solo 16 casos, en línea con la baja declarada por el Ministerio de Salud.
La pregunta es de dónde salen esos más de 15.000 casos. Como pasó con el Covid, la respuesta está en las demoras de algunas provincias para informar al sistema de vigilancia nacional los casos de enfermedades de notificación obligatoria. El dengue es una de ellas.
La falta de cultura del dato es un problema con sello nacional, pero hay una jurisdicción que, en este caso, se destaca sobre las demás.
Es una que resultó tener casi un 19% más casos de dengue que los informados tras el peor momento del brote de 2024.
Carga retrospectiva de dengue
El Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) no informa las cargas demoradas, pero contiene la información que permite deducirlas, y con precisión provincial.
A nivel nacional (confirmaron desde la cartera que maneja Russo, tras un pedido de Clarín), en la SE26 hubo 1.054 casos de dengue “extra”, que no ocurrieron realmente esa semana. En la SE27, los casos “anacrónicos” subieron a 5.567. En la SE28, a 7.470.
Mirando lo que siguió después, cualquiera leería erróneamente que se avecinaba un nuevo brote de dengue en el país. Si bien en la SE29, la “carga retrospectiva” -como le llaman en el Ministerio de Salud- bajó a 6.089 confirmaciones, en la SE30, considerada (en respeto al ciclo natural del mosquito) el cierre formal de la temporada del virus, las notificaciones retrospectivas subieron 150%, en comparación a la semana previa. Fueron 15.249 casos.
Las provincias con mayor carga retrospectiva de dengue
Siguiendo con la paradigmática SE30, salvando Río Negro y Chubut, ninguna provincia estuvo exenta de haber aportado porotos al reporte tardío de 15.000 infectados. Pero el mayor accionista de ese total fue una provincia.
Porque Tierra del Fuego, Santa Cruz, Neuquén, La Pampa, Santa Fe, Chaco, Catamarca, Jujuy y Salta tuvieorn una carga retrospectiva menor o igual a 10 casos. Santiago del Estero, Formosa, San Juan y San Luis, una menor a 30. Por debajo de los 100 estuvieron Misiones (95) y la ciudad de Buenos Aires (77).
Siguiendo en la SE30, Corrientes informó 175 casos retrospectivos. Mendoza, 181; Entre Ríos, 236; la provincia de Buenos Aires, 273; y La Rioja, 308. A Córdoba le tocaron 1.039 contagios reportados tarde.
La que falta es Tucumán. Como Córdoba o Santa Fe, esa provincia tenía antecedentes de carga retrospectiva de algunos miles de contagios, pero su máximo en el último tiempo había sido 6.000.
Sin embargo, en la SE30 la provincia más chica del país notificó una carga retrospectiva de 12.751 infectados por dengue.
Notificaciones de dengue: por qué se atrasan las provincias
Desde el Ministerio de Salud de Tucumán aclararon que, más allá de la estadística, vienen poniendo esfuerzos en la lucha contra el dengue todo el año: “Hace dos meses que Tucumán no registra casos de dengue. Nunca se detuvieron los operativos de descacharreo por parte del personal de salud y de las comunas”.
Están administrando la vacuna contra el dengue “al personal de Educación, Seguridad y Salud” y aclararon que “se ampliaría para la población de 15 a 19 años, sobre todo en los lugares de mayor incidencia”.
La directora de Epidemiología de esa provincia, Romina Cuezzo, destacó el alza de contagios de 2023-2024, en comparación a los brotes previos: “En 2023, incluso, habíamos tenido 39.669 confirmaciones, pero en 2024 llegamos a 67.743”.
Esa cifra se queda corta. En el informe de cierre de temporada de dengue, el Ministerio de Salud de la Nación informó que solo este año Tucumán registró más de 80.000 casos. El 19% que diferencia una cifra de la otra corresponde a la carga retrospectiva, el punto ciego de la pandemia.
Cuezzo no lo niega. Explica que “no es lo mismo tener cinco casos por semana que, de repente, 100 o más”. Agregó que “en los peores momentos de la epidemia, los esfuerzos están en resolver la asistencia. De hecho, algunos roles terminan siendo redefinidos y así se generan demoras en la notificación”.
“Pero insistimos en cumplir con la carga retrospectiva: que todos se pongan al día y los casos se imputen a la semana de ocurrencia del contagio”, enfatizó, antes de reconocer que “siempre la notificación está expuesta a algún sesgo” y que, “además, hay subsectores que no notifican”. Tras la repregunta, clarificó: “Generalmente, los privados”.
¿Falta cultura de datos en la Argentina? Cuezzo dijo que “a partir de los eventos del último tiempo, el tema se ha jerarquizado. Pero es algo en lo que hay que insistir”.
Cuán difícil es cargar datos en el SISA
Sin datos sólidos, el diagnóstico de cualquier problema puede ser erróneo, lo que complica el diseño de políticas adecuadas de prevención. ¿Es difícil o lleva mucho tiempo cargar datos en el SISA?
Stella de Gregorio, infectóloga del Hospital de Clínicas, es la persona que -junto con una enfermera formada para la tarea- se encarga de la carga epidemiológica en lo que compete a las enfermedades infectocontagiosas de notificación obligatoria.
Es una tarea que puede realizar cualquier persona que haya hecho el curso correspondiente (es corto y es online). “No tiene por qué ser infectólogo; ni siquiera, médico”, había explicado Cuezzo.
De Gregorio explicó que, cuando el circuito está aceitado, “como en el caso del Hospital de Clínicas, lleva minutos hacer una carga. Distinto es si falta personal o infraestructura. Acá somos un equipo”.
Todo arranca así: “El paciente es evaluado por un médico de guardia. Si, de acuerdo a la evaluación clínica, tiene sospecha de dengue, se completa una ficha con los datos datos demográficos, como nombre, edad, sexo, datos de contacto, y también la fecha de inicio de síntomas -muy importante-, más la fecha de consulta. Hay marcar con una cruz la sintomatología y hay una sección dedicada a los contactos con antecedente de viaje y si está vacunado, más otros datos adicionales”.
Confeccionada la ficha, “se hace una orden de estudio de laboratorio y la ficha se remite con la muestra sangre a analizar”. Pero la ficha le llega también a ella “para que cargue la notificación de caso sospechoso en el SISA”. La médica resuelve la carga dentro de ese mismo día “o, a lo sumo, de un par de días, si es fin de semana”.
Los datos personales ni siquiera hay que tipearlos porque “saltan con poner el DNI, salvo que sea un extranjero, a veces”. Además, “suele pasar que haya que corregir o actualizar datos de contacto, o mismo rechequear el DNI, si no se asentó bien en la ficha”.
Cuando le llega por mail el resultado del laboratorio, De Gregorio entra de nuevo al sistema: “Será caso confirmado o descartado. Así, toda la información pasa a mano de las autoridades sanitarias, por si deben hacer alguna notificación o para evaluación estadística”.
De Gregorio ve pacientes pero siempre dedica “una parte del día a notificar. Es importantísimo hacerlo porque de otro modo no se pueden conocer los números”.
Concluyó que no le sorprenden las grandes demoras de algunas provincias: “No sé si todas las instituciones tienen este circuito armado. Yo misma, si la guardia está desbordada, puedo no recibir la ficha y tener que salir a buscar la historia clínica. Pero tenemos buenas condiciones para notificar en el momento. En una provincia alejada de todo, sin buena conexión a internet o con poco personal o mala infraestructura, la situación puede ser realmente muy distinta”.
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