El pueblo salteño recordó la Batalla de Salta que encabezó el prócer hace 206 años. Los fortines gauchos marcharon encolumnados.
Como cada año y esta vez bajo un sol intenso, miles de personas participaron del tradicional desfile gaucho alrededor del monumento 20 de Febrero. Se conmemoró el 206 aniversario de la Batalla de Salta y se vivió una fiesta patria.
Los actos centrales comenzaron a las 10 con la colocación de ofrendas florales por parte de autoridades provinciales, municipales y de las distintas fuerzas. Hubo un minuto de silencio y posteriormente el capellán del Ejército, Luis Talló Figueroa, abrió la ronda de discursos.
«Al contemplar la cumbre del monumento resalta la figura de mujer que lleva en manos la corona de la victoria, una gloria alcanzada con el supremo sacrificio de muchos que están enterrados en este campo sagrado, sacrificio por una patria y soberana. Cuánto contrasta con el pensamiento relativista de estos tiempos», expresó al inicio.
«A los críticos de la compasión cristiana, como lo hicieron con el general Belgrano, se responde con las palabras del prócer: «Siempre se divierten los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos, ilumínanos Señor para ver el camino que la historia de la patria nos requiere y seguirlo con verdadera honestidad de pensar y vivir sin atascarnos en rencillas ególatras o de ideologías foráneas que dividen y enfrentan a un pueblo que requiere justicia y paz», añadió.
En el palco oficial se encontraba el gobernador JUAN MANUEL URTUBEY acompañado por su esposa ISABEL MACEDO; el vicegobernador, Miguel Isa; el presidente de la Corte de Justicia de Salta, Guillermo Catalano; el intendente Gustavo Sáenz; el jefe de la V Brigada de Montaña, Mariano Castelli; jefes de las fuerzas, senadores, diputados, ministros y concejales.
La Batalla de Salta «se ha transformado en un concepto, mientras que ayer fue un hecho de armas entre los realistas contra los independentistas, hoy es un ideal de unión y patria. Solo si se apodera de todos nosotros una voluntad fanática de progreso, esta podrá imponerse y conseguir el gran objetivo: la unión en paz y libertad para hacer grande a la república», manifestó Castelli.
En tercer lugar, el ministro de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia, Marcelo López Arias, destacó la proeza del general Manuel Belgrano. «Fue una figura bisagra realmente extraordinaria en la historia de la Argentina», sostuvo.
«Desde muy niño se fue a estudiar leyes a Madrid. Se recibió de bachiller en leyes y le escribió a su padre diciendo que lo perdone pero que no iba a seguir haciendo el doctorado porque le interesaba mucho mas la política económica y temas sociales. Se dedicó fundamentalmente a eso en una época en que la revolución francesa ya había generado nuevas ideas», hizo hincapié.
«Digo de todo corazón en nombre de todos los salteños, de mi patria: gracias general Belgrano por esa profunda humanidad y por ese ejemplo de compartir la penuria de sus soldados y terminar tan pobre sus días que tuvo que pagar los honorarios de su médico con su reloj personal», finalizó.
Seguidamente se lanzó el clásico desfile cívico militar del cual participaron escuelas, colegios, excombatientes de Malvinas y diversas instituciones. Minutos después los fortines de gauchos que llegaron desde distintos puntos de las adyacencias a la ciudad marcharon encolumnados frente al palco. El gobernador Urtubey desfiló montado a caballo y lo siguieron de la misma forma sus hijos. Todos los participantes lucieron con orgullo sus uniformes e impecables trajes.
Temprano, ayer, en la plaza Belgrano, las autoridades se habían congregado para recordar el legado del general Belgrano y depositar una ofrenda floral en su busto.
Se cumplieron ayer 206 años desde el día en que Belgrano desobedeció las directivas de Buenos Aires y se aventuró a dar guerra a los realistas logrando un triunfo que demostró que se podía vencer al enemigo tal como pensaban José de San Martín, Martín Miguel de Gemes y el propio Belgrano. El enfrentamiento tuvo lugar en 1813 en Campo Castañares. El rol de las mujeres fue muy importante en la gesta. Muchas de ellas vendían empanadas y panes en los cuarteles realistas y ayudaban a los soldados que se iban a combatir. En muchos casos hasta tomaron las armas y fueron el sostén en medio de la batalla.
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