La Guardia bajo las Estrellas, única ceremonia permitida por el COE para recordar al general Güemes, se desarmó pocas horas después de haber empezado.
Tras meses de idas y vueltas sobre cómo serían los homenajes al general Martín Miguel de Güemes, en el bicentenario de su fallecimiento, muchos gauchos se sintieron ofendidos por la forma en que se desarrollaron los sucesos anoche en el monumento al héroe gaucho.
“Convirtieron el homenaje en un acto político”, planteó Diego Amante, integrante de la comisión directiva de la agrupación gaucha Juan Carlos Dávalos, de San Lorenzo.
En medio de la segunda ola de COVID-19, desde el Comité Operativo de Emergencias (COE), no se autorizó la realización del desfile ni de una marcha. El único homenaje permitido fue la Guardia bajo las Estrellas que finalmente se desarmó pocas horas después, ya que los gauchos se sintieron excluidos del acto oficial.Anoche, Amante envió un audio en el que expresó su malestar con las autoridades provinciales que organizaron el acto.
“Fue un castigo, un revanchismo… No se entiende la animosidad del Gobierno”, expresó el hombre en el mensaje que se viralizó rápidamente.
Relató que muchos gauchos se quedaron sin poder ingresar al monumento, incluso quienes formaron parte de la peregrinación que recorrió 1750 kilómetros a lo largo de 55 días desde Luján, en la provincia de Buenos Aires. La semana pasada, cuando llegaron a Salta los fieles tampoco fueron recibidos por autoridades provinciales ni municipales.
“No se le pudo rendir homenaje al general”, expresó Amante en ese audio y contó todas las adversidades que les hicieron atravesar las autoridades provinciales, que hasta momentos antes amenazaban con que se suspendería la Guardia bajo las Estrellas.Ayer, alrededor de las 21, llegaron los gauchos a un monumento silente, solitario y frío. Sin las fogatas tradicionales, se dispusieron a custodiar al géneral, en el aniversario de su última noche con vida en la Quebrada de la Horqueta.
Horas después, cuando llegaron el gobernador, Gustavo Sáenz; el presidente, Alberto Fernández; la intendenta de Salta, Bettina Romero; los gobernadores de otras provincias del norte y otros funcionarios y funcionarias nacionales y provinciales, recién se encendieron las luces y la música.
De repente, adonde no podían llegar los gauchos ingresaron cientos de militantes, con bombos y banderas.
“Los gauchos entendimos que no podíamos soportar más la afrenta”, contó Amante. Se retiraron a un costado. Cantaron el himno y la marcha a Güemes y luego se fueron del lugar.
“Por primera vez en la historia de Salta, justo en el bicentenario de su fallecimiento, el general Güemes se quedó sin la guardia de sus gauchos. Un insulto a la historia del pueblo de Salta”, lamentó el hombre.
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