Kevin David Torres, el joven acusado de asesinar a la niña wichí Florencia Torrez, quien se encontraba prófugo desde hace un par de días, regresó a su casa y fue nuevamente aprehendido.
Se supo que tanto la fiscalía como la querella de la familia pidieron que se le revoque la prisión domiciliaria, pero todavía no se conoce qué decisión tomará el juez de Garantías N° 1 de la ciudad de Orán, Francisco Oyarzú, quien dispuso en su momento que el femicida cumpla prisión en su casa.
El Poder Judicial informó que, al momento de autorizar la prisión domiciliaria, el juez había ordenado que la Policía de Salta mantenga una custodia permanente en su casa. Sin embargo, integrantes de la organización de mujeres Kuape Äi (Aquí Estoy) contaron a Salta/12 que los policías iban diariamente a constatar que el acusado estuviera en su casa, pero no permanecían todo el tiempo vigilándolo.
Se sabe que la defensa pidió que se tenga en cuenta un aparente retraso mental que tendría el acusado. Pero fuentes de la investigación aseguraron que no existe un informe médico que avale esta situación, y señalaron que Kevin Torres no fue declarado inimputable.
Por otro lado, se supo que la querella de la familia, que cuenta con la asistencia de una abogada proporcionada por el Estado provincial, requirió ayer que se haga una pericia psiquiátrica para definir la situación procesal de Torres. Y también solicitó que quede alojado en una unidad carcelaria.
El Ministerio Público Fiscal de Salta informó que tras la recaptura la fiscala de la Unidad de Graves Atentados de Orán, Claudia Carreras, «volvió a realizar una solicitud de revocación de la prisión domiciliaria». Este organismo recordó que cuando el juez dispuso la domiciliaria, la fiscalía impugnó esta decisión, aunque este planteo no fue resuelto todavía.
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