Empataron 0-0 en el Cilindro. El campeón de la Superliga, que quería dejar atrás su sorpresiva eliminación en la Copa Argentina, se llevó un punto con sabor a poco.
“El fútbol no da revancha, da nuevas oportunidades”. Eso dijo Eduardo Coudet en la semana, luego de la eliminación ante Boca Unidos por Copa Argentina. Para el debut en la Superliga ante Unión, el DT mandó al banco al experimentado Darío Cvitanich, que no había estado fino ante los correntinos. Y la nueva chance llegó, tanto para Racing como para Cvita. Ocurrió en el último minuto, después de que el local lo buscase por todos lados. Un pase largo de Matías Zaracho encontró solo a Cvitanich, cara a cara con Sebastián Moyano. Definió el delantero y la pelota se chocó con el pecho del arquero. Fue un 0-0 que dejó al local masticando bronca y a la visita festejando.
¿Corresponde pedirle más a Unión de Santa Fe, que para esta Superliga perdió a sus mejores jugadores y se reforzó como pudo? ¿Es justo criticar el ultra defensivo planteo de los dirigidos por Madelón? ¿Dónde debe ponerse la lupa? ¿En el grande y último campeón que alimentó su plantel con futbolistas de proyección o en el menos grande y que se acomoda como puede? Las preguntas se sucedían mientras Racing manejaba la pelota de un lado a otro y no encontraba los caminos para vulnerar a Unión. La tenía Pillud y salía a hacerle sombra Gabriel Carabajal. Para cuando Pillud la largaba, el talentoso Carabajal volvía al embudo del medio. Así pasó con cada una de las parejas del juego.
Fue aplicado Unión y se esforzó en marcar, marcar y marcar. La imagen del primer tiempo fue toda una en continuado: 5-4-1 con el único delantero, Franco Troyansky, parado encima de Marcelo Díaz. ¿Es mérito de Unión o falencia de Racing no hallar los caminos para generar peligro?
Conviene eximirlo de críticas furiosas a Madelón porque su historia como entrenador merece respeto. En tiempos no muy pasados, Unión jugaba lindo, al ataque. Por jugar bien se le fueron muchos jugadores. Le tocó volver a empezar a Unión. Encima debutó contra el campeón reinante y de visitante. Así, fue a lo seguro el técnico tatengue, a lo que menos trabajo requiere. Se defendió bien atrás, sin intentar disputarle el espacio a Racing. Invitó al local a que maneje el balón de lateral a lateral y a que tire centros al área desde los costados. El resultado: los centrales se cansaron de sacar pelotas.
La más clara de la pimera parte, de todos modos, fue para Unión: tras un corto despeje, Gómez Andrada disparó al palo. Y nació la primera polémica de la noche. ¿Hubo falta de Solari a Troyansky cuando este último iba a buscar el rebote en el palo? Casi ni se protestó, pero pareció penal.
Racing reclamó dos supuestos penales: uno por mano de Gómez Andrade y otro por un empujón de Corvalán a Licha. Ambos también parecieron sancionables, aunque finitos.
Para la segunda parte, Unión se sintió aún más cómodo y Racing desconcertado. Incluso pudo lastimar el conjunto de Santa Fe, pero no estuvo certero en las contras. Y cuando el local inquietó, apareció la figura de Moyano, que se quedó con la foto del partido. Porque contuvo dos remates desde afuera (González y Zaracho) y le ahogó el grito final a Cvitanich.
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