Sumó 14 de los 18 puntos que disputó tras el mazazo ante River y está en carrera. Necesita mejorar la elaboración. Jonatan Cristaldo y Lisandro López, de penal, marcaron los goles.
Los aplausos son tibios, pero hay felicidad en las tribunas. El campeón acaba de vencer a Aldosivi. Los resultados vuelven a ser compañeros fieles en el rincón celeste y blanco de Avellaneda. Racing sumó 14 de los últimos 18 puntos que disputó después del mazazo de River y está en carrera. Justo en la antesala del duelo con Boca, el puntero de la Superliga, luego de la fecha FIFA y antes del Superclásico de la Libertadores. Desde los números, todo cierra. Lo que no termina de convencer es el juego. Le alcanzó con la jerarquía para imponerse ante un tiburón que casi no mostró los dientes y navega en las aguas profundas del descenso.
Coudet había dado un golpe en la mesa después del empate en Rosario. Aquella tarde, el equipo fue superado y sólo se sostuvo en Gabriel Arias. Por eso metió mano el técnico. Y sacudió el vestuario con cinco cambios. Así y todo, necesitó de un rapto de lucidez de Matías Rojas y un cabezazo goleador de Jonatan Cristaldo para viajar al entretiempo en ventaja. Y de un penal que sólo observó Mauro Vigliano. Porque fútbol elaborado hubo poco y nada.
El paraguayo metió un centro bárbaro, justo cuando empezaba a ser carne de los murmullos. Sin embargo, le está quedando muy pesada la «10» de Racing. Es cierto que su mejor versión nada tiene que ver como volante abierto por izquierda, pero corre mucho y piensa poco. En la misma sintonía estuvieron Matías Zaracho y Walter Montoya. No hubo gestación y todo se repetía en desbordes de Iván Pillud o, en menor medida, de Alexis Soto. Lisandro conectaba, Cristaldo pivoteaba, pero no había profundidad. Atrás tomaban impulso Leonardo Sigali y Nery Domínguez, a veces Marcelo Díaz. Todo un síntoma de que los mediocampistas encargados de generar variantes en 3/4 estaban imprecisos.
Bajo esta coyuntura, Aldosivi no sufría demasiados problemas, más allá de la presión que ofrecía Racing para recuperar las pocas pelotas que manejaron los marplatenses. Fabio Radaelli armó una línea de cinco en el fondo, tres volantes combativos y juego directo, en largo o corto, para Sebastián Rincón y Gonzalo Verón. Fue el ex delantero de San Lorenzo e Independiente el que tuvo la más clara, cuando Federico Gino le filtró un pase que lo dejó mano a mano con Arias, bien resuelto por el arquero neuquino.
En el segundo tiempo, Aldosivi desarmó el 5-3-2, liberó a Villalba en la mitad de la cancha, pero pronto se encontró con un falló insólito del árbitro. Un tiro de esquina que cabeceó Lisandro y pegó en el cuerpo de Gil Romero. Vigliano vio penal. Y de nada valieron las protestas. López canjeó por gol.
Radaelli mandó a la cancha a Solís y a Andrada y comenzó a desequilibrar por afuera. Lo perdió Gil Romero, primero. Después, Arias salvó ante Rincón. El ingreso de Barbona le dio más ritmo. Incluso, metió un tiro en el palo. Hubiera sido exagerado. Pero el que manejó los tiempos fue López, siempre vigente. El que guía a Racing y dice que hay que mejorar. También, que a bordo de los triunfos es más fácil. No le falta razón.
Fuente: Clarín
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