Tras asesinar a 19 chicos y dos adultos, fue abatido por oficiales que llegaron a la escuela. El gobernador lo identificó como Salvador Ramos, de 18 años.
Las autoridades de los Estados Unidos identificaron como Salvador Ramos al tirador que entró en una escuela primaria de Texas y mató a 21 personas (19 niños y dos adultos). Fuentes oficiales indicaron que el agresor fue abatido por la policía.
El joven tenía 18 años y era estudiante de la Uvalde High School. Según trascendió, antes de realizar el tiroteo en la escuela baleó a su abuela. Sin embargo, los investigadores aún no precisaron si hay relación entre ambos ataques ni qué gravedad reviste la mujer.
El gobernador del estado, Greg Abbott, confirmó que el agresor «disparó y mató, de manera horrible e incomprensible, a 14 estudiantes y mató a un maestro». Luego se confirmó la muerte de otros cuatro chicos.
Fue el mismo Abbott quien dio a conocer el nombre del atacante y afirmó que la principal hipótesis es que habría sido baleado por los policías que llegaron tras recibir el alerta por el tiroteo. Los primeros reportes indican que al menos dos agentes resultaron heridos.
Aunque la investigación recién comienza, según el gobernador, el tirador llegó hasta el colegio en un auto y entró a la primaria.
El aberrante hecho ocurrió en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, unos 135 kilómetros al oeste de San Antonio. El incidente habría ocurrido fuera del establecimiento, de acuerdo a testigos.
Luego, el atacante corrió a atrincherarse en el edificio, desde donde se habrían escuchado más disparos. Portaba una pistola y también habría llevado un fusil, de acuerdo a lo que dijo Abbott.
Las fotos que circulan en Internet de Ramos fueron replicadas desde su cuenta de Instagram @salv8dor_, que fue cerrada minutos luego de que se diera a conocer su identidad.
Esas fotos, que lo muestran con un fusil y cargador, habían sido subidas a finales de abril. Luego del cierre de la cuenta de Instagram oficial, se llenó de «cuentas fake» que replicaban las mismas imágenes.
Las autoridades confirmaron que era ciudadano estadounidense. Aún se desconoce cuál fue la motivación del ataque.
El jefe de Policía del Distrito Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, confirmó que Ramos actuó solo en la matanza, cometida a las 11.37 hora local (13.37 de la Argentina).
«Parecía ser del tipo tranquilo, el que no dice mucho. Realmente no socializaba con los otros empleados”, describió a CNN el gerente de un local de comidas rápidas donde trabajaba el agresor cinco días a la semana.
Por su parte, un amigo de Ramos aseguró en ese mismo medio estadounidense que hace cuatro días el atacante le «envió una foto del AR-15 que estaba usando» y también «una mochila llena de 5.56 cartuchos, probablemente como siete cargadores”.
En ese testimonio, esta persona también comentó que Ramos era víctima de burlas de parte de otros estudiantes por su vestimenta y el pasar económico de su familia.
«Le respondí porque le tenía miedo»
Apenas conocida la masacre, una joven desde la cuenta de Instagram @epnupues mostró en historias conversaciones con Ramos, en las que dijo tenerle miedo, y que era amable con él por eso.
En las placas que mostró en su cuenta personal, el tirador le preguntó: «¿Vas a volver a publicar las fotos de mis armas?». «Qué tienen que ver tus armas conmigo», le replicó la joven.
«Sólo quería etiquetarte», fue la respuesta de Ramos. «Estoy muy confundida. ¿Por qué?», replicó ella.
«Agradece que te haya etiquetado», espetó. «No, sólo me asusta fr (por freak o freaky – manera despectiva de decir fenómeno). «Apenas te conozco y me etiquetas en una foto con unas armas», concluyó ese día la conversación.
En otras capturas se ve cómo el joven le dice que le enviaría un texto en una hora. «Pero tienes que responder, tengo un pequeño secreto y te lo voy a contar», le dice el joven. «Puede que esté tomando una siesta, porque estoy muy enferma. Pero si estoy despierta lo haré», fue la respuesta de la joven.
En otras placas en las historias, la chica hace su descargo: «Él es un extraño que no sé nada de él decidió etiquetarme en su puesto de armas. Lo siento por las víctimas y sus familias, realmente no sé qué decir».
«La única razón por la que le respondí fue porque le tenía miedo. Ojalá me hubiese desvelado para al menos intentar convencerle de que no cometiera su crimen. No lo sabía», se justificó angustiada.
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