El aislamiento encontró a una joven viajando y trabajando en Bolivia. No la dejaron subir a un micro con su animal de compañía y decidió quedarse en la frontera junto a ella. Pero las cosas se complicaron y ahora pide ayuda en Facebook.
La perrita de una joven quedó varada en Salta por el aislamiento obligatorio y su dueña pide ayuda para poder reencontrarse. Todo comenzó en Bolivia, cuando la chica llamada Abril Harguindey Echeverria decidió volver a la Argentina cuando se decretó la pandemia y los respectivos aislamientos en distintos países. En ese momento, ella habló con el consulado y le ofrecieron la vuelta a Buenos Aires desde Salta en micro, pero cuando quiso subir, los choferes no dejaron entrar al animal.
«Lloré como nunca había llorado en mi vida, me estaban pidiendo que la abandone y que yo siga el viaje a mi casa. Nunca lo haría. Decidí quedarme en la frontera con ella y con mi compañera. El micro arrancó, se fue. Estábamos solas en el medio de la nada y solo había un puesto de gendarmería», explicó en Facebook.
TwitearPara poder regresar las tres juntas, hicieron dedo pero nadie las ayudó. «La mayoría eran policías y nos decían que no iban a llevar a nadie porque estaban trabajando. Pasó un rato y los gendarmes nos hicieron saber que habíamos tomado una mala decisión, entonces nos pidieron los datos y nos dijieron que darían aviso a la Fiscalía e iríamos detenidas por incumplimiento de cuarentena, ya que nos encontrábamos en la vía publica sin posibilidad de absolutamente nada. El pueblo más cercano estaba a 10 kilómetros y estaba blindado, el siguiente a 54, exactamente igual», continuó en su carta pública.
Finalmente, la desesperación conmovió a uno de los prefectos, quien les tendió una mano solidaria. «Llorando y rogando a los gendarmes que no nos lleven detenidas, explicándoles la situación, comentándoles con lujo de detalles todo por lo que habíamos pasado y lo mal que nos sentíamos logramos llegar al punto más humano de uno de ellos, con quien estaré eternamente agradecida«, aseguró.
La decisión de ese fiscal fue crucial pero no solucionó del todo el problema. Le ofreció a Abril hospedar a la perrita en su casa y desestimar la detención. Cuando el aislamiento cesara, Abril podría buscarla. Pero la cuarentena se extendió más de lo pensado. Y siguen separadas. A cambio, el hombre le pidió que se suban al micro que las iba a llevar a Buenos Aires y regresen finalmente a sus casas. «No tenía mas opción, o íbamos detenidas y mi perrita quedaba a la deriva, o subía al micro y mi perrita quedaba en su casa. La respuesta es obvia».
Abril pide ahora que alguna persona que viaje desde Salta hacia Buenos Aires traiga a su mascota. «Es una situación muy difícil para todo el mundo, soy consciente de eso, pero esa perrita es mi vida, y la necesito conmigo lo más pronto posible. Si esto que pido esta dentro de las posibilidades reales de alguien, lo agradecería con el alma entera y un poco mas también», aseguró.
La empresa que no permitió que la perra viaje es La veloz del Norte. Había espacio para 60 pasajeros y sólo eran 20. Alegaron que otros pasajeros podrían sentirse incómodos por la presencia del animal.
Por la publicación de su historia, Abril está cerca de tener ese esperado reencuentro. «Apareció una posibilidad bastante real de que la traigan y bueno, yo estoy chocha de la vida», comentó aunque aún no sabe si logrará tenerla con ella.
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