Las religiosas y el Arzobispo de Salta firmaron un convenio, tras la causa por violencia de género que se inició en abril y un llamado del Papa a la conciliación.
Un comunicado firmado en el Vaticano destaca el arreglo al que llegaron las Carmelitas Descalzas de Salta y el arzobispo Mario Cargnelllo, luego de que las religiosas lo denunciaran por violencia de género, y resalta la intervención del papa Francisco.
«Tal acuerdo es fruto del espíritu de conciliación que las partes han demostrado al responder al llamado que el Santo Padre, papa Francisco, realizó a través del Dr. Javier Belda Iniesta, a quien nombró su delegado para ayudar a restablecer el diálogo fraterno entre ambas instituciones», señala el documento emitido por el «Discaterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica», una institución romana responsable de todo lo concerniente a organizaciones religiosas como la de las Carmelitas Descalzas.
El viernes se conoció que, luego de cinco meses de denunciar por violencia de género al arzobispo Mario Cargnello, las Carmelitas Descalzas firmaron un acuerdo con la Iglesia.
Acuerdo entre el Arzobispado de Salta y la Comunidad del Monasterio
Del convenio se desprende que las monjas pueden «practicar la devoción que deseen», después de que la cercanía de la congregación con la Virgen del Cerro generara rispideces con la máxima autoridad eclesiástica. Javier Belda Iniesta, enviado por el papa Francisco, estuvo en Salta y actuó como mediador entre las partes. El religioso es el mismo que defendió al exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, condenado en marzo por abusos sexuales a dos exseminaristas.
Desde el Discaterio para los Institutos de Vida Consagrada se resaltó que las partes aceptaron que Belda Iniesta actúe como intermediario y que supervise la situación de ahora en adelante. En un comunicado firmado por José Rodríguez Carballo, secretario del Discaterio, también informaron que se suspende la designación de un «asistente apostólico» para el monasterio, decisión que se había tomado tras conocerse las denuncias por violencia contra Mario Cargnello.
El contexto y el acuerdo
A mediados de abril el arzobispo fue denunciado por religiosas del Convento San Bernardo por violencia psicológica, económica y física. La jueza a cargo de la causa, Carolina Cáceres Moreno, había ordenado que hubiera una consigna policial fija afuera del monasterio, que ahora se suspendió con acuerdo de las partes. Sin embargo, la causa judicial sigue en curso.
En el acuerdo que firmaron las partes, el arzobispado reconoce que «cada hermana puede practicar las devociones particulares que desee». Las Carmelitas Descalzas estuvieron cerca de la Virgen del Cerro desde el principio, lo que había generado el malestar de Mario Cargnello, porque no es una imagen aceptada y aprobada oficialmente por la Iglesia. Si bien la Iglesia sigue sin reconocer formalmente a la Virgen del Cerro, el convenio deja la puerta abierta para que la fe de las religiosas en esta Virgen se desarrolle como una cuestión privada.
Las Carmelitas Descalzas, por su parte, se comprometieron a presentar balances anuales a las autoridades eclesiásticas sobre sus ingresos y egresos. En este sentido, se destacó que no se detectaron irregularidades en la administración del monasterio y se consideró que los informes sobre el tema estaban al día. Además, se estableció que las monjas serán «incluidas en la obra social de San Pedro».
Por su parte el Arzobispado designó a un delegado para intervenir en la elección de la priora, la máxima autoridad del convento. Las monjas habían denunciado que Cargnello ponía trabas para que se concrete este trámite y que, al no tener una directora formalmente designada, enfrentaban inconvenientes para administrar el monasterio.
Además, se estableció que la priora implementará un proyecto para que se siga profundizando la formación espiritual de las religiosas que viven en el Convento San Bernardo.
«Con el fin de continuar trabajando en la forma de explicitación del ejercicio de las legítimas competencias que corresponden tanto a la comunidad como al ordinario y para evitar que incomprensiones humanas ajenas a dichas competencias puedan dificultar el espíritu de diálogo fraterno y la búsqueda del bien del pueblo de Dios del que es fruto el presente acuerdo, ambas partes aceptan y designan al delegado, el Dr. Javier Belda Iniesta, como garante de la implemetación, del cumplimiento y posterior desarrollo del presente acuerdo», especificó el acuerdo.
El mismo día en que se conoció el documento que firmaron la Iglesia y las Carmelitas Descalzas, el Arzobispado de Salta emitió un comunicado en el que autoriza que se celebre una misa en el cerro de la Virgen el 10 de diciembre y que los sacerdotes confiesen a los fieles que se concentren en el lugar.
Si bien en el texto se recuerda que la Iglesia no legitima el movimiento del cerro ni las supuestas apariciones y mensajes de la Virgen a María Livia Galliano, el arzobispo cede en algunos aspectos.
Por un lado, permite que los curas participen en la fiesta que habitualmente se hace en el primer o segundo sábado de diciembre en el cerro, con una concentración masiva de fieles y una procesión. Además, Mario Cargnello admite que «es un hecho que en el territorio que me ha sido encomendado es frecuente la presencia de fieles que peregrinan» a Tres Cerritos para ver a la Virgen y que «tal práctica se encuadra en el derecho universal de todo fiel de poder profesar las devociones particulares que desee».
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