La Justicia los acusa de haber actuado con premeditación y alevosía; la jueza Capuchetti los embargó en 100 millones de pesos; la resolución sobre el atacante y su novia tiene 95 páginas.
La jueza María Eugenia Capuchetti procesó esta tarde con prisión preventiva a Fernando Sabag Montiel y a su novia Brenda Uliarte por el ataque a Cristina Kirchner y los embargó por 100 millones de pesos. La magistrada los consideró coautores de intento de homicidio calificado agravado por el uso de armas, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, informaron fuentes judiciales.
La resolución a la que tuvo acceso LA NACION, de 95 carillas, compila los testimonios de militantes kirchneristas que estaban junto a Sabag Montiel cuando fue detenido, cómo algunos de ellos le pegaron y le dejaron un moretón en el ojo, y otros aseguraron el arma en el piso hasta que llegó la policía. “No existe duda sobre su aptitud para provocar la muerte de la víctima”, remarca la jueza Capuchetti.
La resolución se refiere solo a Uliarte y a Sabag Montiel. Para decidir sobre la situación procesal de los otros dos detenidos, la jueza espera terminar de reunir las evidencias. En cuanto a Agustina Díaz, amiga de Brenda e identificada por ella como “amor de mi vida” en sus contactos de celular, la jueza ya la indagó y espera reunir la información de su teléfono celular. Capuchetti rechazó su excarcelación ante el peligro de fuga y de perjudicar la investigación.
En cuanto a Nicolás Carrizo, detenido anoche en los tribunales, será indagado mañana por la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, y luego se resolverá su situación procesal. Los cuatro detenidos siguen presos.
Según consta en la resolución, los testigos refieren que el cordón de seguridad en torno a Cristina Kirchner era de La Cámpora. Cuenta el fallo que Sabag Montiel quedó detenido en una carpa, fuera de la vista del público, y que entre sus pertenencias le secuestraron anillos, un celular roto y 26 pesos en monedas, nada más. Su novia, días mas tarde, fue presa con 70 pesos en el bolsillo.
Los teléfonos celulares permitieron reconstruir el plan delictivo: se inició el 22 de abril de 2022, cuando Brenda Uliarte habría adquirido la pistola semiautomática, de acción simple, calibre .32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84, con la numeración parcialmente limada.
Ese día, Brenda le dijo a su contacto “Serena” que había comprado un arma de fuego. “Si tengo un fierro lo compre porque mi ex está jede”. El mismo día le dijo a Fran, otro contacto, “tranqui no va a pasar nada… es mío el fierro”. Y aseguró que lo compró para “asustar” a un ex novio que la “bardió” (sic).
El 4 de julio, Brenda Uliarte se comunicó con Agustina Díaz, su mejor amiga, ahora presa, agendada “Amor de mi vida”, y le dijo: “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo … el tema es como porque la vieja tiene seguridad”.
Para esa época, Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vida de Cristina Kirchner e iniciado el plan al cual solo le bastaba definir el modo, el tiempo y el lugar de su ejecución. Eso se decidió luego de la inteligencia que efectuaron con Sabag Montiel, los días previos al atentado.
Estudios psiquiátricos
Los primeros estudios pisquiátricos realizados a Sabag Montiel lo describen como que realiza una “asociación de ideas anormal” y que se observa una “disgregación del pensamiento moderado que vuelve el discurso confuso y poco inteligible”. Señaló que “predominan ideas de tipo delirante con temas hipocondríacos (arterioesclerosis por fumar tabaco armado) y de perjuicio (se describe como víctima de múltiples robos), hay presencia de ideación mística con tendencia a la megalomanía”. Y se sugiere un estudio mas profundo para su diagnóstico y tratamiento.
Asimismo, en la resolución está citada la declaración de la vicepresidenta en la que señala: “Cuando bajo, hago un trayecto y la gente se forma en un semicírculo sobre la calle Juncal. Yo comienzo a caminar, saludo a la gente y muchos de ellos traen libros para que se los firme. cuando estaba dando la vuelta por la calle Juncal, veo que alguien revolea un libro. Es la primera vez que me pasa desde que presenté el libro. Nunca me pasó que revoleen un libro”.
“Cuando pasa eso, me agacho a agarrarlo. Cuando me levanto, veo que se arma un tumulto de personas que agarran a una persona. Ahí recordé que el día anterior un repartidor había agredido a una persona de mi custodia y pensé que era un caso similar. Luego, termino el círculo, firmo unos libros más y entro a mi domicilio. Cuando venía en el ascensor, mi secretario Diego Bermúdez estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic”, relató Cristina Kirchner.
Ahí, en el comedor diario, vieron las imágenes. “Constatamos lo que había ocurrido. Ahí me empiezo a enterar lo que había pasado, que esta persona es brasilero y seguí obteniendo información de esa manera, es decir, a medida de lo que iba surgiendo”, agregó Cristina Kirchner. “En ese momento personal de mi custodia me dijo “vamos vamos” porque me quería alejar del túmulto y ahí terminé el círculo, firmo los últimos libros y subo. Reitero, solo me di cuenta del hecho cuando lo vi por televisión” .
La resolución de la jueza Capuchetti recoge el peritaje del arma secuestrada y los estudios de las muestras genéticas tomadas en la pistola, que determinaron que fue manipulada por Sabag Montiel, cuyo ADN entregó voluntariamente mediante un hisopado bucal.
La resolución señala que varios testigos aportaron videos de la noche del 1 de septiembre, cuando se produjo el ataque, y en uno de ellos se aprecia a “Brenda Elizabeth Uliarte se encontraba a escasos metros, cuando los presentes en el lugar separaron a Fernando André Sabag Montiel del conglomerado de personas que se encontraba reunida en las inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta”.
Luego de que Sabag Montiel fue separado por la policía, se constató que Brenda Uliarte se ubicó nuevamente a escasos metros de él. Cuando declararon los amigos de Brenda dijeron que ella es antikirchnerista y que su novio no tenía ideas políticas, pero que quería ser famoso. Explicaron que luego del ataque, por una captura de pantalla de un mensaje que circuló en su grupo de WhatsApp, supieron que Uliarte estaba orgullosa con lo que había hecho Sabag Montiel y que había estado presente el día del hecho.
En su declaración indagatoria, Sabag Montiel dijo que Brenda Uliarte no tenía nada que ver con el episodio y ella misma dijo: ”Primero quiero aclarar que no tengo nada que ver con el hecho, no fui cómplice. Ese día fue un día normal, habíamos ido a la casa del inquilino de él a buscar una plata que tenía que buscar en Villa del Parque. Después fuimos a Quilmes a dejar una seña para un tatuaje de él. Después de ahí fuimos a Constitución y estuvimos paseando ahí”.
“Luego de estar ahí, Fernando me dice de ir a Juncal. Estaba el tumulto de gente y él se puso ahí enfrente del tumulto” dijo Uliarte y agregó: “Yo no pensé en ese momento que Fernando tenía el arma encima, tampoco vi el acto, me enteré recién cuando me fui”.
“Quiero aclarar que yo no tengo odio ni rencor hacia nadie por más que no tenga pensamiento político, por más que piense diferente al kirchnerismo. Respeto las ideas ajenas, aunque no las comparto. No tengo odio ni rencor, jamás sería capaz de hacer algo así, me parece un hecho aberrante”, dijo Uliarte.
Aunque pronto las constancias de su celular iban a desmentir esta versión. La jueza dijo que “las pruebas mencionadas permiten concluir, con el grado que exige esta etapa, que el día 1° de septiembre en la hora referida, Fernando André Sabag Montiel y Brenda Elizabeth Uliarte se dirigieron hacia las inmediaciones del domicilio de la Sra. Vicepresidenta, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, oportunidad en la cual Sabag Montiel, aprovechando el estado de indefensión generado por la multitud, intentó dar muerte a la Vicepresidenta de la Nación mediante el uso del arma de fuego conforme el plan criminal premeditado por ambos imputados”.
Los mensajes
Las conversaciones son explícitas: Brenda Uliarte le dijo a su novio el 5 de julio pasado: “Para limpiar Argentina hace falta que corra sangre… de poder se puede hay que encontrar la manera … no necesito pagarlo, yo puedo serlo (sic)… se usar un fierro, no soy francotiradora, pero algo es algo… hay que encontrar un hueco, ser estratega”.
Sabag Montiel le sugirió que no lo hiciera y le dijo que estaba delirando. Pero el 23 de agosto mantuvieron una conversación y el novio le dijo: “Me contestó el tipo del alquiler de Recoleta para el sábado tenemos que verlo y dice que no tiene… Eh… No sé, tiene que coordinar varias entrevistas y que le dejen una seña viste que se yo, así que le dije que íbamos a tener plata para dejarle una seña”.
Uliarte le contestó: “¿No te gusta el depto.?”, a lo que Sabag Montiel respondió: “no me gusta el depto, el pelo si. Cristina y la gente está reunida en Recoleta. Para pegarle un corchazo”.
Seguidamente, Uliarte le mandó un audio donde le dijo: “No amor, laburamos esta semana y el sábado vamos y le dejamos una seña, ya fue…Alto depto ese de Recoleta amore, si vieras donde vive Cristina entendés, Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina. La podemos hacer pija, eh…Si, hay que ir y pegarle un corchazo ¿Sabes que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda…”.
Por último, ya próximos a la culminación del plan, hubo una comunicación el sábado de la pelea por la vallas, cuando estaba el camión hidrante de la policía en la zona. Sabag Montiel le dijo a Brenda: “No, ya se me… metió adentro y el escenario y el anfiteatro lo sacaron, y estuvo… le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió a un Toyota Etios eh y se fue, un quilombo, y ella está ahí metida arriba, pero no creo que salga así que ya fue, deja, voy para allá, no traigas nada”.
Su novia le contestó: “Que hija de puta la Cristi…Se da cuenta”. Pero su novio le replicó: “No, no es que se da cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente, y la gente ya se está yendo, y el momento era ese, ahora ya es tarde, o sea ya son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido ¿Entendes? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió acá, la siguieron y ahí tendría que haber sido”.
Fernando conversaba en la misma línea que Brenda: “Que gracia me dan todos esos putitos ahí sacando fotos, cholulos, haciéndose los peronistas con la “V”, vos llegas a tirar con el fierro ahí y llegas a arrancar a los tiros ¿Vos sabes cómo salen todos corriendo? Pánico, el caos que se genera. O sea, es muy difícil… O sea, si yo disparo, después de los tiros van a saber que yo tengo el fierro, voy a tener que sacar el cargador y me van a tener que sacar el fierro, pero no van a tener las balas, entonces eh me van a cagar a piñas, pero más de uno, a ver, me pueden agarrar entre varios, pero otros van a correr y va a ser muy difícil que se yo”.
Su novia le comentó entonces: “Ya llegué amor… ¿Vos decís que no te van a agarrar? La onda es que metas el corchazo y te escapes”. Asimismo, ese mismo día, Brenda Uliarte intercambió mensajes de Whatsapp con el contacto Agustina, “Amor de mi Vida” y le dijo: “Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina…Me re pudrí que hablen y no hagan nada. Yo si voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martin en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro”.
Y reafirma: “Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió para adentro. Una bronca te juro la tenía ahí. Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo basta de hablar hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi”.
Los hechos
El 1 de septiembre de 2022 encontraron ambos la oportunidad de acercarse a la víctima, escondidos entre la gente para no ser advertidos por la custodia de Cristina Kirchner. Sabag Montiel apuntó con el arma de fuego a corta distancia hacia el rostro de la vicepresidenta. Tiró de la cola del disparador y accionó el mecanismo del disparo, sin detonación.
En cuanto a la alevosía, la jueza entendió que los homicidas actuaron con ventaja sobre la víctima. “Actuaron con cautela para poder sorprender a la custodia de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, disimulándose entre la gente y ocultando el arma de fuego para no ser advertidos y poder asegurar su cometido”, dijo.
Les dictó la prisión preventiva dado el peligro de fuga, porque dieron domicilios falsos, afirmaron tener dinero y la voluntad de irse del país y los embargó hasta la suma de 100 millones de pesos. La jueza los procesó por “homicidio calificado, agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa, en concurso real con el delito de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal en calidad de autor, receptación, a sabiendas de su procedencia ilegítima de un arma de fuego, agravado por provenir de un delito cuya pena es mayor a tres años de prisión, acopio de municiones sin la debida autorización legal, tenencia ilegítima de DNI ajeno, los cuatro en calidad de coautor y falsificación de documento público”.
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