En 1975 el desequilibrio de las cuentas públicas había alcanzado el 12,7% del PBI. El Gobierno espera reducir este año el rojo fiscal de 8,5% hasta 6% y anticipó que “por el momento” no cambiará esa proyección
El impacto del coronavirus en la economía forzó al Gobierno nacional a aumentar el gasto para tomar medidas en medio de la crisis sanitaria. La aceleración del déficit en los primeros meses de pandemia dejó al sector público con un desequilibrio de 8,5% del Producto Bruto Interno, lo que implica el rojo fiscal más elevado desde 1975.
El déficit total del 2020 fue de 2,2 billones de pesos, de acuerdo a las cifras publicadas este miércoles por el Ministerio de Economía. Implicó un salto pronunciado en el desequilibrio primario (sin tomar en cuenta intereses de deuda) desde el 0,7% del PBI con que había terminado el 2019 hasta 6,5%. En términos generales, el rojo fiscal pasó de 5% a 8,5 por ciento.
La mayor parte del gasto no previsto que realizó el Gobierno nacional en 2020 fue como consecuencia de la pandemia. De acuerdo a estimaciones privadas, el paquete de medidas que tomó para mitigar el efecto del covid-19 en hogares y en empresas (principalmente a través del Ingreso Familiar de Emergencia y el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción) demandó unos 917.000 millones de pesos.
Prácticamente todo el diferencial entre ingresos y gastos de 2020 fue financiado con envíos del Banco Central, ya sea a través de adelantos transitorios o de giro de utilidades. El Gobierno puso un freno de mano a esa asistencia desde el BCRA tras la última escalada cambiaria a fines de octubre, que llevó a las cotizaciones paralelas del dólar a cerca de $200 en el caso del libre.
Hacia adelante, el Palacio de Hacienda espera poder desandar un camino de reducción del déficit que lleve el 8,5% de rojo fiscal de 2020 a un 6% en 2021. En detalle, proyectan una caída del desequilibrio primario desde 6,5% a 4,5%. Según apuntaron fuentes oficiales, más allá de las negociaciones en marcha con el Fondo Monetario Internacional, “no estamos modificando por el momento esa proyección”.
“Eso obedece a distintas razones. Estamos trabajando con una cuota de incertidumbre (por la pandemia) y quizás tengamos que hacer frente a cuestiones no previstas en el Presupuesto. Esperamos que el gasto público se mantenga en términos reales, y los niveles de déficit esperados son compatibles con las posibilidades de financiamiento”, explicaron a Infobae desde el Ministerio de Economía.
El déficit más alto en 45 años
El 8,5% del PBI es un nivel inédito de déficit fiscal del sector público nacional desde el retorno de la democracia. La última vez que las cuentas públicas habían terminado el año con un volumen tan alto de brecha entre ingresos y gastos (medidos en relación al PBI), fue en 1975, cuando alcanzó el 12,7%, en medio de la crisis económica que desembocó en el Rodrigazo.
Un año después, ya bajo gobierno militar, el déficit bajó hasta 8,5 por ciento. Tras el pico, el desequilibrio en las cuentas públicas tuvo otros años de aceleración como en 1981 (5,4% del PBI), 1983 (6,4%) y 1988 (5,2%).
La última vez que las cuentas públicas habían terminado el año con un volumen tan alto de brecha entre ingresos y gastos fue en 1975, cuando alcanzó el 12,7%.
Durante la década menemista hubo solo dos años con cuentas sin déficit: 1991 y 1993. Más allá de esos años, el rojo fiscal varió entre el 0,3% y el 2,6 por ciento. Tras la crisis de 2001 hubo una década de superávit solo interrumpida en 2009 por la crisis financiera internacional. Entre el segundo mandato de Cristina Kirchner y los primeros dos años de Mauricio Macri el déficit tuvo otro pico de 5,1% en 2015 y 5,7% en 2017.
Desde ese momento, tras las sucesivas crisis cambiarias y el programa financiero firmado con el Fondo Monetario Internacional, el ajuste en las cuentas públicas derivó en un déficit primario de apenas 0,7%, pero con un peso de los intereses de deuda que elevó esa cifra a 5 por ciento.
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