El auditor general de la Nación. Miguel Ángel Pichetto, polemizó sobre el rol de la Iglesia Católica en la política argentina y aseguró que cumple un papel de «cogobierno», que también «pone ministros» y que por ello, el nuevo Gabinete de Alberto Fernández «es casi un gobierno de ayatolá», una metáfora osada que apuntó a un fanatismo religioso.
El ex candidato a vicepresidente de Mauricio Macri planteó que “la Iglesia cogobierna en Argentina, pone ministros, puso a Julián Domínguez» -por el flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca- y afirmó que pareciera “un gobierno casi de ayatolá” con “los curas villeros rezando, con el Papa Francisco y con Tucho Fernández haciendo declaraciones tremendas”, arremetió, con la última mención sobre el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández.
Ante sus interpretaciones marcó una advertencia: “Este no es un gobierno de ayatolás. ¿Está claro? Este es un gobierno laico. Las cosas que son del Estado son del Estado. Las que son del espíritu, de Dios, al templo. Y además eso es dogmático, no tiene debate”.
En diálogo con La Once Diez, ironizó en el mismo tono. “Hay que rezar todos los domingos para que le devuelvan al campo la exportación de carne vacuna, para que pueda haber empleo en la industria frigorífica”, hiló Pichetto su exposición sorpresiva.
Luego cuestionó que “algunos curitas quieren hacer la revolución en las villas». «Yo ya viví eso, que ha generado crisis, caos y muerte en Argentina”, criticó con particular dureza.
Y continuó hacia arriba: “Cuando el Papa Francisco dice que la propiedad es un derecho secundario, está metiendo la cuchara en un tema muy complejo porque abre camino a los (Juan) Grabois de la vida para que tomen terrenos y hagan boludeces”, resaltó.
En este contexto, fue inclemente con la cúpula eclesiástica católica, a la que definió como “una iglesia ligada a la pedofilia” en la que “están todo el tiempo bajando línea de política y economía, hablan de la pobreza» de la que se saldría “cuando la gente tenga trabajo, no repartiendo planes”.
Además cuestionó que todavía Jorge Bergoglio decidió no visitar el país desde que es el Sumo Pontífice. “Habría que preguntarle ¿Desprecia a los argentinos? ¿Cuál es la razón para que haya ido a Paraguay, a Perú, a Chile, a Bolivia, a Brasil y nunca haya venido a Argentina?».
Sin embargo, como en un intento de poner algún paño frío en una entrevista de declaraciones de grueso calibre, Pichetto aclaró que no es anticatólico y que, por el contrario, pertenece al credo: «Yo no soy anticatólico y un masón, como dijo un periodista. Soy católico, me casé por Iglesia, mi vieja me llevó a tomar la comunión, a veces me dejaban tres horas rezando el Evangelio porque me portaba mal», dijo.
Para luego dejar otra frase extrema: «Pero el Estado es otra cosa, ?no es un gobierno religioso como Irán”, cerró.
A JxC: «Hay que dejar de ningunear al peronismo republicano»
En una entrevista donde castigó con particular dureza a la Iglesia Católica, Pichetto también cuestionó a su propio espacio político, Juntos por el Cambio.
Consultado sobre las posibilidades del oficialismo de revertir el resultado de las elecciones de las PASO, respondió que lo ve «difícil que se pueda dar vuelta», aunque advirtió que «no hay que dormirse en los laureles».
«(Facundo) Manes y (Diego) Santilli son las dos figuras principales, hay que integrar al radicalismo. Y no hay que ningunear al peronismo republicano, a veces nos ningunean los muchachos, te ponen a un costado, pero sin el peronismo no se gana una elección en el conurbano, parece que todavía no se dieron cuenta».
E insistió sobre la estrategia que se debería tomar: «Hay que tener inteligencia política y emocional».
Pichetto dijo que en noviembre se elegirá un modelo de país: «Si queremos uno capitalista, de desarrollo, con relaciones inteligentes con China, con Estados Unidos, sin ideologismo. Si queremos alejarnos de Venezuela, Nicaragua o Cuba donde no existe la democracia», cerró.
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