Policiales

Juicio por el crimenPeritos determinaron que en al auto en el que se encontró el cuerpo de Darío Monges había sangre y olor de los Bejarano

Un Licenciado en Criminalística del CIF expuso y analizó las pruebas. Según se ventiló habría sido David Bejarano el que conducía la Ecosport.

La sala del Tribunal Oral Federal 1 volvió a llenarse. De un lado la familia de la víctima, Darío Monges, y del otro, separados por un metro, familiares de los imputados: Roberto Catalino y sus hijos David y Santiago Bejarano. Acusados que en la jornada de ayer tuvieron que escuchar al licenciado José Carrizo, profesional en Criminalística del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), quien expuso pruebas de cargo que podrían complicar a los procesados.

La causa que se viene desarrollando en el TOF 1 de la capital salteña investiga el despiadado crimen contra Darío Monges, cuyo cuerpo fue hallado el 3 de septiembre de 2022 en el barrio Círculo I, zona sur de la ciudad. Sindicado como asesor político, la víctima recibió cinco disparos en su cabeza.

Los Bejarano llegaron al juicio acusados de «homicidio calificado por alevosía y uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en concurso real». El caso fue investigado primero por el Ministerio Público Fiscal de la provincia y luego, por cuestiones de narcotráfico, pasó al fuero federal.

El licenciado Carrizo, coordinador de la escena del hecho en el área de Criminalística, fue el segundo testigo en pasar a declarar después de Diego Aquino, amigo de Monges, y antes que Guadalupe Cabezas, pareja de la víctima. El profesional del CIF realizó una pormenorizada exposición del trabajo que realizó su equipo luego de ser alertado sobre el hallazgo del cadáver en el barrio El Círculo I.

Describió el trabajo externo que se hizo en el lugar, donde levantaron entre otros elementos una colilla de cigarrillo a metros de donde estaba la EcoSport color blanco de Monges, y también la descripción interna del vehículo. Fue allí donde certificó y expuso pruebas relevantes.

Mientras las imágenes iban pasando, capturas del expediente, el licenciado las iba explicando. Capturas durísimas del cuerpo de Monges acribillado a balazos. La familia de Monges vuelve a observar dichas pruebas sin quizás poder entender, mientras que los imputados intentan no mirar, bajan su cabeza y se mantienen al margen.

Manchas de sangre en el cuerpo de la víctima pero también en el asiento del acompañante de la EcoSport, huellas sanguinolentas de distintos tamaños que dan cuenta se trata de rastros genéticos de los tres Bejarano. Según Carrizo, esos rastros lo ubican a David en el asiento del acompañante, también había rastros de él en el volante y la palanca de cambio. Luego los rastros de olor ponen a Catalino y a Santiago en los asientos de atrás del rodado, el primero en el medio y su hijo del lado izquierdo.

De acuerdo a la reconstrucción explicada por el licenciado, el cuerpo de Monges fue movido del lugar, pasó de estar del lado del acompañante a posicionarse donde fue hallado: en el asiento del conductor. En éste último lugar, no había manchas de sangre en la butaca, sí del lado derecho.

Sin la presencia de la prensa, ingresó a la sala Guadalupe Cabezas, pareja de Darío Monges. Deslizó que en el 2020 habían tenido problemas de pareja, que les costaba llegar a fin de mes y otras cuestiones.

Ratificó lo que había declarado en la Investigación Penal Preparatoria (IPP) respecto a la incertidumbre por semejante crimen, cuando se enteró que los sospechosos eran los Bejarano le contó a un familiar que «era una de las opciones que manejaba», acerca de los presuntos autores del homicidio. A repregunta de la defensa, dijo que otra opción apuntaba a la «policía».

Otro de los testigos que pasó ayer por la sala fue Diego Aquino.

En medio del interrogatorio por parte de la Fiscalía, a cargo del doctor Eduardo Villalba, al testigo Diego Aquino, irrumpió la defensora Clarisa Galán para oponerse ante el tribunal por considerar se trataban de preguntas direccionadas y mucho tiempo cedido al órgano acusador, «cuando en realidad tuvieron dos años para hacerlo», enfatizó y agregó que para ellas «es algo sorpresivo».

En contrapunto, tomó la palabra el fiscal General para señalar se trataba de un pedido «absolutamente improcedente». Los jueces resolvieron por unanimidad rechazar el pedido de la defensa.

Aquino es un hombre con antecedentes penales, estuvo detenido, y fue intermediario entre las acciones de Darío Monges y el sicario Alejandro «Cabezón» Díaz, éste último actualmente detenido en el penal de Villa Las Rosas. El testigo dijo ser amigo de Monges a quien describió como una persona generosa. «No suelo tener amigos y Darío era uno de mis amigos», apuntó.

Contó que en el momento del crimen él junto a un grupo de amigos se encontraban en una finca, yendo para Bolivia, a unos «70 kilómetros del puente internacional», reunión donde según dijo Monges desistió de ir.

Aquino sostuvo también que Darío le había pedido que lo acompañara a ver al Gringo Palavecino, y así fue ambos estuvieron en la casa de otro de los sicarios salteños actualmente detenido en el penal federal de Ezeiza, imputado por estar vinculada a varias causas penales.

Fuente: El Tribuno

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