Según el listado del IPV, la secretaría general de la ADP no sólo se entregó una casa a sí misma sino que también beneficio a primas, primos y amigos. No conforme, accionó para que sus hijas trabajaran en el Gobierno.
La secretaria general de la Asociación Docente Provincial, Patricia Argañaraz, no fue la única que se alzó con una casa del Instituto Provincial de la Vivienda en el plan que se construyó en la zona norte de la capital salteña.
Como ella decidía quiénes serían los beneficiados, una casa se entregó a sí misma y otras a su prima y otro primo de apellido Lezcano. Así lo establecen las denuncias que presentaron los docentes encabezados por la exvocal, Cintia Vuistaz.
También apuntaron contra una de las hijas de Argañaraz que, no contenta con alcanzar el techo propio gracias al convenio con el IPV y la intervención de la madre para entregársela a sí misma, entró a trabajar al Gobierno.
La joven ingresó a Dirección General de Rentas, delegación Orán, con un contrato temporario de cinco meses que fue renovado nuevamente en enero pasado. En las denuncias de Vuistaz, también se dejó antecedentes policiales que tiene la hija de la secretaria general de la ADP por violentas agresiones contra un grupo de mujeres a la salida de un boliche en Orán.
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