Es el plan arqueológico más grande de la historia inglesa.
Nació esclavo en Nueva York, se mudó a Inglaterra, aprendió carpintería, se casó con una blanca y cuando por esa razón le decían «El Diablo Negro», se trompeaba con cualquiera. Solía ganar.
También solía ganar como boxeador formal a puño limpio: el registro oficial le da 17 victorias en 19 combates. Ahí, entre las cuerdas, era el «El Terror Negro».
En guardia. (Wikipedia)
Se llamaba Bill Richmond. Le enseñó a pelear al genial poeta lord Byron y en 2005 entró en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional. A los 55 años subió por última vez a un ring y murió a los 66. En 1829 lo enterraron en Londres.
Y ahora lo desentierran.
Casi 2 siglos después sacan al «Terror Negro»: para hacer un tren de alta velocidad.
Más de 1.000 personas se dedican a la tarea, que se vende como el programa arqueológico más grande de la historia del Reino Unido.
Un «ferrocarril del tiempo» que dará más luz a 10.000 años británicos, desde los tiempos prehistóricos hasta el siglo 19, pasando por el período romano, la época medieval y la revolución industrial.
El megaproyecto, financiado por el gobierno, se denomina High Speed 2 (HS2): es decir, «alta velocidad 2» (el HS1 es el que va desde la capital hasta el túnel del canal de la Mancha). Arrancó en 2009 y terminará en 2033, al unir 8 de las 10 ciudades más importantes de la isla: las inglesas Londres, Birmingham, Leeds, Manchester, Liverpool y Sheffield más las escocesas Edimburgo y Glasgow.
En total 25 estaciones, 300.000 pasajeros por día, 30 millones de personas conectadas, 71.000 millones de dólares: es oficialmente, hoy, el plan de infraestructura más importante de Europa.
Las operaciones están a cargo de la compañía pública HS2 Limited, dependiente del Departamento de Transporte.
El 23 de febrero de 2017 empezó la fase 1 entre Londres y Birmingham, que se inaugurará en diciembre de 2026. Pero para eso primero hay que ampliar la estación Euston. Y para eso antes hay que vaciar el cementerio St. James’s Gardens, donde se inhumaron unos 61.000 cadáveres entre 1789 y 1853.
Los trabajos se iniciaron en las últimas horas y finalizarán para 2019. Estiman que se removerán alrededor de 45.000 esqueletos en un área de 11.000 metros cuadrados que se había transformado en un parque público desde 1887.
Y este es apenas 1 de los 60 sitios por explorar a fin de rescatar el mayor patrimonio histórico posible antes de hacer los túneles, poner las vías y construir las estaciones.
Las labores arqueológicas están a cargo de la empresa MOLA Headland, que ya participó en la línea ferroviaria High Speed 1 y también en el desarrollo de la infraestructura para los Juegos Olímpicos de 2012.
«Nunca se hizo algo así. Interviene una cantidad récord de especialistas. Es una oportunidad para contar la historia de nuestro pasado. Y estamos comprometidos a compartir todos los hallazgos culturales», sostuvo Mark Thurston, el presidente de HS2.
Descubriendo un esqueleto. (MOLA Headland)
La firma le dio acceso directo a la BBC 2 para desarrollar un documental que será emitido en 2019-20.
Resistencia e importancia
Hasta acá no todo anduvo sobre rieles: ya mostraron sus broncas desde los ambientalistas, porque se iban a talar unos 500 árboles, hasta los habitantes del barrio londinense de Camden. Entre otros.
De hecho, la vecina Jo Hurford y la vicaria Anne Stevens de la iglesia de St Pancras, cercana al emprendimiento, llegaron a encadenarse como señal de protesta.
Jo y Anne, quejándose. (BBC)
«Indigna bastante que saquen a nuestros muertos», declaró Dorothea Hackman.
La respuesta oficial fue comunicar cómo el tren estará acompañado por un gran «corredor verde» y asegurar que el proceso iba a estar cubierto de «dignidad, respeto y cuidado».
Además, se hizo un homenaje a los cadáveres a punto de ser desenterrados como «El Terror Negro» Richmond o el capitán Matthew Flinders, el hombre que le dio el nombre a Australia.
Y se pusieron manos a la obra.
(MOLA Headland)
Porque lo importante, señala el gobierno, son los 30.000 puestos de trabajo y los 118.000 millones de dólares que traerá en beneficios el impactante HS2.
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