Sigue sin pagar el impuesto mínimo a los cigarrillos pese a que el máximo tribunal le ordenó hace un mes ponerse al día.
Tabacalera Sarandí, la empresa de Pablo Otero, conocido como el Señor del Tabaco, continúa en infracción y volvió a incumplir una decisión judicial. Sigue sin pagar el impuesto mínimo a los cigarrillos pese al fallo de la Corte Suprema que hace un mes le tiró abajo las medidas judiciales que el empresario había conseguido para evitar los pagos y le ordenó que se pusiera al día.
La situación llegó a tal nivel de tensión que la AFIP, el organismo encargado de recaudar los impuestos, le envió una durísima notificación a la compañía tabacalera en la que le informa que las presentaciones impositivas que está realizando la empresa de Otero «no satisface los recaudos exigidos por la normativa vigente» y le advierte que de seguir incumpliendo podrían ser excluidos del régimen de fabricantes de tabaco. Esa decisión lo dejaría afuera del negocio ya que no podría producir más cigarrillos para vender.
En la carta, que fue enviada el 3 de julio pasado, también le explican que de seguir incumpliendo queda al borde de que le suspendan el envío de las estampillas fiscales. Son los instrumentos que se adhieren a los cigarrillos y son indispensables para poder comercializar el producto, controlar la cantidad de atados que se producen y por el que se pagan los impuestos del sector.
«Toda solicitud de IF físico-digitales (las estampillas de los cigarrillos), se encuentra supeditada al comportamiento fiscal de cada solicitante y al cumplimiento de toda la normativa vigente aplicable», le advierten en la notificación a la que accedió Clarín en base a fuentes judiciales e involucradas en el caso Sarandí. La misma carta enviada a la empresa de Otero, también fue ingresada en el Juzgado 6 del Fuero Contencioso Administrativo que lleva el caso de la Tabacalera Sarandí para asentar judicialmente que están incumpliendo un fallo.
Otero armó una nueva estrategia para evitar cumplir con el último fallo de la Corte Suprema. Antes de la decisión del máximo tribunal, y gracias a las cautelares que tenía en la Justicia, Tabacalera Sarandí pagaba una serie de tributos ante la AFIP -con excepción del impuesto mínimo- con una presentación jurada digital que en la jerga se conoce como «formulario 4». Esa vía solo estaba habilitada para las empresas tabacaleras que tenían cautelares en la Justicia como la empresa del Señor del Tabaco.
Hoy solo queda una compañía con ese beneficio, se trata de Espert SA, una tabacalera pequeña que replicó la estrategia de Sarandí y que produce los cigarrillos Melbourne.
Todas las demás compañías tenían que pagar el impuesto mínimo a los cigarrillos con el Formulario 5. Tras el fallo de la Corte de hace un mes, la AFIP le canceló a Otero el ingreso al formulario 4 y le exigió que, de acuerdo a la decisión judicial, empiece a realizar sus pagos impositivos con el Formulario 5, que es el que incluye el impuesto mínimo.
Pero Otero no cumplió. A diez días del fallo, cuando tenía que hacer su primera declaración impositiva, presentó una nota ante la AFIP en la que informó que no iba a pagar el impuesto mínimo al cigarrillo con el Formulario 5 porque tenía sentencias judiciales a su favor. Hizo lo mismo diez días después y reclamó que le habilitaran el viejo Formulario 4.
Tras esa decisión de Señor del Tabaco fue que la AFIP lo intimó y a la vez se presentó ante la Justicia para dejar asentado que estaba en infracción. Según fuentes oficiales, si no se pone en regla, Tabacalera Sarandí ya no recibirá más estampillas fiscales. En stock le quedarían para un mes.
Otero consiguió evitar el pago del impuesto mínimo durante años con una agresiva estrategia judicial que consistió en presentar cautelares sistemáticas en los tribunales del fuero Contencioso Administrativo. Su argumento era que ese tributo era expropiatorio e inconstitucional. Tabacalera Sarandí sostuvo en la Justicia que era una pequeña Pyme y que el monto de ese impuesto -que es fijo- le impedía competir en el mercado ya que sus productos eran más baratos que los de las primeras marcas. Hoy el impuesto mínimo es del 70% del precio de cada atado y se fija sobre un valor que se actualiza cuatro veces al año.
Con un gran poder de lobby y contactos en la política y los tribunales, consiguió renovar las cautelares, evitar pagar el impuesto mínimo y se convirtió en un jugador fuerte del mercado. Según un informe de la consultora Abeceb, Tabacalera Sarandí pasó de tener el 5,6% del total del mercado en 2016, al 38,4% en 2023. En los hechos, con esa porción de mercado, la compañía ya no podría ser considerada una pyme. El propio Otero sostuvo que factura 800 millones de dólares al año.
A la par acumuló una deuda con la AFIP desde 2018 que llega a los US$ 1.000 millones.
Esta semana, la Coalición Cívica denunció a Otero por los presuntos delitos de pago de coimas, lavado de dinero y asociación ilícita en una supuesta maniobra en la que involucraron a dirigentes políticos del kirchnerismo como Carlos Castagnetto que fue titular de la AFIP durante la gestión de Alberto Fernández y hoy es diputado nacional. Otero respondió con una contra denuncia contra los Juan Manuel López y Marcela Campagnoli, los diputados que lo denunciaron.
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