Es por US$ 8.400 millones para una planta en Río Negro. La falta de una ley y acceso a dólares, la trabaron.
El lugar elegido por Fortescue para anunciar que iba a levantar su planta en Argentina fue la cumbre climática COP26, que se realizaba en Glasgow, Escocia en 2021.
La decisión de instalarse en el país se tomó luego de que el presidente de Fortescue, Andrew Forrest, y su representante en la región el ex rugbier Agustín Pichot, recorrieran 12 países en 3 meses. Luego llegó la etapa de convencer a los bancos y hubo tratativas con el JP Morgan, el Santander, el BID y la CAF como organismos crediticios internacionales.
Les preguntaban por qué Argentina. Y Fortescue los convenció, según trascendió.
Claro que fueron con una serie de requisitos ante el presidente Alberto Fernández. Así reclamaron el acceso a un dólar competitivo, la eximición de impuestos para el desarrollo del parque eólico, estabilidad fiscal por 30 años. “El Presidente les dijo a todo que sí, pero no hubo después ninguna definición”, soltaron.
En la compañía distinguen el esfuerzo de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras y de su sucesor Alberto Weretilneck. A tal punto, que la compañía inició el estudio ambiental que se extiende por una año, abrió oficinas en Viedma y en Buenos Aires donde atiende a la región y contrató a 180 personas. Lleva invertidos US$ 150 millones y emprendió un proyecto de minería de cobre en San Juan.
Pero si hasta ahora Argentina era su principal proyecto a nivel mundial, cayó al puesto 20 y pusieron manos a la obra al de Ceará en el noreste brasileño.
Ya tienen listo el puerto de Fortaleza, clave parala exportación, que es una sociedad entre el puerto holandés de Rotterdam (30%) y el estado de Ceará (70%). Acceden a la energía eólica a un precio diferencial y al extenso terreno que requieren.
El hidrógeno verde se obtiene en plantas que mediante energías renovables y el uso de agua dulce limpia separan el hidrógeno del oxígeno con un método llamado electrólisis.
Las moléculas de hidrógeno se almacenan y luego se usan como combustible.
El hidrógeno verde es considerado el combustible del futuro y su producción crece en un planeta castigado por el cambio climático y la necesidad de descarbonizar.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden decidió subsidiar con US$ 3 cada kilo de hidrógeno verde. En el mismo camino están los europeos, australianos y japoneses. En Argentina se mira para otro lado.
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