Las lluvias complicaron el acceso a la escuela del paraje El Traslado, en Ballivián, y esa es la única forma de llegar.
Vocación de servicio. En el norte de Salta, donde hace unas semanas el agua del río Pilcomayo hizo estragos, las condiciones siguen sin ser las mejores y esto exige un gran esfuerzo de sus pobladores para llevar una vida -casi- normal. La muestra más conmovedora es lo que tuvieron que hacer maestros para ir a trabajar.
Ocurre que el acceso a la escuela Nº4163, en el paraje El Traslado (Ballivián) quedó anegado con las últimas lluvias y llegar se hace casi imposible, incluso si se tuviera disponible un vehículo del Dakar.
Ante esta realidad, los docentes decidieron «embarrarse hasta la nuca», con tal de llegar a cumplir con su misión: volcar sus conocimientos a niñas y niños de parajes alejados.
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