Clarisa Galán ratificó una denuncia en el ámbito laboral contra el funcionario judicial, también investigado por un episodio contra su esposa en el que, además, encerró a policías en su casa.
“Lo padecí desde que llegué.‘Si querés hacer las cosas bien vayamos a cenar, sé qué vino te gusta’”, me decía, contó la abogada.
El fiscal federal de Salta Francisco Santiago Snopek suma eslabones a la cadena de escándalos por violencia de género que, desde hace meses, lo tiene como protagonista. A la causa penal en su contra por hechos contra su pareja y por privación ilegal de la libertad a policías que acudieron al llamado al 911, esta semana se sumó la decisión de una jueza de familia que ordenó restringir el acercamiento del funcionario judicial a una defensora oficial de esa provincia después de que ella también lo denunció.
Clarisa Galán Muñoz, coordinadora de la defensa oficial federal en Salta y Jujuy, padeció la violencia de género verbal de Snopek durante años en audiencias, reuniones y pasillos. Hace tres años, la abogada denunció a Snopek por estos hechos, pero dentro del ámbito del Poder Judicial. La acusación nunca prosperó y el fiscal federal, integrante de una familia con poder en el NOA, mantuvo su trabajo y su estatus.
Semanas atrás, después del escándalo de Snopek con su actual pareja y con la Policía, Galán lo denunció nuevamente, pero esta vez ante el Juzgado de Violencia de Género y Familia de Salta (que interviene en las denuncias que puedan constituir violencia de género, que no configuren delitos, en el marco de la Ley de Protección Integral a las Mujeres). “Él está de licencia pero ante la posibilidad de que ahora vuelva a su lugar de trabajo fui a consultar al Observatorio de la Mujer y me recomendaron que diera intervención al Juzgado”, dijo Galán, según publicó Infobae.
La defensora oficial presentó los hechos y sus pruebas. Un equipo interdisciplinario la escuchó y elevó un informe a la jueza María Carolina Cáceres Moreno, quien días más tarde, falló a su favor. Le encomendó a Snopek que se abstenga y termine con toda conducta que “por acción u omisión, de manera directa o indirecta, afecte la vida, libertad, dignidad, integridad psicológica y laboral, como así también su seguridad personal; y/o constituya acto de discriminación laboral” contra Galán.
Además, le prohibió estar a menos de 50 metros de la mujer en cualquier ámbito, laboral, personal, público y mucho menos “ingresar a su domicilio”. También la jueza Cáceres Moreno obligó a Snopek a realizar la capacitación específica sobre sobre violencia de género, que es obligatoria para las personas que integran los tres poderes del Estado, según indica la ley conocida como “Micaela” y que evidentemente el fiscal no realizó.
En ese contexto, la magistrada ordenó fijar una consigna policial fija para los próximos diez días en la casa de Galán, en el barrio San Lorenzo de la capital salteña, para protegerla de lo que pudiera hacer el fiscal. Según admitió una fuente judicial a este medio, la jueza Cáceres Moreno no quiere arriesgar a Galán ante el posible escenario en el que Snopek “enloquezca por la denuncia y la vaya a buscar”. Por eso emitió el fallo el viernes de la semana pasada, tras constatar que el problema de alcoholismo de Snopek se acentúa los fines de semana y aumenta el riesgo de la víctima.
“Hace muchos años que lo vengo padeciendo, desde que llegué a Salta”, contó a Infobae Galán, quien admite que por una cuestión cultural las mujeres aceptaron durante muchos años “nuestras propias limitaciones” al naturalizar “cosas como las de este sujeto”. Sin embargo, relató que “después me fui dando cuenta de la necesidad terminar con estas prácticas, primero reconocerlas y luego visibilizarlas”.
Por eso ya en 2019 Galán denunció a Snopek. Cansada de su violencia verbal en ámbitos laborales. “Él me decía ‘Yo te voy a enseñar cómo se hacen las cosas’. De hecho, así se presentó la primera vez que nos vimos. O frases como ‘mientras hagas las cosas como las hago yo no vas a tener problema’; ‘si querés hacer las cosas bien vayamos a cenar, sé qué vino te gusta, pero de Derecho no hablamos’. Así empezamos a tener encontronazos y discusiones, era una situación hostigamiento con sentido de sometimiento”.
La violencia que ejerció Snopek sobre la defensora fue tal que Galán pensó en cambiarse de Tribunal para que la relación violenta de Snopek no afectase “a la gente de alrededor” en su trabajo, e incluso le sugirió a su marido la posibilidad de mudarse y abandonar Salta. El acoso no se limitaba al trato cotidiano entre ellos, sino que contaminaba sus trabajos.
“Cuando teníamos un juicio, a mí me pedía el doble de pena para mis asistidos que en otros casos, él me decía ‘porque sos vos’, cuando le preguntaba por qué. Él no podía disciplinarme ni someterme desde mi condición de mujer, entonces lo hacía con las reglas de trabajo”, relató Galán, para quien Snopek “es muy psicópata”.
“Mis empleados sufrían, yo volvía llorando del Tribunal, a pesar de que soy bastante fuerte, me sentía entrampada, mucha gente sabía todo esto, y lo que ya había pasado en Jujuy con su ex mujer, que también trabajaba en el Poder Judicial. Como no prosperaba su denuncia empapeló los Tribunales con sus fotos golpeada, y después la echaron a ella. Socialmente se cubría todo lo que hacía”, comentó Galán sobre el fiscal federal. Y agregó: “Tiene serios problemas de alcoholismo, iba alcoholizado a audiencias, era notorio”.
La defensora oficial contó a este medio que la situación con el fiscal la condicionaba en su día a día. “A veces no me quería bajar del auto porque no sabía con qué me iba a encontrar. A veces era el hombre más bueno del mundo. El contraste de un día al otro era terrible. Es un psicópata. ‘El problema sos vos’, me decía. Porque para él, el problema es la mujer. En los juicios me gritaba, pero con los hombres, especialmente con los jueces, recula, bien de machirulo golpeador. Él toma de punto a cierta gente. Y con los hombres es cobarde”.
Galán se siente reconfortada con el fallo de la jueza, después de que en 2019 nadie le prestó atención a su denuncia dentro del ámbito del Poder Judicial, “un ámbito culturalmente de hombres”, según definió.
“Es la negación de la feminidad. Yo tuve que ir a la psicóloga. No quería ir a juicios, me quería ir de Salta. Por suerte ahora puedo elegir con quién cruzarme, con qué fiscal, pero todavía la gente que trabaja conmigo me dice que no aparezca si está Snopek ‘porque si te ve enloquece’”, explicó. Incluso contó que un colega del fiscal le sugirió que no lo denuncie “porque no va a parar, porque estaba obsesionado con hacerme mal”.
Al ser fiscal, Snopek tiene fueros. Estos le permiten moverse con libertad. Como consecuencia del escándalo, el fiscal federal pidió hace un mes licencia médica y por paternidad en su trabajo. De momento se negó a declarar en la causa iniciada de oficio por la fiscal de Violencia de Género de Salta, Luján Sodero, por los hechos ocurridos en mayo presuntamente contra su esposa y por privación ilegal de la libertad a los policías que fueron hasta su casa, en un barrio cerrado de la zona conocida como “Alto NOA Shopping”.
Se estima que después de la feria judicial Snopek finalmente va a declarar en esa causa, por la que sus abogados ya presentaron planteos de nulidad que debe definir la jueza de Garantías Claudia Puertas. Una fecha posible para su declaración es la del 25 de julio.
Según fuentes judiciales, Sodero tiene prácticamente cerrada la etapa de pruebas que comprometen a Snopek, sobre quien ahora pesan tres investigaciones: la penal relacionada a la violencia contra su esposa, la familiar, hecha por Galán, y la investigación interna que lleva adelante la Procuración General de la Nación, que podría derivar en un juicio político y la destitución (con la consecuente pérdida de fueros y la posibilidad de ser condenado a prisión si es hallado culpable).
Los pedidos de nulidad de la defensa del fiscal se basan en que la esposa del acusado y presunta víctima, nunca hizo la denuncia. Si bien eso es cierto, para la fiscal que lo acusa ese sería un planteo anacrónico, que carece de la perspectiva de género sobre la cual trabaja la Justicia actualmente. Pero deberá definirlo la jueza, posiblemente después de la declaración indagatoria de fines de julio.
Las pruebas contra el fiscal federal son, según adelantaron fuentes con acceso al expediente, contundentes. Todos los policías que participaron del operativo destinado originalmente a terminar con los hechos de violencia de género denunciados en el 911 terminaron denunciando a Snopek porque en estado de ebriedad les impidió salir de su propia casa.
Llamativamente, otro de los planteos de nulidad de la defensa se basa en que la policía no tenía orden de allanamiento. “Pero fue el propio fiscal federal el que los dejó entrar a su casa”, comentó una fuente del caso.
El equipo interdisciplinario que trabajó con la esposa de Snopek durante los hechos y en las horas posteriores llegó a la conclusión de que existe un riesgo alto para la mujer al lado del fiscal federal. Se habla de violencia física, verbal, alcoholismo, “una de historia de sucesos, o sea que no es hecho aislado, ni sucedió de casualidad”, comentó una fuente que hablar de “una trayectoria de hechos violentos”.
Para la investigadora resultó fundamental el material audiovisual que presentaron los policías que fueron a la casa de Snopek la noche de la violencia “Todo está registrado”, comentaron fuentes allegadas a la causa.
“Cuando interviene el personal policial hay un trato muy despectivo de parte de Snopek. Les dice ‘negros de mierda, no sabés con quién te metes, yo te pago el sueldo’. Incluso un policía le advierte que está cometiendo un delito y él le responde: “Negro, ¿ahora sos abogado?”. Todo eso está en registrado en videos y audios e incorporado al expediente.
La fiscal Sodero no solo investigó los hechos ocurridos esa noche en la casa de Snopek. También trabajó sobre su entorno, con un relevamiento entre vecinos, familiares de él y de la víctima y con su núcleo laboral. De acuerdo con la información consignada por fuentes del caso a este medio de todo ese trabajo se evidencia “un patrón de conducta”.
“La forma de manejarse, de moverse, de relacionarse, es así él. De todos los sectores sale lo mismo. Hay mucha información de su núcleo laboral en este sentido: desde dependientes de la parte administrativa hasta personas que están en relación de paridad que hablan de lo mismo, de una forma violenta de relacionarse. Cierta prepotencia, con trato hostil”, comentaron. En esas declaraciones se repiten estas palabras: “miedo”, “presión”, “no poder trabajar”. Similar a lo que declaró la defensora oficial Galán.
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