Por Carlos Saravia Day
Feliz quien pudiera exclamar como Empédocles “Yo he sido una vez muchacho, mozo, planta, pájaro y en el mar he ejercido la vida muda de un pez”.
Claro que no podemos ser otro sin dejar de afirmar nuestros rasgos distintivos, solo una disimulación de lo que somos y una simulación con quienes nos separan indomables diferencias.
Igualdad, igualdad
Reclamaba el jorobado Torroba
¿pedirá que le quiten la joroba
o querra jorobarnos?
Ahora bien, disimular y simular dicen en griego: “Ironía” y el tiempo generoso a veces gasta sus ironías, sobre todo ante la muerte.
Balbín despide a Perón en nombre de sus viejas luchas (de nada se arrepiente). La justicia peronista antes lo pone preso por el ridículo delito de desacato.
Fue presidente de la UCR y también presidente del bloque de 44 diputados radicales, el mejor bloque parlamentario que tuvo la Nación en la mayor de las adversidades.
Todos los presidentes de la UCR tienen biografía, tal como el historiador Carlayle definía la historia: “Biografía de los grandes hombres”.
Balbín significa el arquetipo de la dignidad política y el valor para mantenerla: fue recio, no para los hombres, sino para las adversidades. Vestía la toga cándida (de ahí viene candidato) que en Roma significaba la pureza de quién la vestía, no tenía bolsillos lo cual denotaba honradez y la espalda del candidato al descubierto para demostrar sus méritos y no disimular su cobardía: las heridas recibidas de frente y no por la espalda.
Cuando en su momento el Congreso de la Nación autoriza el gasto para levantarle el monumento a Garibaldi en la Plaza Italia en la Ciudad de Buenos Aires, el Doctor Indalecio Gómez, autor de la Ley Sáenz Peña, se opone pintando una síntesis del prócer italiano excéntrico y andariego y se pregunta: ¿Después de las campañas italianas donde va Garibaldi?, va a Ginebra y allí es el campeón de la casa de Saboya, se declara demócrata. Luego lo vemos en Francia y se afilia a la Internacional. Rio Grandense, Riverista, papista, asalariado del rey, de la Internacional, del Congreso de Paz y Comunista” y Gómez concluye diciendo “¿Qué vértigo arrastra este hombre?, la ley de su temperamento que lo domina y gobierna”.
Mientras la nueva generación reclama ideas claras y ejemplaridad en las conductas, la UCR tiene nuevo presidente, sin biografía y su historia “algunos casos que recordar no quiero” como diría el poeta Machado.
Ortega y Gasset se encarga de distinguir entre el aventurero y el hombre de acción: mientras uno lo hace por ideas, el otro lo hace por aventura y cierto egotismo, son nómadas o almas vacantes como los llama Giovani Papini.
Uno de estos ambulantes ha escrito “Después de mi muerte que se haga una valija con mi piel”.
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