Tras el accidente sufrido en 2018, el deportista de 32 años quedó en silla de ruedas y se convirtió en tenista. Se había casado hacía ocho meses.
El deporte español está de luto por la muerte de Pelayo Novo, de 32 años, quien fue arrollado este martes por un tren en el barrio de La Corredoria, en Oviedo. Tras sobrevivir en 2018 a una caída desde el tercer piso de un hotel, había colgado los botines y se había reconvertido en tenista en silla de ruedas.El trágico episodio sucedió poco antes de las 20 de este martes, a la altura del parque de La Malata, en aquella ciudad asturiana. Por motivos que aún están bajo investigación, fue embestido por un tren de la línea de Renfe, que circula desde Oviedo hasta Siero.
Luego de que el número de emergencias 112 Asturias recibiera un llamado a las 19.55, personal del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) y de la Policía Nacional se dirigió al lugar del accidente, donde encontraron a Novo sin signos vitales.
El exfutbolista, que jugó entre 2012 y 2018 más de 200 partidos en clubes del ascenso español como Real Oviedo, Córdoba, Elche, Lugo, Cluj y Albacete, se había casado hacía solo ocho meses con su pareja, Iciar López.
«Con el corazón roto. Lamentamos en el alma el fallecimiento de Pelayo Novo, capitán de nuestra Fundación. Familia, amigos: estamos con vosotros. Descansa en paz Pelayo», escribió el club Real Oviedo en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Elche lamentó: «Rotos por el dolor. Siempre te recordaremos como un guerrero que lo dio todo por nuestra camiseta. Uno de los nuestros. Descansa en paz, Pelayo”.
“En poco tiempo, conseguiste ganarte el cariño de toda una afición que ahora llora tu terrible pérdida. Familiares y amigos, contáis con todo nuestro apoyo y afecto. Descansa en Paz, Pelayo”, expresó Albacete.
Pelayo Novo: la caída de un tercer piso que lo obligó a colgar los botines
El sábado 3 de marzo de 2018, Pelayo Novo, que entonces tenía 27 años, esquivó la muerte: sobrevivió a la caída desde el tercer piso de un patio interno del hotel Abba, de Huesca, donde estaba concentrado como parte del plantel de Albacete.
Estuvo internado durante 51 días en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, la ciudad más grande de la región, y atravesó varias cirugías.
Las lesiones medulares irreversibles lo obligaron a usar muletas para siempre, por lo que abandonó el fútbol tras 208 partidos oficiales y 26 goles entre 2012 y 2018. Sin embargo, lejos de frustrarse y abandonar el deporte, se reconvirtió en tenista en silla de ruedas.
Sin ir más lejos, se posicionó como uno de los tenistas más importantes del ranking masculino nacional de España e incluso formó parte de la junta directiva de la Federación Asturiana de Tenis. Además, se transformó en embajador de la Fundación Real Oviedo.
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