Es masiva la búsqueda de cobertura a dos semanas de las elecciones. La tasa de interés no le sirve a los que ahorran en plazo fijo, frente a la inflación esperada y los temores al día después de la elección.
La brecha cambiaria con el oficial se consolida arriba del 150%. Los pronósticos privados ubican a la inflación nuevamente por encima del 10%-
El dólar blue subió este viernes a $ 880, un salto de $37 respecto al día previo, cuando la cotización no se movió por la ausencia de negocios debido a un operativo conjunto de la Aduana y la AFIP en bancos y financieras de la City porteña. En tanto, el dólar oficial sigue sin cambios a $ 365,50. Seguí el minuto a minuto de la cotización. En la semana, el dólar blue saltó 90 pesos. El dólar contado con liquidación se mantuvo cerca de los $ 900.
La combinación de los dólares cuyo precio se pacta libremente entre oferta y demanda y el congelamiento de la cotización que impuso el ministro Sergio Massa después de la devaluación del 14 de agosto llevó a una peligrosa ampliación de las brechas cambiarias.
Hoy los dólares más o menos libres, o más o menos legales, cotizan 150% por encima del tipo de cambio oficial mayorista. Cuando Massa tomó el fierro caliente de la economía en agosto del año pasado, la brecha cambiaria rondaba el 110%. En octubre de 2020 el Gobierno había entrado en pánico porque la brecha se le escapaba al 130%. En aquella oportunidad tuvo que salir al vicepresidenta Cristina Kirchner a procurar orden.
Hay pocas chances de que en esta oportunidad, a dos semanas de las elecciones, el ministerio de Economía pueda sacar un conejo de la galera para aplacar las aguas cambiarias. El Banco Central está mucho peor que entonces en cuestión reservas. Y el mercado ya tiene en la cabeza que el lunes 23 de octubre, posterior a la primera vuelta electoral, o a más tardar el lunes 20 de noviembre tras el balotaje, en cuestión de dólar puede pasar cualquier cosa.
Al mercado no le gusta la incertidumbre
Y si hay algo que odia el mercado, más allá del tamaño de la billetera, es la incertidumbre. En otras palabras. Los inversores grandes o chicos no encuentran motivo alguno para mantenerse en pesos. De modo que la liquidez que no sea necesaria mantener en moneda local busca refugio en algo más seguro que los cada vez más devaluados -y despreciados- pesos argentinos.
En términos técnicos, lo que se observa es una caída de la demanda de pesos -la gente se los saca de encima lo antes que puede- y la contrapartida de eso es doble: más inflación y más presión sobre los dólares.
Desde ya que los operativos que realiza la AFIP, la Aduana o la Comisión Nacional de Valores tienen efecto efímero. En estos días se habló del descubrimiento de operaciones fraudulentas para conseguir dólares de las reservas. Se habló puntualmente de la financiera Balanz, pero ésta, en la tarde de ayer, comunicó que operó normalmente, con cartera propia y de clientes, sin ningún tipo de inconveniente.
Ya es un clásico de esta gestión anunciar sumarios contra posibles infractores a la operatoria cambiaria que finalmente quedan en la nada. La CNV prometió novedades para la semana que viene.
Volviendo estrictamente al mercado, está comentaba el consultor Fernando Marull en un informe dirigido a sus clientes.”Sigue la cobertura pre-electoral. El contexto global, más la dolarización típica de las elecciones y la incertidumbre por una eventual presidencia de Milei explican la suba del dólar, a niveles históricamente altos. Pero, el mercado probablemente esté reflejando sus serias chances de presidencia, con el dólar contado con liqui volando a $900, los bonos cayendo a U$S32 y el Merval en los U$S 660 dólares.
Como señala Marull, la cuestión electoral está omnipresente. Las palabras de Javier Milei en Mar del Plata (“cuanto más alto esté el dólar más fácil será dolarizar”) resuenan en las mesas de dinero y en las cabezas de los pequeños ahorristas que buscan protegerse de lo que se imaginan como tiempos extremadamente complicados.
Hasta el Banco Central parece haberse desentendido de su responsabilidad en el asunto. Con la inflación volando al 12% mensual mantiene las tasas de interés quietas, con lo cual hasta el más conservador de los ahorristas que decide apostar al plazo fijo se debe estar preguntando si vale la pena dejar quietos por 30 días los pesos para obtener un rendimiento del 10% mensual. Es decir: es una apuesta con fuertes chances de perder contra la inflación y también con el tipo de cambio si sigue subiendo a este ritmo.
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