Familiares y amigos de Micaela se unieron para elevar una plegaria por su vida. Se encuentra en terapia intensiva en coma inducido, luchando por sobrevivir.
La joven de 20 años fue salvajemente atacada por otras mujeres del barrio donde vive, en una parada de colectivos de Norte Grande.
No para de luchar, a pesar de haber perdido a su hija, madre de Micaela, ahora María entendió que es hora de luchar por la vida de su nieta, aunque para ella es su “hija”. El sábado 30 de marzo último Micaela esperaba en una de las paradas de colectivos que hay en el barrio Norte Grande a dos de sus compañeras de la UNSa, sin saber que al menos tres mujeres casi acabarían con su vida. Fue atacada por tres chicas y hoy lucha por sobrevivir en el hospital San Bernardo. Familiares, vecinos y amigos de la joven se movilizaron ayer hasta las puertas del instituto de salud para rezar “por la vida de Mica” y a su vez pedir justicia.
“Decidimos hacer una marcha fundamentalmente de oración para pedir por la vida de mi hija -Micaela-, si bien es mi nieta su madre, o sea mi hija, falleció y los crié a los dos hermanos. También vamos a solicitar a la Justicia de la provincia que actué y no deje que las personas que intentaron matar a Mica siguen caminando por la vía pública con total impunidad”, dijo la mujer abuela y madre de la víctima, según publicó El Tribuno.
Después de la feroz paliza que le propinaron a la joven estudiante de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), exestudiante y abanderada del Centro Polivalente de Artes, quedó en grave estado de salud y actualmente permanece en coma inducido en el área de terapia intensiva. “Están invitados hoy -por ayer- a las 19, nos convocaremos en las puertas del hospital San Bernardo para pedir por la salud de Micaela. Haremos unas plegarias por su salud y todos nuestros buenos deseos se unirán a favor de ella”, decía el comunicado de la familia hacia los medios de prensa locales.
“El viernes pasado la operaron de la cervical en el San Bernardo, le agarró un virus intrahospitalario y su estado empeoró, ella sigue en terapia intensiva hace algunas semanas, mi nieta está grave y rogamos por su recuperación”, insistió María. Con velas prendidas, un grupo numeroso de personas se movilizó ayer en las puertas del nosocomio. Una de tantas marchas que suelen visualizarse en la provincia a causa de violentos hechos, muchos siguen impunes.
El ataque
Sin saber a ciencia cierta por qué las mujeres de unos 19 años atacaron a su nieta, María supone que se trata de “envidia que le tienen”. La mujer dijo que en esa zona de Norte Grande, “no es la primera vez que esas chicas ataquen a otra, ya lo hicieron en más de una oportunidad”. Se trata, según la denuncia, de dos hermanas y una amiga, una de las primeras fue detenida y puesta a disposición de la Justicia, mientras que las otras dos “andan en el barrio como si nada hubieran hecho”, dijo la abuela de Micaela.
La señora describió que las “jovencitas que suelen andar en la calle haciendo daño, por lo general andan con buzos grandes, las mangas le tapan las manos. Y en el momento que van a atacar a alguien tienen piedras en sus manos, son salvajes y no les importa nada”, apuntó María.
El sábado 30 de marzo la joven estudiante universitaria esperaba a dos de sus compañeras, quienes se trasladaron a la ciudad para estudiar en la UNSa, para llevarlas hasta su casa y hacer un trabajo práctico. “Estaba en la parada de colectivo en Norte Grande al frente de Gendarmería, cuando aparecieron tres chicas que ya la habían amenazado, al parecer llamaron a otras y casi la matan, le pegaron mal”.
En el momento de la brutal agresión, Micaela ya se encontraba con una de sus compañeras, “cuando llegó la otra amiga, mi nieta ya estaba en el piso y ninguna de las dos se animó a meterse”. Fue un efectivo que estaba en el puesto militar quien escuchó los gritos de las jóvenes y acudió al lugar. El uniformado sacó a las agresoras e inmediatamente socorrió a Micaela, “en ese momento las compañeras de Mica dijeron que las chicas intentaron agredir también al policía”, agregó María. El efectivo trasladó a la joven hasta el hospital.
En plena Semana Santa, familiares y amigos rezan por la vida de Mica. “Rogamos para que se recupere, sabemos que su estado es delicado pero no hay nada imposible para el Altísimo”, expresaron en la plenitud de la fe los familiares de la joven de 20 años agredida en Norte Grande.
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