Jair Bolsonaro imitó a Cristina Kirchner y se negó a participar del traspaso de mando. Fue investido este domingo y asumió el cargo por tercera vez. «El amor derrotó al odio» dijo en el final de su discurso el nuevo mandatario.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su retorno al Palacio de Planalto, fue durísimo con su antecesor Jair Bolsonaro, al que definió como «la barbarie» y ahora se apresta a comandar un país fuertemente polarizado.
Desde temprano, miles de personas se reunieron en Brasilia para acompañar al izquierdista en la toma de poder.
Bolsonaro a lo Cristina no entregó el mando
En la ceremonia oficial, sin embargo, hubo un gran ausente: Jair Bolsonaro, mandatario saliente, que se había postulado a la reelección y perdió en las urnas con el líder del PT. El ahora expresidente dejó el país en la semana y se negó a participar del traspaso de mando.
En su agenda paralela, Bolsonaro pasó el fin de semana en Orlando, Estados Unidos, donde repartió su tiempo entre su placer por el pollo frito y fotos con seguidores, lejos de Planalto.
El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva juró en el Parlamento en Brasilia y de inmediato dirigió un discurso enfático y con un duro mensaje contra su antecesor Jair Bolsonaro. Y sintetizó señalando que «se trató de una auténtica máquina de mentiras».
🇧🇷 O presidente Lula chora ao falar sobre a fome que atinge milhões de famílias brasileiras. pic.twitter.com/kAufNW6KVj
— Central da Política (@centralpolitcs) January 1, 2023
Afirmó que en estas elecciones “la verdadera victoria es de la democracia” y describió como “aterradora” la situación en que la pasada administración dejó el país. Devastación, desmantelamiento y destrucción fueron algunas de las palabras utilizadas por Lula para referirse a la administración anterior.
«Si estamos aquí hoy, es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que formamos a lo largo de esta histórica campaña electoral. La democracia fue la gran vencedora de esta elección», declaró Lula.
El flamante presidente de Brasil llegó hasta la puerta del Planalto acompañado por su vicepresidente y sus respectivas parejas, y una mujer negra le colocó la banda presidencial. Como marcó el estilo de Cristina Kirchner y replicó Donald Trump, Lula recibió el desplante de quien debería haberle dado los honores, pero Jair Bolsonaro se fue a Miami y evitó el traspaso.
A pesar de las críticas a la gestión de Bolsonaro, Lula aseguró: «No estamos interesados en vivir en el pasado. Por eso, lejos de toda nostalgia, nuestro legado será siempre el espejo del futuro que vamos a construir para este país».
«El amor derrotó el odio»: así concluyó su discurso Lula da Silva
«Quiero terminar pidiéndoles a todos y cada uno de ustedes: que la alegría de hoy sea la materia prima de la lucha de mañana y de todos los días venideros. Que la esperanza de hoy fermente el pan que se repartirá entre todos», dijo el presidente de Brasil.
Y añadió: «En la lucha por el bien de Brasil, utilizaremos las armas que más temen nuestros adversarios: la verdad, que prevaleció sobre la mentira; la esperanza, que venció al miedo; y el amor, que derrotó al odio. Viva Brasil. ¡Y viva el pueblo brasileño!»
Ya en un discurso como presidente, desde el balcón del Palacio de Planalto, Lula da Silva contrastó con su antecesor y rival político en un país agrietado. «El pueblo brasileño necesita paz», remató en un mensaje al clima instalado en los seguidores bolsonaristas cuyo líder vacaciona en Miami.
Genocidio
Lula adelantó que pedirá que se investigue el manejo que hizo el gobierno de Bolsonaro durante la pandemia, al que calificó de un «genocidio».
«El período que culmina fue marcado por la tragedia de la pandemia. En ningún país fue tan alta la cantidad de víctimas en relación a su población. Este era un país preparado por su competencia en vacunas y salud. Esta paradoja solo se explica por la actitud criminal de un gobierno oscurantista. Las responsabilidades por este genocidio deben ser investigadas», acusó Lula.
Desde el Palacio de Planalto, da Silva continuó con su discurso con el foco en la discriminación y la desigualdad: «Somos un pueblo de muchos colores, y todos debemos tener los mismos derechos. Nadie tendrá más o menos apoyo del Estado, nadie se verá obligado a enfrentar más obstáculos por el color de su piel».
Agregue un Comentario