El presidente de Uruguay marcó diferencias con el manejo de la pandemia por el coronavirus en la Argentina.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sostuvo que en su país pudieron controlar la pandemia de coronavirus gracias a la actitud de la población y no imponiendo sistemas restrictivos como una cuarentena obligatoria. “Yo no estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse en un Estado policíaco”, sostuvo.
En una extensa entrevista con Alfredo Leuco en Todo Noticias (TN), el mandatario marcó así diferencias con el manejo de la crisis por el Covid-19 en la Argentina y también en la actitud de la clase política: explicó que todos los funcionarios de su gobierno, así como los legisladores, hicieron un aporte solidario a un Fondo de Coronavirus, como un gesto a la ciudadanía.
“Para ser más transparentes generamos el Fondo Coronavirus. Veníamos con una situación económica compleja, en lo que hace al déficit, a la inflación, al empleo, y veníamos con un concepto contundente de austeridad. Cuando se generó esto no había austeridad posible. Y formamos este fondo para ayudar a la gente”, señaló.
En esa línea, agregó: “En el Parlamento votamos una ley que los diputados, senadores, secretarios, ministros y el presidente iban a colaborar con ese fondo. Me pareció que el primer gesto lo teníamos que hacer nosotros; me parecía injusto que lo tenga que hacer el que trabaja, el que produce, el que invierte”.
El mandatario aclaró que esta actitud no es sólo de su administración, sino que es una tradición de los gobernantes uruguayos, con muy pocas excepciones.
Con respecto a la forma en que pudieron controlar la propagación del Covid-19, explicó que “se adoptaron medidas claras y rápidas”.
“Creo que se tomaron en buen momento, y luego lo más importante es que el uruguayo dio una gran demostración de conciencia. Eso fue vital. En abril se bajó la cortina. Así se evitó el contagio masivo”, apunto.
Lacalle Pou afirmó que nunca pensó en aplicar una cuarentena obligatoria porque iba en contra de la forma de ser del uruguayo, que “tiene una vocación genética por la libertad”.
“Nos inspiramos en eso. Yo no estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse en un Estado policíaco. No se puede meter preso al que trata de ganarse el peso”, consideró.
Para ejemplificar su método, explicó que lo más adecuado es considerar que uno maneja “un panel de comando con tres perillas”: “El control master es el sanitario, y después estaba lo económico y lo social. Y tiene que haber coincidencia entre las tres”.
Uruguay no aplicó nunca un confinamiento estricto y obligatorio. Hoy no llega a mil contagiados de coronavirus. Y los muertos son 31 en total. Aprovechando esta situación, en las últimas semanas se reabrieron distintas actividades ya que al parecer la pandemia estaría controlada en su territorio.
“Hemos empezado a reabrir sectores de distintas actividades como la construcción, y no hubo contagios. Se abrieron escuelas rurales, y no hubo ninguna dificultad. En junio volvieron a clase todos los alumnos, de manera voluntaria, porque no es obligatorio, y tampoco hubo problemas”, remarcó.
El mandatario uruguayo se mostró conciliador con el presidente Alberto Fernández, y evitó en todo momento la confrontación. Señaló que lo mejor es dejar de lado las ideologías, para poder tener un buen vínculo.
“Tengo una responsabilidad porque somos inquilinos de esta oficina por cinco años. Y tengo que representar las relaciones de la Nación con el pueblo argentino. Si basamos nuestras relaciones en base a las ideologías, seguramente tengamos conflictos y no estemos representando a todo el país”, sostuvo.
Con respecto a la relación entre Uruguay y Argentina, dijo hay que «ser responsables de una tradición histórica de hermandad, de relaciones complementarias». A su vez, planteó que «si cada vez que hay un cambio de gobierno que signifique un signo ideológico distinto las relaciones tienen algún tipo de distorsión, estamos complicando a nuestros pueblos».
«La relación histórica con Argentina, y sobre todo en los últimos tiempos salvo algo anecdótico, es de complementación. Estamos convencidos que la relación con Argentina tiene que ser fuerte, complementaria. Cuando uno ve la balanza comercial, obviamente es deficitaria, y ahí tenemos que hacer un hincapié fuerte. Pero vayamos a buscar las coincidencias, si me freno en las diferencias, voy a perjudicar al pueblo uruguayo», definió.
Consultado por su visión del Mercosur, y teniendo en cuenta que a principios de julio asumió la presidencia pro témpore del organismo, Lacalle Pou destacó la idea de «dejar de lado el factor ideológico en las relaciones» entre sus integrantes porque «sería chocar contra los obstáculos».
«Sabemos que el mundo va a necesitar, a consumir, lo que el Mercosur produce. Es una gran oportunidad. Aprovechemos para avanzar juntos, porque el Mercosur toma decisiones por consenso. Podemos estar todos de acuerdo menos uno y la cosa se tranca, entonces hay que entender las asimetrías pero hay que avanzar», agregó.
En esa línea, instó a los países del Mercosur a «ponerse de acuerdo» y «mostrar las cartas».
Uruguay muestra sus cartas y dice: Mercosur sí; un Mercosur que tiene que perfeccionar la unión aduanera y la zona de libre comercio; un Mercosur social y sobre todo en las fronteras; un Mercosur como bloque en el mundo; un Mercosur que negocie con todos; que el Mercosur termine el proceso que inició de negociación con la Unión Europea», aseveró.
Y se refirió a la posibilidad de profundizar el vínculo con Corea del Sur: «Uruguay está dispuesto, cree que la alianza Mercosur-Corea del Sur es una buena cosa. ¿Pero Brasil, Argentina y Paraguay están de acuerdo?».
Y fue más allá: «Tenemos el tema de China que ha insistido una y otra vez en profundizar el diálogo con el Mercosur, nosotros tenemos que contestarle».
“Nosotros hablamos del Mercosur en el mundo, y ese es el faro en nuestras relaciones con Argentina y con el gobierno de Alberto Fernández”, subrayó.
En cambio fue muy directo sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al que tildó de “dictador”.
Por otra parte, se refirió a la política impositiva de su gobierno y recordó que «en campaña prometimos que no vamos a aumentar los impuestos, porque la gente está con el agua al cuello».
Y rechazó la idea de implementar un impuesto a la riqueza porque consideró que «en una salida de la crisis, el primero que hace el empujón es el que tiene capacidad financiera».
La residencia de argentinos en Uruguay
Otro de los temas que incluyó el reportaje fue la política migratoria de Uruguay. Recientemente se conoció que Lacalle Pou decidió flexibilizar los requisitos para otorgar la residencia fiscal en el país.
Sobre este punto, el mandatario uruguayo dijo que su país «siempre fue una tierra donde quien quisiera venir a desarrollarse, emprender, criar su familia, hacer dinero, dar trabajo, sería bienvenido».
«Uruguay tiene vocación de crecer. Tenemos vocación de atraer gente. Nosotros no queremos que vengan a invertir, nosotros queremos que vengan a vivir», señaló.
Lacalle Pou aclaró que «esto no está diseñado para la Argentina solamente, sino para el mundo».
«Después de esta pandemia, desde mi punto de vista, se pueden producir dos fenómenos, para los cuales Uruguay puede llegar a ser hecho a medida. El primero, que la gente va a salir de las grandes urbes, y el segundo, que mucha gente va a optar por países donde haya una sanidad ambiental, y Uruguay está haciendo todos los esfuerzos para cuidar a su gente, y en ese sentido quizá la consecuencia posterior a esta pandemia sea que Uruguay se convierta en un lugar de llegada de mucha gente, y los vamos a esperar con los brazos abiertos», concluyó.
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