Los legisladores elegidos para representar a la provincia no dudaron en levantar la mano y hasta sonreír con el aumento millonario de sus sueldos, mirando de reojo la pobreza de su gente.
Continúan las repercusiones tras el aumento exprés de la dieta de los senadores nacionales, ya que lo realizaron en medio de un ajuste y un enorme sacrificio que está haciendo la población para poder sobrevivir a la actualidad económica del país. Hay algunos que creen que esto tiene un rumbo o un final feliz, y otros no. Sin embargo, sea voluntario o no, toda la población está atravesando el ajuste.
En este contexto, los jubilados quedan muy lejos de dichos valores y se vienen nuevos incrementos en la luz y el gas, mientras que la gente cambió su consumo y lo disminuyó considerablemente en todos los sentidos.
Por lo tanto, Juan Manuel “Indio” Abdala, director de Profesional FM, consideró “increíble” que haya gente que está hace años en la política, como los tres senadores por Salta -Juan Carlos Romero, Sergio Leavy y Nora Giménez-, que levanten la mano de la forma que lo hicieron y “a plena sonrisa”, sin atender nada de lo que pasa fuera del recinto.
Indudablemente, se trata de una desconexión de la realidad y de la gente, porque viven en su propio hábitat. Se toman un avión, tienen chofer que los transporta a cada lugar y sólo hablan con su abultada cantidad de asesores con los que cuentan. Es llamativo que piensen que la decisión que tomaron no iba a tener consecuencias o repercusiones.
Romero, de quien aparece su firma y muchos sostienen que fue el impulsor de este proyecto, es un hombre experimentado en la política, y lo hizo igual. De todas maneras, Leavy y Giménez no tardaron en levantar la mano. Fue inmediato, teniendo en cuenta que la votación no duró más de un minuto.
A los legisladores algo les pasa, mientras hay tarifazos y la gente cada vez paga más caro todo, gana menos y la inflación le come su salario, ellos tienen una clara desconexión por un círculo que no rompen, porque el tiempo les va generando eso: impunidad. Hasta por cuestiones psicológicas se sabe que estar demasiado tiempo en el poder les hace creer que nunca les va a pasar nada. Mientras tanto, la gente continúa indignada con sus representantes, y con razón.
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